Queridas dos Espa?as
Quiz¨¢s la amnist¨ªa es mejor que cualquier alternativa. Pero eso no lo decidiremos ni yo ni la mejor analista del mundo, sino el Congreso primero y los tribunales despu¨¦s
Querida Espa?a Azul, la democracia no se hunde. No vamos camino de Venezuela o de Hungr¨ªa. La amnist¨ªa no supone el ¡°principio del fin de la democracia¡±, sino un test donde se ver¨¢ su fuerza. Si el Congreso aprueba una proposici¨®n de ley que viola el orden legal, un abanico de magistraturas impedir¨¢ su puesta en marcha, de cualquier Audiencia al Constitucional, pasando por el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea. La democracia, que no es un ideal de armon¨ªa, sino una f¨®rmula civilizada para gestionar conflictos, sale robustecida tras una tensi¨®n que prueba sus costuras.
Querida Espa?a Roja, puede que la ley de amnist¨ªa esquive los obst¨¢culos jur¨ªdicos. Puede que en Europa no se lleven las manos a la cabeza, sino que se encojan de hombros. Pero, si no es as¨ª y los tribunales tumban la aplicaci¨®n de la ley, la democracia espa?ola no se hundir¨¢. Y lo que sirve para el futuro se aplica al pasado: la justificaci¨®n de la amnist¨ªa no puede ser la existencia de un lawfare o una conspiraci¨®n pol¨ªtico-judicial de derechas para minar la voluntad popular. Porque, o es falso, o hay que imputar a miles de funcionarios y jueces por prevaricaci¨®n.
El problema de los acuerdos conocidos hasta ahora no es el ¡°cambio de opini¨®n¡± de S¨¢nchez. El PSOE no fue a las elecciones con la amnist¨ªa, pero los socialistas pueden argumentar que, precisamente para que se cumpla su programa, hay que adoptar medidas que no estaban en ¨¦l. Como en cualquier Gobierno de coalici¨®n. Y como suced¨ªa tradicionalmente con los pactos con los nacionalistas. Pero las cesiones a CiU o al PNV se pod¨ªan presentar como juegos de suma positiva ¨Dtodos ganamos si ellos gestionan el IRPF¨D o suma cero ¨Dnadie pierde recursos¨D. Ahora, se interpretan como juegos de suma negativa, donde unos intereses m¨¢s responsables pierden frente a unos menos responsables. La condonaci¨®n de la deuda tendr¨¢ una l¨®gica nacional equitativa, pero, de entrada, se ve como un premio a las comunidades m¨¢s gastadoras (como Catalu?a) y un castigo a las m¨¢s hacendosas. Y la amnist¨ªa se proyecta como una concesi¨®n a quienes han cometido delitos y no muestran arrepentimiento ni prop¨®sito de enmienda.
Quiz¨¢s la amnist¨ªa es mejor que cualquier alternativa. Pero eso no lo decidiremos ni yo ni la mejor analista del mundo, sino el Congreso primero y los tribunales despu¨¦s. Respetemos a ambos. Esto es la democracia.
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