El valor del despecho
Nuestro ¡®Zeitgeist¡¯ baila al ritmo de canciones latinas. El himno del verano fue ¡®Despech¨¢', de Rosal¨ªa; el rap del invierno, la ¡®Session 53¡¯ de Shakira
?Cu¨¢l es nuestro Zeitgeist? Es decir, el esp¨ªritu que marca nuestro tiempo, seg¨²n Hegel. Aunque el desencanto y la polarizaci¨®n son relevantes, no vivimos en una era caracterizada por esos estados de ¨¢nimo gris¨¢ceos y mon¨®tonos, sino por uno colorido y musical: el despecho. Nuestro Zeitgeist baila al ritmo de canciones latinas. El himno del verano fue Despech¨¢, de Rosal¨ªa. El rap del invierno, la Session 53 de Shakira, con los hirientes versos a Piqu¨¦ y su novia, como el ¡°cambiaste un ferrari por un twingo¡±.
Entremedias, la sonata del oto?o ha sido el despecho, por fasc¨ªculos, del pr¨ªncipe Harry contra su familia real. Sus declaraciones han impactado tanto que los brit¨¢nicos se dividen hoy m¨¢s en funci¨®n de su opini¨®n sobre los duques de Sussex que sobre el Brexit.
Y, durante todas las estaciones, nuestra pol¨ªtica es un concierto de despechos. PSOE y PP, y sus magistrados afines, zancadille¨¢ndose en la renovaci¨®n del Poder Judicial, est¨¢n atrapados en la cadena de venganzas y reproches propia de un matrimonio que se ha roto. Durante a?os, existi¨® la confianza m¨ªnima para que se sentaran a negociar en asuntos de Estado. Ahora, se sienten tan mutuamente traicionados que es imposible.
La RAE define despecho como una malquerencia nacida en el ¨¢nimo por desenga?os sufridos en la consecuci¨®n de los deseos o en los empe?os de la vanidad. Y, en una sociedad proclive al victimismo y al narcisismo como la actual, el despecho se antoja como el vertedero predilecto de la frustraci¨®n. Para famosos, pol¨ªticos y seguramente la mayor¨ªa de las personas. No es un buen camino, como se?ala Patti Davis, hija de Ronald Reagan, en un art¨ªculo en The New York Times sobre el pr¨ªncipe Harry. Como este, Patti escribi¨® un libro sacando los trapos sucios de su familia. Y, como Harry, su motivaci¨®n era contar su verdad para que sus familiares la entendieran mejor. Pero, con el paso de los a?os, Patti aprendi¨® que los seres queridos no responden bien cuando los averg¨¹enzas en p¨²blico, que en una familia hay muchas verdades y que no toda verdad debe ser expuesta a todo el mundo. Por eso, aconseja que la respuesta inicial a un agravio sea no decir nada, aunque, cuando el tiempo haya enfriado los sentimientos, cualquier cosa pueda ser discutida.
Ojal¨¢, en nuestro quehacer diario, todos le di¨¦ramos m¨¢s valor al silencio y menos al despecho. @VictorLapuente
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