El chantaje de los misiles
Tanto Rusia como Corea del Norte buscan acelerar la temible nueva doctrina del ataque nuclear preventivo
Hay una convergencia inquietante entre la Rusia de Vlad¨ªmir Putin y la Corea del Norte de Kim Jong-un, no tan solo en su concepci¨®n del arma nuclear como resorte del terror para preservar su poder y expandir su hegemon¨ªa sobre pa¨ªses vecinos, sino tambi¨¦n en la similar reacci¨®n que suscitan sus sistem¨¢ticas vulneraciones de la legalidad internacional y de las resoluciones de las instituciones multilaterales. Est¨¢n coincidiendo estos d¨ªas la exhibici¨®n de fuerza bal¨ªstica de Pyongyang para amedrentar a Jap¨®n y Corea del Sur y el lanzamiento por Rusia de m¨¢s de un centenar de misiles y drones suicidas sobre Ucrania en una ofensiva vengativa, sin objetivos militares, que ha dejado un reguero de civiles muertos y de infraestructuras destruidas.
Pyongyang, que ha efectuado 26 lanzamientos este a?o, dispar¨® el 3 de octubre un misil con alcance de 4.500 kil¨®metros y capacidad para golpear la base estadounidense de Guam. El cohete cruz¨® el cielo de Jap¨®n, dispar¨® las sirenas en el archipi¨¦lago nip¨®n y oblig¨® a la poblaci¨®n a buscar los refugios. En respuesta a su lanzamiento, EE UU, Corea del Sur y Jap¨®n realizaron ejercicios militares en las aguas que separan la pen¨ªnsula de Corea de Jap¨®n. Dos d¨ªas despu¨¦s, Corea del Norte lanz¨® dos misiles, estos de corto alcance y con capacidad para transportar cabezas nucleares, y el mi¨¦rcoles dispar¨® otros dos m¨¢s. Y ha anunciado la realizaci¨®n de pruebas de carga de armas nucleares t¨¢cticas en silos bal¨ªsticos submarinos, m¨¢s dif¨ªciles de detectar. Tras cinco a?os, todo indica que Pyongyang est¨¢ a punto de ejecutar una nueva detonaci¨®n de un artefacto nuclear para reafirmar la capacidad reivindicada en 2017, tras la anterior prueba, de alcanzar el territorio de Estados Unidos.
Coinciden estos movimientos con la aprobaci¨®n por la fantasmal Asamblea Suprema del Pueblo de Corea del Norte de una nueva doctrina nuclear m¨¢s agresiva, que incluye el ataque nuclear preventivo ante una amenaza militar e incluso ante un intento exterior de deposici¨®n de Kim Jong-un. Queda excluido un ataque de una potencia no nuclear, a menos que se halle aliada a otra nuclear, lo que se?ala a Corea del Sur. Kim ha calificado el arma nuclear at¨®mica de ¡°espada atesorada¡±, a la que no piensa renunciar y sobre la que no va a negociar, ya que la considera una garant¨ªa contra cualquier invasi¨®n o agresi¨®n extranjera. Es una teor¨ªa que Ucrania y Rusia han confirmado, la primera por las consecuencias de su renuncia al arma nuclear a cambio del reconocimiento de sus fronteras y su soberan¨ªa por Rusia, y la segunda violando flagrantemente con la guerra de agresi¨®n los acuerdos rubricados.
La conexi¨®n entre Rusia y Corea del Norte se plasma tambi¨¦n en la imposibilidad de traducir el rechazo creciente a su chantaje belicista en forma de apoyo a las sanciones internacionales en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde ambos cuentan con el doble veto sistem¨¢tico de China y naturalmente de la propia Rusia. Ambas potencias concertadas demandan el aligeramiento de las sanciones y la apertura de una v¨ªa de di¨¢logo diplom¨¢tico, que afirmar¨ªa el statu quo actual, el de Rusia como ocupante del 20% del territorio de Ucrania y el de Corea del Norte como potencia nuclear. De abrirse paso el doble desaf¨ªo ruso y norcoreano, quedar¨ªa reconocido el derecho de conquista de cualquier pa¨ªs con capacidades nucleares sobre sus vecinos desprovistos de estas, mientras que muchos pa¨ªses que no las tienen se apresurar¨ªan a adquirirlas. Una aut¨¦ntica cat¨¢strofe para la pol¨ªtica de no proliferaci¨®n y una devastadora amenaza para la paz en el mundo.
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