El poder de una feria del libro

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) baj¨® el tel¨®n el domingo con una sensaci¨®n de alivio y contenida satisfacci¨®n por el impulso recobrado tras los embates de la pandemia. El m¨¢s importante encuentro literario y editorial en espa?ol volvi¨® a unos n¨²meros m¨¢s propios de la normalidad, con m¨¢s de 800.000 visitantes que dan la idea de la energ¨ªa, a menudo latente, del sector. Pero m¨¢s all¨¢ de las estad¨ªsticas, lo importante es el balance cualitativo y eso tiene que ver con el lugar que puede ocupar la feria en el futuro. Un papel que representa una oportunidad como veh¨ªculo de cultura y reflexi¨®n tanto para vertebrar Am¨¦rica Latina como para fortalecer la conversaci¨®n entre las dos orillas del Atl¨¢ntico.

Despu¨¦s de 36 ediciones, la FIL demuestra que puede ser un espacio que ayude, por ejemplo, a restablecer los puentes entre M¨¦xico, el resto del continente y Espa?a. Ya est¨¢ sucediendo gracias a una nueva generaci¨®n de autores y autoras. Esa es, en ¨²ltima instancia, la funci¨®n primordial de una feria del libro: acoger una realidad y convertirse en su catalizador, en este caso construyendo o reconstruyendo una sinton¨ªa. Y si la literatura es una espita para iniciar ese camino, el siguiente paso es un di¨¢logo que abarca todos los aspectos de la convivencia cultural.

Explorar ese territorio, sin embargo, no es sencillo. En primer lugar, la crisis econ¨®mica, la inflaci¨®n y los costes de producci¨®n dificultan el objetivo. Una consecuencia directa son los obst¨¢culos para la circulaci¨®n del libro en Am¨¦rica Latina, hoy m¨¢s grandes a pesar del trabajo vital que est¨¢n haciendo los peque?os sellos en M¨¦xico, Centroam¨¦rica, Colombia, Chile o Argentina. La hist¨®rica desconexi¨®n o incomunicaci¨®n entre los lectores de cada uno de los pa¨ªses y las obras ha conseguido mitigarse, pero est¨¢ muy lejos de estar normalizada la fluidez internacional de libros y autores. El replanteamiento de los equilibrios en el seno de la industria editorial, adem¨¢s, aboca a repensar de alguna manera la jerarqu¨ªa para que haya alternativas a Barcelona o Madrid como principales plataformas de difusi¨®n: la anomal¨ªa hist¨®rica de que un autor sea le¨ªdo en toda Am¨¦rica Latina solo despu¨¦s de haberse editado en Espa?a sigue estando presente en la industria.

En segundo lugar, no pueden pasarse por alto las tensiones pol¨ªticas que han acompa?ado esta edici¨®n de la Feria del Libro de Guadalajara. La dimensi¨®n internacional del encuentro y su alcance profesional deber¨ªan dejar al margen conflictos como el que enfrenta al gobernador del Estado de Jalisco, Enrique Alfaro, y el presidente de la FIL, Ra¨²l Padilla, y las disputas de ambos por los presupuestos. La apuesta de los poderes p¨²blicos, locales, nacionales e incluso regionales, deber¨ªa ser mayor. El pr¨®ximo a?o puede ser un banco de pruebas ¨®ptimo para medir tanto ese compromiso como las capacidades de la feria para actuar como promotor. La Uni¨®n Europea ser¨¢ la invitada (y Espa?a lo ser¨¢ en 2024), lo que supone un reto de ida y vuelta para averiguar la proyecci¨®n del mercado editorial en espa?ol y el futuro del libro.