Prohibici¨®n de libros en Estados Unidos
Los lectores escriben sobre el veto conservador a obras literarias, los abusos a menores cometidos por el jesuita espa?ol Alfonso Pedrajas en Bolivia, la amistad y sobre el partido de la Euroliga de baloncesto que enfrent¨® al Real Madrid y al Partizan
Leo consternada que la prohibici¨®n de libros en Estados Unidos ha marcado otro r¨¦cord hist¨®rico. El pasado a?o se impugnaron 2.571 t¨ªtulos, el doble que el anterior. Y leo en este diario que incluso el Estado de Florida prev¨¦ penas de c¨¢rcel de hasta cinco a?os para profesores y bibliotecarios. Qui¨¦n nos iba a decir que en la ¨¦poca de las libertades y los derechos, los h¨¦roes sin capa iban a ser los que se atreven a poner un libro prohibido en nuestras manos. En la lista de textos cuya prohibici¨®n se solicita est¨¢ Ojos azules de la Premio Nobel, Toni Morrison. Es una novela dura porque nos pone ante el espejo de la discriminaci¨®n racial, de la suerte que a veces tenemos por nacer en un lugar y no en otro. Los libros nos hacen pensar. Cuando se proh¨ªben solo recuerdo que hubo dictadores que los quemaban. Ninguna sociedad avanzada y libre puede permitirse prohibir obras literarias. Ninguna.
Rebeca Mu?oz Gil. Madrid
Culpable(s)
Estremece conocer un caso m¨¢s de pederastia en el seno de la Iglesia cat¨®lica. El horror de los ni?os abusados por el jesuita espa?ol Alfonso Pedrajas en Bolivia, el sentimiento de culpabilidad del autor, la huida hacia delante buscando asesoramiento en las autoridades eclesi¨¢sticas ¡ªc¨®mplices en la ocultaci¨®n¡ª, y a quien solo la muerte liber¨® de su infierno. Es hora de culpar a la Iglesia de todo el horror y la barbarie por tolerar, ocultar y fomentar este tipo de aberraciones, perpetuando una situaci¨®n antinatural, hip¨®crita y falsa sostenida por todo el entramado jer¨¢rquico de una instituci¨®n corrupta.
Mar¨ªa Teresa Iglesias Yugat. Santiago de Compostela
Amistad
A los 20, los hombres me romp¨ªan el coraz¨®n; a los 30, me lo rompen mis amigos. En un mundo donde la indignaci¨®n es el denominador com¨²n, en el que, sinti¨¦ndonos observados, nos esforzamos por considerarlo todo, pasamos por alto lo que est¨¢ a nuestro lado. Discutimos y analizamos la responsabilidad afectiva como si nos hubi¨¦ramos disociado de nuestro sentido com¨²n, desligados de nuestro inter¨¦s y cuidado hacia aquellos que caminan junto a nosotros.
Rebecca Azamor. Barcelona
Barato
Despu¨¦s del bochornoso espect¨¢culo que nos ofrecieron el Real Madrid y el Partizan durante el ¨²ltimo partido de la Euroliga de baloncesto disputado en el Wizink Center, uno llega a la conclusi¨®n de que la violencia en alg¨²n deporte sale barata y adem¨¢s acarrea pocas consecuencias. Las sanciones me parecen rid¨ªculas. Y lo peor es que despu¨¦s nos llenamos de gozo cuando hablamos de los valores del deporte. Llegar¨¢ el d¨ªa en el que por fin nos quitemos la careta de la far¨¢ndula de una vez para admitir que el deporte de ¨¦lite de hoy en d¨ªa es, sobre todo, un muy buen negocio montado por algunos adem¨¢s de una gran farsa. Y lo mismo ocurre con esa idea tan absurda de no mezclarlo con la pol¨ªtica. ?D¨ªganme alg¨²n espacio en este pa¨ªs en el que la pol¨ªtica no est¨¦ presente? ?D¨ªganme uno! ?Solo uno!
Manuel I. Nan¨ªn. O Carballi?o. (Ourense)
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