El espa?ol en la ciencia, en cuarentena
El impulso del idioma espa?ol en publicaciones cient¨ªficas por parte del Gobierno con un PERTE espec¨ªfico se contradice con la convocatoria de fondos de investigaci¨®n realizada por el Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n
Faltan dos meses para que comience en C¨¢diz el IX Congreso de la Lengua Espa?ola organizado por la Real Academia Espa?ola (RAE) y la Asociaci¨®n de Academias de la Lengua Espa?ola (Asale), junto con el Instituto Cervantes. La cita de C¨¢diz puede servir para promover el espa?ol, para potenciarlo como veh¨ªculo de una cultura y para lograr mejoras estrat¨¦gicas en el posicionamiento mundial de una de nuestras lenguas. Un congreso no puede decidir c¨®mo van a hablar los hispanohablantes; son ellos quienes deciden si abrazan o desprecian una palabra novedosa, un nuevo uso en la pronunciaci¨®n o una expresi¨®n innovadora. Pero hay una parte de c¨®mo y d¨®nde se usa la lengua que s¨ª responde a lo que se decide gubernamentalmente sobre ella: eso es la planificaci¨®n ling¨¹¨ªstica, algo crucial para un congreso como este.
Yo quiero aprovechar estas l¨ªneas para pedir que en el contexto de ese congreso, en alguna de sus mesas o en las declaraciones que puedan surgir al hilo de las conferencias o fotograf¨ªas de grupo, el Gobierno de Espa?a exprese de manera inequ¨ªvoca cu¨¢l es su postura en torno al uso del espa?ol en la ciencia. Porque la planificaci¨®n ling¨¹¨ªstica sobre el espa?ol en la ciencia resulta absolutamente contradictoria y los investigadores estamos perdiendo much¨ªsimo tiempo a cuenta de ello.
Por un lado, hay grandes proyectos ministeriales con financiaci¨®n generosa que auspician que se use el espa?ol como lengua de comunicaci¨®n cient¨ªfica. As¨ª, entre los Proyectos Estrat¨¦gicos para la recuperaci¨®n y Transformaci¨®n Econ¨®mica (PERTE) se incluye una l¨ªnea llamada espec¨ªficamente Ciencia en espa?ol, que aspira, seg¨²n sus bases, a potenciar ¡°el espa?ol como lengua de comunicaci¨®n con producci¨®n cient¨ªfica¡±. El plan no es ning¨²n disparate: hay disciplinas cient¨ªficas, sobre todo las experimentales, en las que el uso del ingl¨¦s en las publicaciones es ya mayoritario; en el ¨¢mbito de la inteligencia artificial, ingl¨¦s y chino est¨¢n creciendo a un ritmo casi inalcanzable para el espa?ol y el proceso seguir¨¢ si no hay un esfuerzo por revertir la inercia. Pero mientras el Ministerio de Asuntos Econ¨®micos y Transformaci¨®n Digital promueve este plan, el Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n nos vuelve a animar a los investigadores a escribir nuestras propuestas cient¨ªficas en ingl¨¦s.
Justo en este mes de enero se encuentra abierto el plazo para la convocatoria anual de fondos de investigaci¨®n m¨¢s importante de la ciencia espa?ola. El Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n nos convoca a los investigadores estabilizados en universidades espa?olas a formar equipos y presentar proyectos que pueden o no ser financiados; los investigadores deben exponer sus m¨¦ritos y escribir una memoria en que expliquen sus intereses y objetivos. Atiendo a las bases de la convocatoria de este a?o: se recomienda que los m¨¦ritos curriculares y la memoria explicativa se expongan en ingl¨¦s (¡°en lengua inglesa¡± por ser m¨¢s exactos) y para los proyectos m¨¢s ambiciosos (los que piden m¨¢s de 100.000 euros), el uso del ingl¨¦s es obligatorio.
Estas recomendaciones que hace el Ministerio de Ciencia empobrecen, en mi opini¨®n, cualquier esfuerzo que est¨¦ haciendo el Ejecutivo por promover la ciencia en espa?ol. No se est¨¢ animando a que se escriban los art¨ªculos resultantes en ingl¨¦s o que se imparta docencia en ingl¨¦s, sino a que una memoria que sale de una universidad o centro de investigaci¨®n espa?ol, dirigida a un ministerio espa?ol para obtener dinero espa?ol con el que hacer ciencia en Espa?a est¨¦ redactada en ingl¨¦s. Se incrementa el absurdo si uno piensa que habr¨¢ proyectos que, en ingl¨¦s, hayan de exponer que quieren estudiar el rom¨¢nico aragon¨¦s o la evoluci¨®n de la ley espa?ola de alquileres o la obra escondida de Miguel (?Michael?) de Cervantes. Por otro lado, los proyectos m¨¢s ambiciosos en financiaci¨®n se han de escribir por fuerza en ingl¨¦s: ?se presupone que no habr¨¢ en Espa?a evaluadores capacitados para valorar esas memorias si se redactan en espa?ol? ?Se entiende que los investigadores extranjeros a los que se pueda consultar no tendr¨¢n la suerte de saber esa minoritaria lengua que es el espa?ol? Son dos presuposiciones que nos dejan en mal lugar.
Presentarse a una convocatoria de proyectos es una concreci¨®n muy simb¨®lica de lo que es nuestra investigaci¨®n. Y al mismo tiempo, no deja de ser una especie de documento interno, que, luego, si se concede, dar¨¢ lugar a publicaciones que cada investigador decidir¨¢ si redacta en espa?ol, en catal¨¢n, en ingl¨¦s o en la lengua que quiera. Hay que aspirar en la internacionalidad, jugar en las mejores ligas y eso supondr¨¢ escribir en ingl¨¦s... o no, pero dentro de casa no podemos claudicar ante el ingl¨¦s cient¨ªfico en algo tan concreto e interno como las convocatorias de proyectos.
Quedan menos de 60 d¨ªas, en fin, para que empiece el Congreso de la Lengua de C¨¢diz. Es un plazo que en los diccionarios llaman sesentena. Hasta entonces, seguiremos teniendo al espa?ol cient¨ªfico en cuarentena.
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