Negar las alarmas, dudar de los datos y los expertos: por qu¨¦ la derecha recela de la ciencia
Los m¨¢s conservadores desconf¨ªan de los cient¨ªficos porque perciben que su identidad est¨¢ en riesgo, influidos por las ¨¦lites populistas y tras d¨¦cadas de desinformaci¨®n
La derecha m¨¢s radical tiene problemas con la ciencia. Es algo que innumerables estudios hab¨ªan observado, pero desde la pandemia el problema se ha agravado porque gana importancia y se extiende socialmente. Y esa tensi¨®n asoma a menudo en el discurso pol¨ªtico, en episodios como el que se vivi¨® en torno a la dana en Madrid y la probabilidad de que sufriera un diluvio hist¨®rico. Las cr¨ªticas contra la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa (Aemet) y las alarmas de las autoridades, por parte de pol¨ªticos y periodistas de derechas, llegaron mucho antes de que se cerrara el plazo de alerta roja. Algunos ciudadanos se lanzaron a la calle con el ¨²nico ¨¢nimo de mostrar en redes sociales c¨®mo desafiaban las peticiones de prudencia de las autoridades. Finalmente, al margen de alardes y controversias, murieron ocho personas.
Esta negaci¨®n amenaza no solo la convivencia y la toma de decisiones informadas; tambi¨¦n pone en peligro la vida misma de los ciudadanos de derechas, como demuestra lo sucedido en Estados Unidos en torno a la vacunaci¨®n contra la covid. Un estudio publicado este verano por la Universidad de Yale muestra que, desde que las vacunas est¨¢n disponibles, los votantes republicanos est¨¢n muriendo a un ritmo much¨ªsimo m¨¢s alto que los dem¨®cratas.
El trabajo, publicado por la Asociaci¨®n M¨¦dica de EE UU, analiz¨® m¨¢s de medio mill¨®n de muertes (en Ohio y Florida) y las cotej¨® con el censo de votantes registrados. El resultado de su an¨¢lisis es demoledor: el exceso de mortalidad entre los votantes republicanos ¡°fue un 43% m¨¢s alto¡± que el de los dem¨®cratas. ¡°La brecha fue mayor en los condados con tasas de vacunaci¨®n m¨¢s bajas¡±, concluye. Los votantes conservadores dudan de las vacunas y mueren, alentados por el populismo anticient¨ªfico.
El fen¨®meno es muy complejo y no para de crecer. En EE UU, la confianza en los cient¨ªficos se desplom¨® en apenas un par de a?os en el flanco derechista de la ciudadan¨ªa: entre 2019 y 2021, mientras se manten¨ªa por encima del 90% entre los dem¨®cratas, el procentaje de republicanos que se f¨ªan de investigadores m¨¦dicos pas¨® de un 88% a solo un 66%. La desconfianza conservadora en los cient¨ªficos en general ha crecido en ese periodo del 14% al 36%.
En Espa?a tambi¨¦n se observa ya c¨®mo esa parte de la sociedad se desengancha de lo cient¨ªfico. La soci¨®loga Celia D¨ªaz Catal¨¢n estudia la percepci¨®n que tienen los espa?oles de la ciencia y ¡°en general, la confianza es alta, pero hay una mayor desconfianza en la ideolog¨ªa extrema de derechas¡±. El 40% de los ciudadanos m¨¢s de derechas creen que muchas teor¨ªas cient¨ªficas est¨¢n completamente equivocadas, frente al 22,8% de la media general de todos los espa?oles; y un 54% de los derechistas opina que la gente conf¨ªa en los cient¨ªficos mucho m¨¢s de lo que deber¨ªa, el doble que la media. Estos datos son novedosos, pero hay una marea que ven¨ªa de antes, seg¨²n los datos de D¨ªaz: ¡°Ya se ve¨ªan muchas m¨¢s reticencias a considerar positivos los resultados de la ciencia. En general, la gente de la derecha desconf¨ªa m¨¢s de este tipo de instituciones¡±.
En sus trabajos para la Fundaci¨®n Espa?ola para la Ciencia y la Tecnolog¨ªa, D¨ªaz tambi¨¦n ha descrito que las posiciones m¨¢s a la derecha de la escala ideol¨®gica presentan una menor capacidad de discernir entre la informaci¨®n verdadera y falsa. Y tambi¨¦n mayor tendencia a difundir las falsas. En EE UU tambi¨¦n se ha observado, seg¨²n un trabajo que concluy¨® en 2021 que ¡°esto se explica en parte por el hecho de que las falsedades m¨¢s compartidas tienden a promover posiciones conservadoras¡±. Un estudio monumental realizado con la ayuda de Facebook acaba de mostrar que el 97% de las fake news de esa red las consumen usuarios de derechas.
