Empecinamiento sobre Melilla
Marlaska insisti¨® ayer en su versi¨®n sobre la tragedia pese a las nuevas evidencias que deja la investigaci¨®n de EL PA?S
Una investigaci¨®n conjunta de varios medios, publicada el martes por EL PA?S, ofrece la reconstrucci¨®n m¨¢s precisa hasta la fecha de la tragedia del pasado 24 de junio en la frontera de Melilla y Nador, en la que murieron al menos 23 personas (y siguen desaparecidas otras 77). Las im¨¢genes cuidadosamente contrapuestas y analizadas para tratar de acercarse a la verdad de lo ocurrido revuelven la conciencia y provocan nuevas dudas sobre la actuaci¨®n de Espa?a y Marruecos durante aquellas horas. En ellas se aprecia claramente a personas en estado grave en una zona del puesto fronterizo. Un superviviente y miembros de las fuerzas de seguridad marroqu¨ªes que fueron grabados mientras arrastraban cuerpos apuntan a que al menos una persona muri¨® en territorio espa?ol, a escasa distancia de nuestros agentes. Entre las devoluciones en caliente a Marruecos hab¨ªa al menos un menor, seg¨²n se desprende de la investigaci¨®n, y parece de toda l¨®gica que hubiera tambi¨¦n heridos en una tragedia en la que perdieron la vida al menos 23 personas. Hablamos de respeto a los derechos humanos en nuestra frontera terrestre y es exigible transparencia, autocr¨ªtica sobre qu¨¦ fall¨® para un resultado tan dram¨¢tico y voluntad de poner en marcha mecanismos para que no vuelva a ocurrir. Cinco meses despu¨¦s, nada de esto estuvo presente en la comparecencia del ministro Fernando Grande-Marlaska, que insisti¨® en rechazar cualquier cuestionamiento por parte de los medios, del Congreso, del Defensor del Pueblo, de la Fiscal¨ªa, el Consejo de Europa, la Euroc¨¢mara, la ONU y Acnur. Todos ellos han considerado que s¨ª hay materia para investigar.
El ministro del Interior dedic¨® ayer su presencia en el Congreso a descargar a su departamento de cualquier responsabilidad ¡ªque asumi¨® personalmente¡ª sin aportar informaci¨®n nueva. La sesi¨®n muestra que ha quedado agotada la v¨ªa de la normal rendici¨®n de cuentas del Gobierno al Parlamento. Grande-Marlaska no contest¨® a preguntas que son tan leg¨ªtimas y necesarias como el primer d¨ªa. Su relato se circunscribe ¨²nicamente a que hubo un asalto violento que ¡°nunca se deb¨ªa haber producido¡±. Pero se produjo, y se volver¨¢ a producir. Y las preguntas siguen sin respuesta. ?Se pod¨ªa haber evitado con una mayor presencia de agentes? ?Con una mejor comunicaci¨®n con las autoridades marroqu¨ªes? ?Por qu¨¦ la Guardia Civil no entr¨® en la zona de la tragedia hasta varias horas despu¨¦s? ?Por qu¨¦ fueron los agentes marroqu¨ªes en solitario quienes se ocuparon de retirar los cuerpos del puesto fronterizo? ?Cu¨¢ntas v¨ªctimas hubo realmente? ?C¨®mo murieron? ?Se lo ha preguntado Espa?a a Marruecos? ?Qu¨¦ informaci¨®n ha dado Marruecos sobre su actuaci¨®n? ?Qu¨¦ piensa el Gobierno y el ministro de esa actuaci¨®n? Aun suponiendo que no hubiera habido ning¨²n fallecido en suelo espa?ol, aunque testigos y grabaciones de la investigaci¨®n de EL PA?S aseguran que al menos hubo uno, quiz¨¢ la pregunta clave es la que hizo el diputado Mikel Legarda, del PNV: ?puede Espa?a desentenderse de lo que pasa a unos pocos metros de su puesto fronterizo?
Grande-Marlaska ha decidido rechazar, una tras otra, todas las oportunidades que las instituciones le han dado para matizar y enriquecer su relato y la valoraci¨®n de los hechos del 24 de junio. Con ello, ha atado su futuro pol¨ªtico a la evoluci¨®n del caso en las distintas instancias que tienen abiertas investigaciones, la Fiscal¨ªa y el Defensor del Pueblo. No se descarta adem¨¢s que el Parlamento Europeo reclame su comparecencia. Pero independientemente de las consecuencias jur¨ªdicas o pol¨ªticas del caso, lo que ocurri¨® merece una reflexi¨®n como pa¨ªs sobre la gesti¨®n de la frontera, y para abordarla es necesario partir de lo que todav¨ªa no hay: un relato oficial de los hechos que se corresponda con lo que todos hemos visto en las im¨¢genes. El ministro no lo dio ayer en sede parlamentaria.
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