El PRI se deshace
Las acusaciones de corrupci¨®n contra el presidente del partido, Alejandro Moreno, abocan a la formaci¨®n a la peor crisis de su historia
La descomposici¨®n del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha empezado a la vista de todos sin que nadie sepa a ciencia cierta d¨®nde estar¨¢ su final. Gobern¨® M¨¦xico durante m¨¢s de 70 a?os consecutivos, hasta que perdi¨® su poder con la llegada del siglo XXI. Desde el mandato de Enrique Pe?a Nieto, entre 2012 y 2018, el PRI no ha dejado de vaciarse en las urnas. La transfusi¨®n de militantes y cargos p¨²blicos hacia las filas del actual Gobierno est¨¢ desangrando al partido. Los que no se integran en Morena, la formaci¨®n del presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, se refugian en una alianza opositora que no logra sacar cabeza. La difusa ideolog¨ªa del PRI propicia esta doble di¨¢spora que manda a unos a la izquierda y a otros al lado del conservador Partido de Acci¨®n Nacional, su eterno rival y ahora aliado. Esa divisi¨®n interna es la puntilla para el gran paquebote que naci¨® de la revoluci¨®n mexicana y ejerci¨® un poder hegem¨®nico durante d¨¦cadas, gracias a su f¨¦rreo sistema de sucesi¨®n presidencial.
Hasta hace una d¨¦cada, el partido manten¨ªa firme su poder territorial, con una veintena de los 32 Estados mexicanos bajo su bandera. Las redes caciquiles atrapaban entonces el voto de dos tercios de la poblaci¨®n. Pero el poder territorial se ha ido apagando elecci¨®n a elecci¨®n. Hoy, solo conserva Coahuila y el Estado de M¨¦xico, la joya de la corona, emblema y cantera de presidentes.
Las ¨²ltimas semanas no han dado tregua al partido. Acorralado por la justicia debido a un presunto enriquecimiento il¨ªcito, el presidente del PRI, Alejandro Moreno, ha metido la cabeza en las fauces del le¨®n. Los suyos y los adversarios dan por buena la tesis de que ha negociado un arreglo con el partido del Gobierno para no quedar en manos de los tribunales. A cambio, ya ha tenido gestos a favor de las pol¨ªticas que defiende el presidente, lo que ha profundizado a¨²n m¨¢s la brecha que divide al partido y le ha granjeado amenazas de ruptura en la alianza opositora con la que pretenden concurrir a las elecciones.
Nadie puede saber con certeza qu¨¦ pasar¨¢ con el PRI, pero un cambio en la presidencia no ser¨¢ suficiente para alzarse de nuevo como un partido de gobierno. En las ¨²ltimas elecciones presidenciales fue la tercera fuerza pol¨ªtica y el enorme arrastre de votos que todav¨ªa gestiona Morena mantiene a la oposici¨®n con la cabeza debajo del agua. La corrupci¨®n que lastra al PRI en nada ayuda. No son pocos los cargos del ¨²ltimo Ejecutivo de Pe?a Nieto que est¨¢n presos, procesados o huidos de la justicia. El PRI pas¨® de ser el partido que nacionaliz¨® el petr¨®leo con L¨¢zaro C¨¢rdenas a constituirse en el imaginario colectivo de los mexicanos como el que arruinaba al pa¨ªs a base de saquear la gran petrolera estatal. Sea cual que sea la salida a la actual crisis, sus constantes vitales est¨¢n maltrechas.
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