¡°Los cient¨ªficos exageran¡±
D¨ªaz cree que en el episodio de la dana fue ¡°llamativo¡± por las mareas de fondo que mostr¨®: ¡°Se vio que hay un caldo de cultivo que se est¨¢ fraguando, se est¨¢ generando esa representaci¨®n social de la exageraci¨®n cient¨ªfica, de que le falta consistencia. No se habl¨® de las medidas pol¨ªticas para mitigar los efectos, sino directamente si el pron¨®stico era falso, si la ciencia se equivoca¡±. Y a?ade: ¡°Es peligroso, porque si se se?ala a toda la investigaci¨®n cient¨ªfica, sirve para negar otras cosas m¨¢s adelante¡±. Al tachar de exagerada o falsa la ciencia hoy y aqu¨ª, se abre la puerta a tomar ese atajo m¨¢s veces, siempre en funci¨®n de lo que convenga a nuestros intereses, ideolog¨ªa o identidad.
La investigadora Kathleen Hall Jamieson, experta en comunicaci¨®n y cofundadora de FactCheck.org, lo resume de este modo: ¡°Cuando la ciencia dice que necesitamos reducir las emisiones de carbono, algunos conservadores escuchan: los cient¨ªficos quieren hundir la econom¨ªa. Cuando los cient¨ªficos dicen que el uso de mascarillas y la vacunaci¨®n frenar¨¢n la propagaci¨®n de la covid, algunos conservadores escuchan: los cient¨ªficos quieren socavar mi derecho a decidir qu¨¦ es lo mejor para m¨ª y mi familia, y est¨¢n tratando de aumentar el poder del gobierno para dirigir mi vida¡±.
Por eso, la experta en comunicaci¨®n de riesgos Maricarmen Clim¨¦nt reconoce que en su campo el factor ideol¨®gico ha de tenerse muy en cuenta: ¡°No todos est¨¢n en el mismo contexto para aceptar la informaci¨®n. Est¨¢ muy vinculado a lo que las personas sienten. La ideolog¨ªa es un problema, es un elemento m¨¢s a considerar, porque la gente tiene sesgos e ideas preconcebidas¡±. Cuando el Gobierno alerta sobre los efectos nocivos de la carne roja o los dulces, hay quien ve amenazada su identidad, su forma de vida, y responde defendi¨¦ndolo con m¨¢s fuerza y dudando de los estudios cient¨ªficos: posando en redes con chocolatinas y chuletones.
Muchos especialistas explican que el rechazo de la derecha surge de esas disonancias cognitivas, el choque entre lo que dice la ciencia y determinados valores o visiones de c¨®mo debe ser el mundo: ¡°Si tenemos que renunciar a usar el coche para cada cosa, puede ser doloroso para mucha gente¡±, explica D¨ªaz. De ah¨ª que, por ejemplo, se minimice la importancia de la emergencia clim¨¢tica: ¡°En Espa?a pr¨¢cticamente no hay negacionistas, lo que s¨ª ha cambiado en estos ¨²ltimos a?os es la idea de la verdadera gravedad de los efectos del cambio clim¨¢tico, fundamentalmente en la derecha¡±. Despu¨¦s del ¨¦xito del Brexit, hoy Nigel Farage batalla contra las zonas libres de coches acompa?ado de carteles que rezan: ¡°Parad la mentira del aire t¨®xico¡±.
Otro atajo mental de lo m¨¢s sencillo y universal es pensar lo mismo que dicen personas de las que me f¨ªo ante problemas o situaciones complicados, o que escapan a nuestro entendimiento: por ejemplo, opinar como los pol¨ªticos a los que voto. Este es uno de los argumentos m¨¢s extendidos para explicar el recelo de las personas conservadoras hacia los cient¨ªficos: que los azuzan las ¨¦lites pol¨ªticas.
Trump abucheado por los suyos
Pero hay argumentos en contra: ¡°El problema es complejo¡±, resume Jamieson por email. ¡°Las vacunas contra la covid fueron creadas bajo la administraci¨®n Trump y lo abuchearon cuando supieron que estaba a favor de la vacunaci¨®n¡±. En agosto de 2021, Donald Trump fue abroncado por sus propios seguidores en un mit¨ªn en Alabama tras reconocer: ¡°Creo totalmente en vuestras libertades, pero recomiendo que os vacun¨¦is. Yo lo hice, es bueno, vacunaos¡±. Santiago Abascal, el l¨ªder del ultraderechista Vox, no quiso revelar si se hab¨ªa vacunado contra la covid y, hoy, la nueva portavoz parlamentaria de su grupo es una negacionista de la pandemia.
