Los ¨²ltimos zarpazos de la ultraderecha
Los grupos terroristas que quisieron interrumpir la Transici¨®n no consiguieron detener el reloj de la historia ni resucitar a Franco, pero las consecuencias de sus actos violentos fueron brutalmente reales
En las elecciones generales de octubre de 1982 el PSOE, un partido que proven¨ªa de la oposici¨®n antifranquista, alcanz¨® la mayor¨ªa absoluta en el Congreso. La investidura de Felipe Gonz¨¢lez como presidente del Gobierno ratific¨® que la Transici¨®n democr¨¢tica hab¨ªa culminado con ¨¦xito.
La ultraderechista Fuerza Nueva (FN), con 108.746 votos (el 0,52% del total), fue una de los grandes derrotadas en los comicios. Blas Pi?ar hab¨ªa perdido no solo tres cuartas partes de sus apoyos anteriores, sino tambi¨¦n su ¨²nico esca?o. Ahogada por las deudas, FN se disolvi¨® el 20 de noviembre de aquel mismo a?o. En su discurso de despedida Pi?ar culp¨® del descalabro a la Iglesia, al Ej¨¦rcito, a los empresarios¡ ¡°Pero tambi¨¦n nos ha dejado solos nuestro pueblo. ?Oh, pueblo de Espa?a!, ?qu¨¦ mal te hemos hecho para que nos hayas respondido as¨ª?¡±
Muchos males. Pi?ar y su partido hab¨ªan intentado interrumpir la Transici¨®n para restablecer una dictadura. Lo hab¨ªan hecho por cauces legales, pero simult¨¢neamente hab¨ªan ejercido de agentes de radicalizaci¨®n por medio de un discurso de la nostalgia y el odio. En consecuencia, FN, su brazo juvenil (Fuerza Joven) y sus escisiones se convirtieron en uno de los principales focos del terrorismo de extrema derecha durante los a?os del cambio. Seg¨²n los c¨¢lculos de la historiadora Sophie Baby, personas vinculadas a Fuerza Nueva y a su entorno fueron responsables de 85 acciones violentas entre 1975 y 1982. Algunas de ellas causaron v¨ªctimas mortales: Andr¨¦s Fraguas, Andr¨¦s Garc¨ªa Fern¨¢ndez, Jos¨¦ Luis Alcazo, Yolanda Gonz¨¢lez, Vicente Cuervo¡
A finales de 1982 la victoria socialista y la autodisoluci¨®n de Fuerza Nueva conmocionaron al sector m¨¢s exaltado de sus juventudes. En Madrid exmiembros de Fuerza Joven crearon la Legi¨®n de San Miguel Arc¨¢ngel para, reza la sentencia judicial, realizar ¡°actos que subvirtiesen el orden constitucional del estado social y democr¨¢tico de derecho por medios violentos¡±. Fueron desarticulados antes de cometer delitos de sangre.
Sus hom¨®logos vallisoletanos fueron m¨¢s lejos. Exmilitantes de Fuerza Joven constituyeron los Grupos de Acci¨®n Nacional-Sindicalista de 28 de octubre para perpetrar atentados contra las autoridades locales, como el alcalde y el gobernador civil, ambos del PSOE, con el fin de desestabilizar la democracia parlamentaria. La primera operaci¨®n de uno de sus integrantes fue amenazar de muerte al propietario de un bar que le hab¨ªa echado.
Otros dos, Jos¨¦ Carlos Bravo del Amo y Jos¨¦ Carlos Ramos Mateo, se comprometieron a proveer de armas de fuego a la banda. El 5 de diciembre de 1982 entraron en el taxi de Salvador Sampedro de Dios y le pidieron que los llevara desde Valladolid a Salamanca. Hab¨ªan recorrido ya unos kil¨®metros cuando el chofer les pregunt¨® si llevaban dinero para pagar el servicio. La respuesta de uno de los j¨®venes fue asestarle un navajazo en el cuello. Como Sampedro no falleci¨® en el acto, los ultras pararon para fumar un cigarro y discutir qu¨¦ hacer con ¨¦l. Decidieron cruzar la l¨ªnea invisible. Sacaron al herido del veh¨ªculo, lo dejaron en la calzada y lo atropellaron con su propio taxi hasta matarle. Sampedro estaba casado y ten¨ªa un hijo.
Los terroristas se desplazaron al chal¨¦ de un familiar en Aldeavieja de Tormes (Salamanca), donde sustrajeron un rifle y un revolver. No tardaron en utilizar aquellas armas. En la noche del 20 al 21 de diciembre robaron un autom¨®vil a punta de pistola. Quer¨ªan asaltar un banco, pero se detuvieron en una gasolinera de Herrera de Pisuerga (Palencia). Adem¨¢s de robar la caja del establecimiento (15.000 pesetas), obligaron al ¨²nico empleado, Severino Garc¨ªa Garc¨ªa, a subirse al coche. M¨¢s adelante detuvieron el motor, condujeron a Garc¨ªa por un camino de tierra y le dispararon por la espalda.
Los terroristas cambiaron de planes y se dirigieron a Santander. El conductor se qued¨® dormido y sufrieron un accidente, siendo hospitalizado uno de ellos. La Guardia Civil les segu¨ªa la pista, por lo que, sabi¨¦ndose sospechosos, en enero de 1983 se entregaron en el Juzgado de Instrucci¨®n n? 1 de Valladolid. En mayo la Polic¨ªa detuvo a los otros cinco miembros del grup¨²sculo terrorista. En junio de 1984 la Audiencia Provincial de Valladolid conden¨® a Bravo del Amo y Ramos Mateo por dos robos con homicidio. Al primero a 60 a?os de c¨¢rcel y al segundo, que era menor de edad en el momento de los hechos, a 47.
La extrema derecha fracas¨®. No consigui¨® detener el reloj de la historia ni resucitar a Franco. No obstante, las consecuencias de sus actos de violencia fueron brutalmente reales. El terrorismo ultraderechista y parapolicial caus¨® 62 v¨ªctimas mortales durante la Transici¨®n. A ellas y a sus familias, que a menudo no fueron amparadas como necesitaban por las instituciones, les debemos justicia, memoria y reparaci¨®n. Si bien se ha avanzado en esa direcci¨®n, todav¨ªa nos queda mucho camino por recorrer.
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