C¨®mo acabar con la Constituci¨®n

En los ¨²ltimos a?os, a menudo para cerrar un debate, se dec¨ªa: ¡°No es constitucional¡±. La discusi¨®n pol¨ªtica se transformaba en una discusi¨®n jur¨ªdica, t¨¦cnica; el procedimiento permit¨ªa eludir responsabilidades. Ese desplazamiento hace que se cuestionen las reglas del juego: se discute sobre el marco de convivencia. Luego, como el principal argumento contra una medida era la inconstitucionalidad, cuando se encuentra el ¡°encaje¡± la medida parece positiva y la cr¨ªtica queda desactivada. El ejemplo m¨¢s claro, pero no ¨²nico, es la ley de amnist¨ªa. Tambi¨¦n tiene implicaciones constitucionales una de las fricciones institucionales m¨¢s graves: el bloqueo de la renovaci¨®n del CGPJ, cuya reforma ha esbozado su presidente, Vicente Guilarte. Hay adem¨¢s una concepci¨®n m¨¢s autoritaria de la democracia, con una noci¨®n patrimonialista de las instituciones, que no es exclusiva de nuestro pa¨ªs.

Si uno de los problemas del PP es que no est¨¢ claro cu¨¢l es su proyecto para Espa?a, en el caso del PSOE de Pedro S¨¢nchez destaca su capacidad de adoptar las ideas de los dem¨¢s. Al principio asumi¨® el lenguaje de Podemos; ahora su l¨¦xico es en buena medida el del independentismo. Lo m¨¢s llamativo es la velocidad: cuando el 9 de noviembre Junts y el PSOE firmaron su acuerdo, dec¨ªan que el t¨¦rmino lawfare ¡ªusar los tribunales para la persecuci¨®n pol¨ªtica¡ª no implicaba nada, que era un problema de redacci¨®n. Ahora el t¨¦rmino ya est¨¢ incorporado. El PSOE ha autorizado dos comisiones de investigaci¨®n sobre el asunto. En Politico, F¨¦lix Bola?os ha dicho que las comisiones parlamentarias investigar¨¢n casos de supuesto lawfare, y que si encuentran indicios, el caso se transferir¨¢ a la Fiscal¨ªa. El presidente del Gobierno ha dicho que no solo hay lawfare, sino que adem¨¢s el caso m¨¢s claro es ¡°el secuestro¡± del CGPJ por parte del PP, y que se han instrumentalizado instituciones pol¨ªticas en nuestro pa¨ªs (no sabemos si se refer¨ªa al CIS o la Fiscal¨ªa). Si aceptan lo que dec¨ªan que era inadmisible, qu¨¦ no har¨¢n con lo que firmaron sin rechistar, como las mentiras sobre el proc¨¦s.

No es f¨¢cil saber qu¨¦ parte de la estrategia es dise?o y qu¨¦ parte es conveniencia. Pero no parece aventurado pensar en un refer¨¦ndum. ¡°Basta saber contar para saber que transformar nuestro sistema pol¨ªtico al margen de la oposici¨®n pasa no solo por una mutaci¨®n de nuestra cultura pol¨ªtica, sino porque sucumba la propia Constituci¨®n¡±, ha escrito V¨ªctor J. V¨¢zquez. V¨¢zquez considera que no es f¨¢cil, porque es una Constituci¨®n s¨®lida y ser¨ªan necesarias muchas grietas. Pero ya se sabe: Poco a poco, y luego de repente.