De la censura a Maruja Torres

Supongo que se han enterado de la ¨²ltima censura. Sucede que X, la anterior Twitter, decidi¨® bloquear la cuenta de la escritora y periodista Maruja Torres, @MistralIS, por contar a sus casi 300.000 seguidores lo que est¨¢ pasando en Gaza. Aunque, despu¨¦s del esc¨¢ndalo, la cuenta se reactiv¨®. ¡°No han nacido Elon Muskes suficientes para callar a Maruja¡±, tuite¨® entonces @rafagallardo1. ¡°Yo he vuelto humildemente y con las tetas de punta¡±, asegur¨® ella misma en la citada red. La cuenta ha sido, pues, recuperada. Sin embargo, creo que vale la pena reflexionar sobre el significado y el contexto de este caso de censura.

En primer lugar, conviene recordar que X sigue sin ser un espacio p¨²blico, por mucho que parezca una plaza abarrotada de gente. Claro que lo que distingue el espacio p¨²blico no es el n¨²mero de personas que lo ocupan ni lo mucho que all¨ª se opine, sino el hecho de que las decisiones se tomen entre aquellos que participan de ese espacio. En cambio, en X las decisiones las toma uno solo. En este sentido, m¨¢s all¨¢ de denunciar la censura y pedir que devuelvan la cuenta a Maruja Torres, convendr¨ªa exigir que la red social cumpla las leyes con las que est¨¢ obligada a convivir, en concreto, los derechos a la libertad de expresi¨®n y a la veracidad de la informaci¨®n.

As¨ª, burlar al tirano supondr¨ªa una forma de aceptar su poder. La periodista explicaba a la Cadena SER antes de eliminar los tuits conflictivos: ¡°Yo voy a seguir todos los tr¨¢mites y voy a bajarme los pantalones, y si quieren que elimine, eliminar¨¦ porque yo soy una periodista que ha estado en las catacumbas del franquismo cuando hac¨ªamos el periodismo entre l¨ªneas. Y soy perfectamente capaz de buscarme la vida sin im¨¢genes y con florituras verbales¡±. Sin embargo, no vivimos en una dictadura y, por eso, debemos exigir que las grandes plataformas atiendan en primer lugar a las normas del Estado de derecho y no a los intereses econ¨®micos de sus due?os.

Y esto afecta especialmente a la informaci¨®n sobre los conflictos b¨¦licos retransmitidos por las redes sociales, como sucede en Ucrania o en Gaza, donde las redes se han convertido en casi exclusiva fuente de informaci¨®n. Recuerdo que las autoridades israel¨ªes han prohibido la entrada de periodistas a la Franja, de modo que all¨ª hay muy pocos reporteros y muchos de los v¨ªdeos que salen a la luz, tanto difundidos por las tropas israel¨ªes como por Ham¨¢s, son falsos. As¨ª pues, las redes sociales se han convertido en un arma de doble filo en la informaci¨®n b¨¦lica, pues sirven tanto para probar los hechos como para difundir bulos. ?Y d¨®nde se difunden esos bulos? Pues en X m¨¢s que en ning¨²n otro lugar. ?La censura se deber¨¢ a la forma en que Maruja Torres interpreta el conflicto? Qu¨¦ va. Es porque Elon Musk ha decidido no responsabilizarse de los contenidos que publica.

Bruselas advirti¨® a Musk hace unas semanas de los contenidos manipulados e ilegales diseminados en su red a ra¨ªz del ataque de Ham¨¢s a Israel. El aviso podr¨ªa culminar con una multa del 6% de su facturaci¨®n o con la prohibici¨®n de operar en Europa si el incumplimiento es reiterado. De modo que X es quien difunde contenidos fraudulentos y a quien deber¨ªamos censurar. Esta red no es un lugar seguro para que nos informemos y, adem¨¢s, limita la libertad de expresi¨®n a trav¨¦s de censuras improcedentes y arbitrarias. ?Deber¨ªamos adaptarnos o irnos todos de all¨ª? Lo dejo a su elecci¨®n. Aunque como confesaba Maruja Torres, ¡°este sitio es un vicio¡±.