S¨¢nchez, ante la investidura

El resultado de las elecciones generales del pasado 23 de julio dio lugar a un escenario pol¨ªtico complejo, pero el proceso para investir a un nuevo presidente ha transcurrido hasta ahora de acuerdo con lo previsto en la Constituci¨®n. La normalidad es algo que conviene destacar ante interpretaciones apocal¨ªpticas que ven ruptura y decadencia en todo movimiento institucional que no beneficie a sus defensores. Una vez fracasada la candidatura del l¨ªder popular, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, el Rey ha propuesto este martes como nuevo candidato al l¨ªder socialista, Pedro S¨¢nchez. La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, transmiti¨® la decisi¨®n del Monarca sin fijar fecha para el debate de investidura. El d¨ªa l¨ªmite en que se puede celebrar ese pleno es el 27 de noviembre.

Como sucedi¨® con su rival, el secretario general del PSOE acudi¨® al palacio de La Zarzuela sin los apoyos suficientes para hacer prosperar su candidatura, pero con una diferencia: la negociaci¨®n de la Mesa del Congreso y la elecci¨®n de su presidencia son un indicador objetivo de que es el aspirante con m¨¢s posibilidades.

La Constituci¨®n prev¨¦ que el Rey pueda designar a un candidato cuyo ¨²nico objetivo sea poner en marcha el ¡°reloj electoral¡±, como ocurri¨® con Feij¨®o, y que luego designe al que se vea en disposici¨®n de intentarlo, aunque no tenga a¨²n la elecci¨®n asegurada, como es el caso de S¨¢nchez. Es llamativo que el presidente del PP hablara este martes de la falta de apoyos de aquel como de ¡°incoherencia num¨¦rica¡±: ¨¦l estuvo en id¨¦ntica situaci¨®n hace un mes.

Recibido el encargo del Rey, Pedro S¨¢nchez defendi¨® la necesidad de alcanzar un nuevo Gobierno de coalici¨®n capaz de preservar las pol¨ªticas de protecci¨®n social que han marcado la acci¨®n del Ejecutivo en funciones. Al mismo tiempo, dijo aspirar a consolidar la estabilidad de la vida pol¨ªtica y social en Catalu?a, en una doble vertiente: el ¡°reencuentro¡± entre catalanes y la normalizaci¨®n de las relaciones entre la Generalitat y el Estado.

El pacto de legislatura que busca S¨¢nchez trasciende la votaci¨®n de su investidura, pero tiene un l¨ªmite obvio en la demanda independentista de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n sin cabida en el ordenamiento jur¨ªdico espa?ol. El l¨ªder socialista no mencion¨® la palabra amnist¨ªa, pero enmarc¨® su voluntad respecto a Catalu?a en una pol¨ªtica de ¡°generosidad¡± en l¨ªnea con las medidas de gracia ya adoptadas por su Gobierno: los indultos a los l¨ªderes del proc¨¦s. El aspirante a la reelecci¨®n hizo hincapi¨¦ en la garant¨ªa de que cualquier nuevo acuerdo con los soberanistas ser¨¢ ¡°transparente¡±, contar¨¢ con el refrendo del poder legislativo y, ante la previsible apelaci¨®n del PP, pasar¨¢ por el Tribunal Constitucional.

S¨¢nchez trata de desactivar la sobreactuaci¨®n dram¨¢tica de N¨²?ez Feij¨®o, pero eso solo ser¨¢ posible ¡ªo no¡ª cuando se conozcan los t¨¦rminos del complejo y delicado acuerdo pol¨ªtico que se propone. Era esperable que evitase la palabra amnist¨ªa en su primer mensaje p¨²blico tras el encargo del Rey. En las pr¨®ximas semanas, sin embargo, ni los eufemismos ni las per¨ªfrasis ser¨¢n suficientes. El candidato a la reelecci¨®n como jefe del Ejecutivo deber¨¢ persuadir a los ciudadanos sobre la conveniencia para Espa?a de una medida de gracia que facilite el citado reencuentro entre catalanes, garantice la estabilidad institucional y reduzca todo lo posible la actual situaci¨®n de interinidad, que no beneficia a la econom¨ªa ni al normal funcionamiento de la Administraci¨®n.