De los ceniceros a la taroterapia
Este mundo inexplicable funciona gracias a las aplicaciones tecnol¨®gicas del conocimiento cient¨ªfico m¨¢s avanzado, pero cada vez m¨¢s personas exhiben con orgullo su recelo o su abierto desprecio a la ciencia
La nueva vida municipal espa?ola abarca tareas inusitadas, algunas de ellas de m¨¢xima urgencia, como devolver al tr¨¢fico calles reci¨¦n dedicadas al uso prioritario de los caminantes o reventar con excavadoras carriles-bici que atentaban contra la sagrada libertad de circular en coche. No hay l¨ªmites para el activismo de concejales reci¨¦n llegados a sus cargos. Uno de ellos, precisamente de Sanidad, ha salido a las calles de Valladolid a repartir 7.500 ceniceros, en una campa?a patrocinada por una llamada Mesa del Tabaco, en cuya p¨¢gina web se explican los m¨²ltiples beneficios sociales y econ¨®micos de ese producto, que aporta 9.000 millones al a?o en impuestos, y del que, seg¨²n dicen, viven 53.000 personas en Espa?a. L¨¢stima que por el tabaco mueran tantas personas como las que viven de ¨¦l y que el coste del tabaquismo y sus secuelas para el sistema sanitario sea el triple de los ingresos fiscales que produce. El concejal de Sanidad de Valladolid sonr¨ªe publicitariamente con sus ceniceros, flanqueado por unas azafatas, y es probable que adem¨¢s del humo del tabaco inhale y celebre con orgullo el de la gasolina, igual de beneficioso para la salud, seg¨²n la prontitud con que los ayuntamientos gobernados por la derecha y la extrema derecha est¨¢n eliminando las ya escasas limitaciones al tr¨¢fico privado en las ciudades. Las muertes por efecto de la contaminaci¨®n del aire son todav¨ªa m¨¢s numerosas en el mundo que las derivadas del tabaco, pero esas cifras, certificadas por organismos internacionales del m¨¢ximo rigor, no afectan a los adalides de la derecha municipal espa?ola, que se ha afiliado al oscurantismo anticient¨ªfico de los extremistas republicanos en Estados Unidos, seg¨²n contaba hace unos d¨ªas Javier Salas en estas p¨¢ginas.
¡°La ciencia oficial no lo explica todo¡±, aseguraban con misterio los expertos en ocultismo de nuestra ignorante juventud, los uf¨®logos y parapsic¨®logos y astr¨®logos que nos adivinaban el car¨¢cter seg¨²n la conjunci¨®n de los astros en nuestro nacimiento y nos le¨ªan el porvenir en la palma de la mano. La ciencia oficial no explicaba que algunos aviones desaparecieran sin rastro en el tri¨¢ngulo de las Bermudas y que en ciertos bajorrelieves mayas, igual que en numerosos pasajes de la Biblia, se encontraran pruebas indudables de las visitas de naves extraterrestres. Algo fundamental permanec¨ªa oculto: cad¨¢veres congelados de alien¨ªgenas en un laboratorio de Arizona; fotograf¨ªas y documentos clasificados como de m¨¢ximo secreto en los archivos del Pent¨¢gono. Javier Salas atribuye a la derecha la primac¨ªa del oscurantismo, pero hubo ¨¦pocas no lejanas en las que la negaci¨®n de la ciencia y del pensamiento racional eran fomentadas tambi¨¦n por una confusa actitud alternativa, un rechazo contracultural de todo lo que pareciera establecido y ortodoxo. Hemos asistido, embarazosamente, a conatos de viajes astrales bajo los efectos del hach¨ªs y los letargos sinf¨®nicos de Pink Floyd, y hemos tenido amigos que a la beata admiraci¨®n de todo lo que pareciera artesan¨ªa originaria o misticismo tribal sumaban el estudio y la pr¨¢ctica del tarot.
Precisamente, el tarot es otra de las disciplinas que han merecido la protecci¨®n de la derecha municipal espa?ola. Un organismo del Ayuntamiento de Alicante llamado Escuela de Talento Femenino estuvo ofreciendo hasta hace unos d¨ªas un ¡°taller de tarot para el ¨¦xito empresarial¡±, impartido por Almudena Polo, fundadora de Al(mu)Quimia Terapias Hol¨ªsticas, y tambi¨¦n, seg¨²n sus propias palabras, ¡°taroterapeuta y coach estrat¨¦gico¡±. Me acuerdo de los escaparates con luces rosadas o rojizas y cortinajes prometedores de las adivinas echadoras de cartas en el Greenwich Village de Nueva York. Mujer de su tiempo, Almudena, o Al(mu)Quimia, atiende por WhatsApp o videollamada, pero esa distancia tecnol¨®gica no disminuye la eficacia de sus taroterapias: ¡°Ahora podr¨¢s disfrutar de una experiencia m¨¢s personalizada y cercana de nuestras lecturas¡±. Tristemente, un concejal de la oposici¨®n, empujado sin duda por el resentimiento de los perdedores, levant¨® la liebre sobre el taller para el ¨¦xito empresarial a trav¨¦s del tarot, y el Ayuntamiento de Alicante se ha visto obligado a cancelarlo.
