Isabel II y ¡®The Crown¡¯, una serie para imaginar a la mujer detr¨¢s del s¨ªmbolo

Si hay una joya de la corona en Netflix, esa es The Crown. Es la ¨²nica serie con la que la plataforma ha logrado coronarse con el Emmy al mejor drama (en 2021), el premio m¨¢s importante de la televisi¨®n, y uno de los pocos t¨ªtulos que logran obtener el aplauso de cr¨ªtica y p¨²blico. The Crown es una de las series m¨¢s caras de la historia, una producci¨®n impresionante y lujosa que no repara en gastos y que se permite un plantel de actores de primer¨ªsimo nivel. Pero si por algo atrae The Crown es por sus guiones.

Peter Morgan, que ya se hab¨ªa encargado de escribir la pel¨ªcula La reina (2006), en la que Helen Mirren interpretaba a la reina de Inglaterra, es el m¨¢ximo responsable de la serie que, en cuatro temporadas ya emitidas y dos pendientes de estreno (en noviembre llegar¨¢ la quinta tanda de cap¨ªtulos), se propone repasar el reinado de Isabel II mientras pasa revista a los hechos hist¨®ricos y los cambios socioculturales que Reino Unido, Europa y el mundo entero han vivido en estas d¨¦cadas.

Claire Foy, una actriz casi desconocida hasta entonces y ahora dentro de la ¨¦lite interpretativa gracias a su papel en The Crown, fue la encargada de dar vida a Isabel II en las dos primeras temporadas, que abarcan hasta mediados de los a?os sesenta. Con ella, y siempre haciendo equilibrios por una fin¨ªsima l¨ªnea que separa la ficci¨®n y la realidad, el espectador descubre a una Isabel II con la que es sencillo empatizar, una mujer que tuvo que aprender a ser reina y a manejarse en asuntos pol¨ªticos y sentimentales, siempre con la corona en mente y en la que contrastaba su determinaci¨®n como gobernante con la soledad como mujer.

Olivia Colman, actriz oscarizada y con amplia y aplaudida trayectoria en televisi¨®n y cine, toma su relevo en la tercera y cuarta temporada para mostrar a una reina endurecida por los a?os, fr¨ªa en muchas ocasiones y con una relaci¨®n tensa con su hijo Carlos. El que posiblemente sea el mejor cap¨ªtulo hasta el momento de la serie, Aberfan (tercero de la tercera temporada), recuerda la cat¨¢strofe que vivi¨® ese pueblo minero gal¨¦s el 21 de octubre de 1966 en la que murieron 144 personas, 116 de ellas ni?os. La falta de reacci¨®n de la reina, que tard¨® una semana en acudir al lugar, se suele reconocer como una de las grandes espinas clavadas en la monarca. La serie vuelve sobre esa tragedia sin ocultar los fallos de Isabel II y el dolor que provoc¨® en alguien que es al mismo tiempo persona y s¨ªmbolo.

Seg¨²n ha avanzado The Crown, la trama ha explorado otros personajes de la familia real que han dado m¨¢s jugo tanto a la prensa seria como a los tabloides. La cuarta temporada introdujo a Lady Di para poner el foco en su relaci¨®n con Carlos de Inglaterra y el tri¨¢ngulo amoroso que, como se ha encargado de refrescar la serie, se estableci¨® con Camilla Parker-Bowles, recuerdo que parece que no sent¨® bien en la Casa Real. Tambi¨¦n dej¨® claras las desavenencias y choques de caracteres entre Isabel II y Margaret Thatcher, interpretada por Gillian Anderson en la ficci¨®n.

La quinta entrega, que llegar¨¢ este oto?o, volver¨¢ a cambiar su reparto para ajustarse a la edad de los personajes reales. Ahora ser¨¢ Imelda Staunton, otra reputad¨ªsima int¨¦rprete brit¨¢nica, la encargada de reflejar las ¨²ltimas d¨¦cadas de reinado de Isabel II, con el misterio de hasta d¨®nde llegar¨¢ la trama de la sexta entrega, cuyo rodaje empez¨® este mismo agosto y que ha sido paralizado moment¨¢neamente por el fallecimiento de la monarca. Peter Morgan hab¨ªa adelantado en algunas entrevistas que no abordar¨¢ los asuntos m¨¢s recientes para poder tratar los temas con la perspectiva que da el tiempo. De momento, la entrega que se ver¨¢ en noviembre repasar¨¢ los convulsos a?os noventa, que incluyen una sucesi¨®n de separaciones y divorcios en la familia real, incluido el de Carlos y Diana, y el accidente que termin¨® con la vida de Lady Di en 1997.

The Crown ha fortalecido y refrescado la imagen de Isabel II como icono para el audiovisual. La mezcla de fascinaci¨®n y misterio que rodea a su figura se baja aqu¨ª a un nivel m¨¢s terrenal para mostrar o, m¨¢s bien, imaginar a la mujer detr¨¢s del s¨ªmbolo, a la familia dentro del palacio. Qu¨¦ es ficci¨®n y qu¨¦ es realidad queda para el espectador.