Estudiosos del fen¨®meno tienen claro que hay una palanca que accion¨® definitivamente determinadas actitudes: la desinformaci¨®n propagada deliberadamente por los poderes econ¨®micos, interesados en socavar la credibilidad de la ciencia. Por cada estudio que advert¨ªa del calentamiento, pagaban otro manipulado para ponerlo en cuesti¨®n. Por cada m¨¦dico que criticaba el tabaco, pagaban otro para rebatirlo. Son los mercaderes de la duda, como los bautizaron Naomi Oreskes y Erik Conway. As¨ª se ha ido sembrando la percepci¨®n de que la ciencia es endeble, inconsistente, interesada y opinable. Los estudios ser¨ªan solo el pretexto que usan los gobiernos para intervenir en nuestras vidas, justo lo que venden determinadas industrias. Y sus intereses influyen abrumadoramente en los conservadores proempresariales del Partido Republicano.
Es lo que opina Oreskes, que acaba de publicar un estudio en la revista Science, que demostraba que Exxon y otras petroleras sab¨ªan la cat¨¢strofe que estaban desatando. En un art¨ªculo reciente, Oreskes y Conway escriben: ¡°La desconfianza conservadora contempor¨¢nea hacia la ciencia no tiene que ver realmente con la ciencia. Es un da?o colateral, un efecto colateral de la desconfianza en el gobierno. Por lo tanto, para reconstruir la confianza en la ciencia, no podemos simplemente defender la ciencia como proyecto o demostrar la integridad de los cient¨ªficos. Debemos abordar, y contrarrestar, las narrativas conservadoras predominantes de que el gobierno frena la prosperidad y amenaza las libertades de la gente, cuando en realidad est¨¢ trabajando para sostener y distribuir equitativamente la prosperidad y proteger a su pueblo de amenazas graves como el cambio clim¨¢tico¡±.
Peligro para la convivencia
Es algo parecido a lo que sucedi¨® recientemente durante la dana, y antes durante la pandemia. La derecha discut¨ªa la ciencia de los contagios en la hosteler¨ªa para cargar contra los gobiernos que impon¨ªan restricciones y as¨ª proteger esos intereses econ¨®micos. Se discute la probabilidad (70%) estimada de chaparr¨®n ¡°porque eso tiene consecuencias sociales y econ¨®micas¡±, como escribi¨® el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, contra las restricciones, reclamando ¡°rigor¡±, antes incluso de que cayera la peor parte de lluvia.
¡°Se est¨¢ jugando a combatir a los cient¨ªficos, incluso a las instituciones. Esta vez [con la dana] se ha ido directamente contra la Aemet. Hay que tener mucho cuidado, porque se est¨¢ generando una desconfianza en las instituciones. Esto es realmente peligroso para la convivencia en sociedad¡±, alerta Celia D¨ªaz Catal¨¢n. Santiago Abascal reclam¨® que la alerta que salt¨® en los m¨®viles en Madrid para proteger a la poblaci¨®n sea solo para quienes quieran recibirla, ¡°pero que no se instalen por defecto¡± porque se debe respetar a quien no la quiera.
?Pero hay algo m¨¢s? La influencia de las ¨¦lites populistas, el capitalismo, d¨¦cadas de desinformaci¨®n, las disonancias cognitivas y la identidad en riesgo pueden ser factores que expliquen el rechazo. Sin embargo, hay investigadores que han apuntado recientemente hacia mecanismos subyacentes. Stephan Lewandowski, uno de los mayores expertos en la psicolog¨ªa de la percepci¨®n de la ciencia, ha publicado varios art¨ªculos en los que postula que el recelo hacia la investigaci¨®n es algo intr¨ªnseco a la mente conservadora y no est¨¢ dictada por el pragmatismo pol¨ªtico.
A su juicio, y seg¨²n se?alan sus estudios, la cosmovisi¨®n derechista choca con el propio sistema cient¨ªfico, por el trabajo desinteresado, la universalidad del conocimiento y los resultados propiedad com¨²n de toda la comunidad cient¨ªfica: ¡°Los conservadores tienen menos probabilidades de respaldar las normas de la ciencia y, por lo tanto, tienden desconfiar m¨¢s de los resultados cient¨ªficos en general¡±.
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