Este es un mundo inexplicable que se ha levantado y funciona a cada momento y en cada aspecto de la vida gracias a las aplicaciones tecnol¨®gicas del conocimiento cient¨ªfico m¨¢s avanzado, pero en el que cada vez m¨¢s personas exhiben con orgullo su recelo o su abierto desprecio a la ciencia. No se f¨ªan del consejo de un m¨¦dico o de la predicci¨®n de un meteor¨®logo, pero s¨ª de las conjeturas de una adivina sobre el porvenir escrito en las estrellas, o en las l¨ªneas de la mano, o en las figuras de un mazo de naipes. Lamentamos con raz¨®n que el deterioro de la ense?anza de las humanidades y las ciencias entorpece el ejercicio de la racionalidad y el esp¨ªritu cr¨ªtico, pero me temo que el problema m¨¢s grave no es la ignorancia, sino la predisposici¨®n humana a no mirar las cosas tal como son si esa mirada contradice las creencias o incomoda la pura poltroner¨ªa de quien no est¨¢ dispuesto a saber ni a cambiar.
La raz¨®n es m¨¢s fr¨¢gil de lo que parece. La inteligencia no se extiende por igual en todas direcciones. Vemos en nosotros mismos que podemos ser en unas cosas l¨²cidos y juiciosos y en otras romos o desastrosamente impulsivos. Don Quijote es un hombre sosegado y sensato hasta el momento en el que se le mencionan los disparates de la caballer¨ªa andante. Queremos pensar que la superstici¨®n y el fanatismo religioso son propios de personas ignorantes, pero sabemos de cient¨ªficos que pasan sin esfuerzo del rigor experimental al rezo del rosario, y de ingenieros formados en las mejores universidades alemanas que en septiembre de 2001 se inmolaron a s¨ª mismos en el nombre de Dios pilotando dos aviones llenos de pasajeros contra las Torres Gemelas. El conocimiento, a diferencia de la fe y de las lecturas de la tarotista Al(mu)Quimia, no puede ser ¡°personalizado y cercano¡±: las constelaciones en el cielo nocturno no tratan de ti; la Historia, estudiada en serio, no le da a nadie alegr¨ªas patri¨®ticas; cualquiera que prometa el para¨ªso, o el cumplimiento inminente de necesidades y deseos, est¨¢ mintiendo y es peligroso; el talento no es gratuito ni instant¨¢neo, ni depende de las ganas o de la voluntad, y ni siquiera est¨¢ garantizado por el esfuerzo; no basta desear algo para poder alcanzarlo; no se puede tener todo, entre otras cosas porque, como indic¨® Isaiah Berlin, dos fines igualmente deseables y justos pueden a veces ser incompatibles entre s¨ª.
Javier Salas cita en su reportaje estudios seg¨²n los cuales, dice, ¡°la cosmovisi¨®n derechista choca con el propio sistema cient¨ªfico¡±, pero yo tengo la impresi¨®n de que el mal est¨¢ bastante m¨¢s repartido. No hay extremismo pol¨ªtico ni ceguera ideol¨®gica ni pasi¨®n narcisista individual o colectiva que est¨¦n dispuestos a aceptar los l¨ªmites que la realidad, las leyes naturales y el sentido com¨²n imponen a su delirio. Te¨®ricos universitarios de gran sofisticaci¨®n y presunto progresismo aseguran que no existen hechos ni datos objetivos, sino tan solo figuraciones variables, ¡°constructos culturales¡±, por usar la jerga depravada en la que trafican. Pero lo m¨¢s peligroso del oscurantismo y de la sublevaci¨®n contra la ciencia, del negacionismo clim¨¢tico, de la irresponsabilidad sobre el tabaco, no son unos botarates que regalan ceniceros por la calle o que promueven cursos de tarot para mujeres empresarias: el enemigo ¨²ltimo y verdadero de la ciencia son los poderes econ¨®micos, perfectamente adiestrados en el saber cient¨ªfico y en el dominio de la tecnolog¨ªa, que compran conciencias, financian campa?as, corrompen a dirigentes pol¨ªticos y siembran la ignorancia para seguir multiplicando beneficios inmensos a costa de volver inhabitable este mundo.
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