Soy idiota
Me pregunto c¨®mo es posible que las cifras macroecon¨®micas del pa¨ªs sean tan buenas con un tercio de la poblaci¨®n en riesgo de pobreza
Dijeron por la radio que se pod¨ªa estar delgado y ser obeso del mismo modo, pens¨¦ yo, que los ricos, en las novelas rom¨¢nticas, suelen ser pobres porque les falta lo esencial. Lo esencial, que pertenece al alma, no sale en los extractos bancarios ni en los an¨¢lisis de sangre ni en las radiograf¨ªas. Las novelas rom¨¢nticas, en fin, est¨¢n llenas de pobres ricos, como las consultas de los nutricionistas est¨¢n llenas de delgados obesos. Todo conduce a su contrario: entre los exhibicionistas abundan los t¨ªmidos, la agorafobia es una de las manifestaciones de la claustrofobia y la tensi¨®n alta mala es la baja. De otro lado, los efectos secundarios de la ley del solo s¨ª es s¨ª se explican por la propia perfecci¨®n de la norma. Hay que mirarlo todo del rev¨¦s para comprender el significado de las cosas.
Viene a cenar a casa un amigo gord¨ªsimo que observa mi delgadez con l¨¢stima. Dice que tengo que cuidarme porque la gordura es la antesala de la diabetes. ¡°Puedes tomarte el pat¨¦ a cucharadas¡±, a?ade, ¡°siempre que cuides la proporci¨®n entre la grasa y el m¨²sculo¡±. Hay tambi¨¦n, seg¨²n ¨¦l, un problema de desinformaci¨®n en el asunto de la obesidad infantil: los ni?os flacos son con frecuencia los que est¨¢n m¨¢s gordos.
Cuando se marcha, me meto en la cama (aunque quiz¨¢ est¨¦ saliendo de ella, no lo s¨¦) y me pregunto c¨®mo es posible que las cifras macroecon¨®micas del pa¨ªs sean tan buenas con un tercio de la poblaci¨®n en riesgo de pobreza. O c¨®mo hemos conseguido detener la inflaci¨®n sin que la leche deje de subir. Me pregunto tambi¨¦n por qu¨¦ las desigualdades no dejan de crecer cuando es la primera preocupaci¨®n de los gobernantes. Pero me lo pregunto porque soy idiota, porque no entiendo el funcionamiento de la realidad. Ni siquiera me hab¨ªa dado cuenta de que me sobraban tantos kilos disponiendo de tan pocos. Ma?ana, a r¨¦gimen.
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