No estar
Son frecuentes los casos en los que militantes o personajes hist¨®ricos evolucionan mal, se portan como unos cascarrabias y se al¨ªan con el enemigo. Somos peligrosos cuando las listas o los a?os nos dejan fuera
Estar o no estar, esa es una cuesti¨®n que merece la pena discutir. Ser o no ser resulta una cuesti¨®n shakesperiana, ¨²ltima, de apaga y v¨¢monos. Pero estar o no estar supone otro tipo de cuesti¨®n, un proceso en el que caben los matices, las circunstancias y el vamos a pensarlo. Por eso se habla tanto del saber estar. La buena educaci¨®n nos ense?a desde ni?os a saber estar, comportarnos bien en una clase, una comida familiar o una fiesta. Luego ampliamos las posibilidades del destino en una cama, una relaci¨®n sentimental, un trabajo o un puesto p¨²blico. Saber estar con dignidad supone preocuparse por uno mismo y por los otros, quedar bien, no abusar, no robar, desempe?ar con respeto las funciones encomendadas.
Cuando se cumplen a?os, uno comprende la importancia de saber no estar. Es tan importante saber no estar como saber estar. Cuando se rompe una relaci¨®n sentimental, por ejemplo, es importante saber no estar, respetar la integridad de la otra persona, su independencia, no gritar, amenazar, matar en los procesos de separaci¨®n y de divorcio. Y cuando no se est¨¢ en el Gobierno es muy bueno saber no estar, no crispar, no considerar ileg¨ªtimos los resultados democr¨¢ticos, no convertir la pol¨ªtica en un lugar para la mentira, el odio y el insulto. Saber no estar es algo muy necesario para la convivencia. Saber no estar es una buena forma de participar con dignidad en el bien com¨²n.
El saber no estar adquiere importancia en las discusiones pol¨ªticas y la elaboraci¨®n de listas electorales. Son frecuentes los casos en los que militantes o personajes hist¨®ricos evolucionan mal, se portan como unos cascarrabias y se al¨ªan con el enemigo. Somos peligrosos cuando las listas o los a?os nos dejan fuera. Conozco poetas que odian con furor al cr¨ªtico que no cuenta con ellos en una antolog¨ªa. Saber no estar importa tanto como saber estar.
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