Machado
Cada partido de la oposici¨®n venezolana particip¨® en las primarias confiado en que el prorrateo de votos no diese ventaja significativa a la ganadora y as¨ª poder atarla en corto
Ganar las elecciones primarias de la oposici¨®n con tan abrumadora mayor¨ªa como la lograda por Mar¨ªa Corina Machado ha hecho risibles las f¨®rmulas condescendientes y el tono admonitorio, patriarcal, con que sol¨ªan referirse a ella los caciques de la oposici¨®n venezolana y sus analistas ¡°independientes¡±.
La muestra demogr¨¢fica consultada es enorme y la unanimidad del fallo en favor de Machado revelan la inanidad, ?y la ruindad!, de una delirante combinatoria de escenarios electorales que durante meses entretuvo fren¨¦ticamente a los sicofantes de Maduro, eternos invitados a fementidos programas de opini¨®n de la radio y televisi¨®n privadas de este pa¨ªs con censura previa. El argumento predilecto era un sofisma en torno a la inhabilitaci¨®n que, violando la Constituci¨®n, pesa sobre Machado. Esta privaci¨®n de los derechos pol¨ªticos de Machado emana de un aguachirle emponzo?ado que el r¨¦gimen reparti¨® y dio a beber a sus competidores.
¡°Seamos realistas¡±, argumentaban estos, ¡°para competir con Maduro el candidato opositor debe estar legalmente habilitado. Mar¨ªa Corina va a ganar la primaria como Secretariat gan¨® el derby Belmont Stakes de 1973: con 17 cuerpos de ventaja sobre el pelot¨®n. Pero est¨¢ inhabilitada. Maduro, por otra parte, es un dictador comme il faut y por nada en el mundo levantar¨¢ la inhabilitaci¨®n de Maria Corina¡±.
La propuesta de los esp¨ªritus ¡°realistas¡± fue dise?ar un protocolo que arbitrara la sustituci¨®n de Mar¨ªa Corina por un subrogado suyo, alguien que fuese potable para Maduro. Si este hiciese todav¨ªa reparos al sustituto y lo inhabilitase arbitrariamente, el impugnado abdicar¨ªa en favor de otro miserable y as¨ª, sucesivamente, hasta dar con el pobre diablo que hiciese de comparsa del dictador en un vergonzoso tongo electoral.
Esta socarrona martingala ya hab¨ªa funcionado en las elecciones regionales de 2022 y se basaba en el endoso autom¨¢tico y por iteraci¨®n de los votos de un inhabilitado en la cuenta de un potable. La premisa es dar por leg¨ªtima la arbitrariedad de la inhabilitaci¨®n, una y otra vez, sin enfrascarse en una inconducente retah¨ªla de impugnaciones, hasta derrotarla por cansancio.
Este feble ¡°ant¨ªdoto¡± contra la tiran¨ªa de Maduro parece salido de una novela de dictadores sudamericanos como Tirano Banderas pero, cr¨¦ase o no, es todav¨ªa la ¨²nica estrategia electoral de la oposici¨®n.
Cada partido de la oposici¨®n particip¨® en las primarias confiado en que el prorrateo de votos no diese ventaja significativa a la favorita de las encuestas. Aunque Machado ganase la primaria, razonaban, necesitar¨ªa negociar el apoyo de los dem¨¢s partidos que, coaligados, podr¨ªan siempre atarla en corto, en obsequio de Maduro. Sin la ¡°maquinar¨ªa¡± de Acci¨®n Democr¨¢tica, de Nuevo Tiempo y Primero Justicia, Mar¨ªa Corina no podr¨ªa dar pelea a Maduro con posibilidades de ¨¦xito. Hubo momentos en que el adversario pareci¨® no ser Maduro sino Machado.
Lo anterior da p¨¢bulo a la sospecha de que la Acci¨®n Democr¨¢tica del mefistof¨¦lico doctor Ramos Allup, junto con Primero Justicia ¡ªla formaci¨®n de Henrique Capriles y Julio Borges¡ª y Nuevo Tiempo, partido del gobernador del Estado Zulia, Manuel Rosales, se?alado por muchos de ser connivente con el r¨¦gimen, no son en el momento actual, qui¨¦ranlo o no, m¨¢s que partidos peleles de Maduro. Sea como fuere, toda sabidur¨ªa convencional sobre la oposici¨®n venezolana salt¨® por los aires el pasado 22 de octubre.
Entre las consecuencias no previstas de las primarias est¨¢ la revelaci¨®n, sin atenuantes ya, de la nula capacidad de movilizaci¨®n de las ¡°maquinarias¡± partidistas: estas no van m¨¢s all¨¢ de producir v¨ªdeos de la calle mayor de una poblaci¨®n de provincia, repleta de extras acarreados. Su creatividad no supera a¨²n los esl¨®ganes electorales de los viejos partidos durante el ¨²ltimo tercio del siglo XX. Los candidatos de las primarias trotaban gesticulando como lo har¨ªa Carlos Andr¨¦s P¨¦rez.
Por otra parte, nadie en Venezuela encarna hoy mejor la disyuntiva existencial latinoamericana entre democracia y tiran¨ªa que la d¨ªada de opuestos que hacen Mar¨ªa Corina Machado y Nicol¨¢s Maduro.
La independencia, el desembarazo de Machado para actuar ante, por ejemplo, los acuerdos de M¨¦xico, se ve subrayada por el hecho de que los partidos comisarios de la oposici¨®n en esas negociaciones son los mismos que Machado acaba de derrotar holgadamente en las primarias. Mal de su grado, son ellos los primeros llamados a hacer cumplir la providencia, expresa en los acuerdos, de levantar la inhabilitaci¨®n de Machado.
Estados Unidos condiciona la flexibilizaci¨®n de sus sanciones a que Maduro, hundido en el s¨®tano de todas las encuestas y con serios problemas en la cuenta corriente, se abra a unas elecciones que, de ser limpias, perder¨ªa irremediablemente el a?o que viene ante una mujer partidaria del mercado y de privatizar Petr¨®leos de Venezuela.
El socialismo del siglo XXI hizo del petr¨®leo, nacionalizado hace cincuenta a?os, su emblema y su motor. Hoy, Venezuela ha visto saquear la empresa p¨²blica que fue su orgullo. Ir¨®nicamente, quiz¨¢ no haya promesa electoral m¨¢s poderosa que ofrecerla en venta.
Nada de esto era previsible a comienzos de este a?o. Pero seg¨²n van las cosas, se le ha hecho demasiado tarde a Maduro para zafarse de la fatalidad electoral que la intr¨¦pida, y hasta hace poco, ninguneada perseverancia de Mar¨ªa Corina Machado ha logrado imprimir al actual trecho de nuestra historia.
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