?Debe dimitir Irene Montero?
La ministra dispone de alternativa a purgar el error con su cese: retractarse de su agresi¨®n verbal e impulsar una inmediata reforma legislativa que esterilice el embrollo de origen
?Debe dimitir Irene Montero como ministra de Igualdad, seg¨²n reclaman el PP y Vox? Vayamos por partes. La trifulca por la tan bienintencionada como torpe ley del solo s¨ª es s¨ª (o de Garant¨ªa de la Libertad Sexual) promete durar m¨¢s que otros asuntos intrincados, del espionaje mediante Pegasus a la reforma de la sedici¨®n, pues las sentencias dispares proliferar¨¢n en goteo interminable.
El error es de origen jur¨ªdico. La chapuza, parcial aunque enorme, fue no a?adir una disposici¨®n transitoria especificando en qu¨¦ casos podr¨ªa no aplicarse el principio de la disposici¨®n m¨¢s favorable al reo, y pues, ha dado paso a interpretaciones ¡ªleg¨ªtimas¡ª de que rige para todos. As¨ª, sus efectos abruman, porque en vez de castigar mejor el delito sexual, permite rebajar en alg¨²n caso las penas. De modo que deteriora, desluce y evapora una de las tres banderas clave de este Gobierno progresista: la defensa de los derechos de la mujer (y de los menores), siendo las otras dos la cohesi¨®n social y la pacificaci¨®n territorial.
Es, pues, asunto de mayor cuant¨ªa. Quiz¨¢ Montero debiera aplicarse las lindezas que a otras dirige un pol¨ªtico muy pr¨®ximo, Pablo Iglesias. ?O acaso no es ¡°cobarde¡± evitar la autocr¨ªtica cuando el consenso sobre el error es un¨¢nime? ?Y no es ¡°ponerse de perfil¡± trasladar la responsabilidad propia a unos jueces ¡°machistas¡± y deleznables por ¡°incumplir¡± la ley? ?No es inquietante para la separaci¨®n de poderes la amenaza de tomar ¡°medidas¡±, sin concretarlas, para ¡°garantizar la imparcialidad¡± de la justicia? Adem¨¢s de mellar el Estado de derecho, resulta una estupidez, pues el 73% de los jueces dedicados a la violencia machista son mujeres, seg¨²n cifra la presidenta del Observatorio contra la Violencia Dom¨¦stica y de G¨¦nero, ?ngeles Carmona.
La ministra dispone de alternativa a purgar el error con su cese: retractarse de su agresi¨®n verbal, que irrita a todos los jueces, incluidos los m¨¢s progresistas; e impulsar una inmediata reforma legislativa que esterilice el embrollo de origen.
La mera espera a la ¡°unificaci¨®n de doctrina¡± por el Supremo ante sentencias dispares sobre el asunto, que patrocinan el presidente Pedro S¨¢nchez y la vice Yolanda D¨ªaz (responsables colegiados del rev¨¦s), no basta. Porque tardar¨¢. Y porque su respuesta solo afectar¨¢ a ¡°una parte menor de los casos¡±, y no podr¨¢ ser ¡°autom¨¢tica¡± ni ¡°un¨ªvoca¡±, como bien ha detallado en este diario Reyes Rinc¨®n. Urge tambi¨¦n un cambio legal. La herida sangra.
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