Despolitizar politizando

El PSOE ten¨ªa un plan. Lo ten¨ªa en 2014, cuando Pedro S¨¢nchez lleg¨® a la secretar¨ªa general e hizo lo que se hace en Madrid si uno empieza en pol¨ªtica: ir a comer con gente y mover papeles, que es una expresi¨®n que as¨ª de entrada se entiende poco aunque sale mucho en los corrillos. Cuando te dicen que est¨¢n mirando papeles suelen querer decir que han puesto a alguien a averiguar si de verdad dan los n¨²meros o las leyes para hacer viables las propuestas con las que querr¨¢n ganarse un titular.

Fue S¨¢nchez el que difundi¨® entonces una idea, a la que puso un nombre extra?o: ¡°Descolonizar las instituciones¡±. El papel detallaba c¨®mo terminar con el reparto y la apariencia de reparto partidista de las instituciones, y las citaba: el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, la Junta Electoral o el Banco de Espa?a. Hab¨ªa m¨¢s, pero con esas sirve para advertir el alcance de la cosa. Nadie en este pa¨ªs, ni siquiera en el PSOE, usaba aquella palabra at¨ªpica, salvo S¨¢nchez, resuelto a descolonizar Espa?a y reunirse con los portavoces parlamentarios para que se hiciera aqu¨ª como en el Banco de Inglaterra: abrir un plazo para que expertos contrastados optaran a su presidencia, validada por un comit¨¦ de notables.

Han pasado los a?os y resulta injusto mirarnos con ojos de hemeroteca, porque luego viene eso tan inc¨®modo a lo que llamamos realidad. Han pasado los a?os y el PSOE ha comprobado que el PP rechaza, excusa tras excusa, cualquier posibilidad de acuerdo. Pero lo que hagan los dem¨¢s define a los dem¨¢s y, en ¨²ltima instancia, la primera fiscalizaci¨®n recae sobre el Ejecutivo por una raz¨®n que Mariano Rajoy enunciar¨ªa con sencillez: es el Gobierno el que gobierna. Es La Moncloa la que, harta del boicot del PP o de los vocales conservadores, propone como magistrados del Constitucional a un exministro de Justicia y a una exdirectora general de Presidencia. La que elev¨® a otra exministra a la Fiscal¨ªa.

Se dir¨¢ que el TC no es un ¨®rgano judicial, aunque quedar¨¢ la duda de si eso el PSOE se lo est¨¢ diciendo a s¨ª mismo y a su secretario general, que entendi¨® que hac¨ªa falta una reforma a fondo de las que se prometen en el reservado de un restaurante lo mismo que en la primera cita te juran fidelidad para siempre. Y siempre es mucho tiempo. En la mano del Gobierno quedar¨¢ guardar las instituciones, cuyo descr¨¦dito s¨®lo trae las peores cosas, seg¨²n comprobamos con la repetici¨®n de unas elecciones generales que multiplicaron los esca?os de la ultraderecha. En la mano del Gobierno quedar¨¢, por poner un caso, sacar al CIS del desprestigio que constatan soci¨®logos de procedencias distintas.

El PSOE ten¨ªa un plan. Era 2014 y se han escrito ya papeles a miles. Algunos, hasta de ficci¨®n. Pero, con lo que cost¨® que entendi¨¦ramos de una vez lo que quer¨ªan que fuera la descolonizaci¨®n, uno se pregunta si algo de aquello sirve. Quiz¨¢ una ambici¨®n as¨ª hubiera bastado para ser recordado por la historia, si es que era eso lo que se pretend¨ªa.