Impuesto m¨¢s equitativo
La UE aplica el nuevo tipo m¨ªnimo a las multinacionales, que marca un cambio de rumbo en la carrera a la baja de la fiscalidad empresarial
La Uni¨®n Europea acaba de convertirse en la primera gran regi¨®n a nivel global en la que ha entrado en vigor el tipo m¨ªnimo del 15% en el impuesto de sociedades, fruto del acuerdo alcanzado hace tres a?os por 140 pa¨ªses bajo el impulso de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE). Se trata, como ha dicho el comisario europeo de Econom¨ªa, Paolo Gentiloni, de un paso importante hacia un sistema de fiscalidad empresarial m¨¢s equitativo a nivel global. Para que ese objetivo sea una realidad, todav¨ªa falta que grandes pa¨ªses como Estados Unidos y China adopten la reforma. De momento, junto a la UE han puesto en marcha el nuevo modelo naciones como Reino Unido, Jap¨®n, Noruega, Australia, Corea del Sur y Canad¨¢, as¨ª como pa¨ªses considerados para¨ªsos fiscales para las multinacionales como Suiza, Irlanda, Holanda o Luxemburgo. Espa?a, por su parte, aprob¨® la trasposici¨®n de la directiva comunitaria el pasado 19 de diciembre.
La OCDE calcula que la reforma impulsar¨¢ un 9% la recaudaci¨®n por este impuesto, lo que propiciar¨¢ ingresos adicionales por 220.000 millones de d¨®lares a nivel mundial. El objetivo del nuevo dise?o es, por un lado, que las grandes multinacionales ¡ªlas que tienen una facturaci¨®n superior a los 750 millones anuales¡ª paguen m¨¢s all¨ª donde hacen su negocio, tengan o no sede f¨ªsica en el pa¨ªs. Y, por otro lado, establecer un tipo m¨ªnimo del impuesto a nivel global, de forma que si un pa¨ªs no cobra a estas empresas lo que debiera, seg¨²n el acuerdo, el pa¨ªs donde la compa?¨ªa tiene su matriz puede aplicar un impuesto complementario para evitar esa fuga de recaudaci¨®n. Los expertos alertan, no obstante, de que la reforma no eliminar¨¢ la competencia fiscal entre pa¨ªses, sino que esta puede adoptar ahora forma de subsidios y cr¨¦ditos fiscales en lugar de las exenciones o los tipos bajos que imperan en la actualidad.
Lo cierto es que los Estados necesitan nuevas fuentes de ingresos para hacer frente a las renovadas pol¨ªticas industriales, los planes de descarbonizaci¨®n de las econom¨ªas y financiar la creciente demanda de servicios p¨²blicos. El acuerdo sobre la fiscalidad a las grandes multinacionales marca un cambio de rumbo en la carrera a la baja de la fiscalidad empresarial que se inici¨® con las pol¨ªticas neoliberales de los a?os ochenta y que ha restado miles de millones de euros a las arcas p¨²blicas cada a?o. Desde 1980, el tipo medio del impuesto ha pasado a nivel global del 40% al 23% (del 45% a menos del 20% en el caso de Europa) y las lagunas jur¨ªdicas, los tipos impositivos preferenciales y otros incentivos adicionales han provocado que el tipo que efectivamente pagan estas empresas sea en algunos casos notablemente inferior, para gran indignaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica y las peque?as empresas.
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