La OCDE eleva en un 50% su previsi¨®n de ingresos por el impuesto m¨ªnimo a las multinacionales
El organismo revisa sus estimaciones por encima de los 200.000 millones por la mejora de los beneficios empresariales y cambios en el dise?o del nuevo marco
La pandemia antes y el tsunami energ¨¦tico despu¨¦s han transformado la incertidumbre en rutina y la elaboraci¨®n de las previsiones econ¨®micas en un ejercicio de alto riesgo. Tambi¨¦n han certificado que cada crisis tiene perdedores, un saco en el que siempre caen los m¨¢s vulnerables, y a la vez ganadores, en este caso un ramillete de grandes empresas que han engordado sus m¨¢rgenes al calor de una coyuntura desafortunada para la mayor¨ªa. Este aumento de los beneficios corporativos, sin embargo, tiene una doble lectura: supondr¨¢ m¨¢s ingresos tributarios para los Estados cuando se aplique el nuevo marco fiscal internacional acordado en el seno de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE). El organismo, en un documento publicado este mi¨¦rcoles, cree que el tipo m¨ªnimo del 15% a las multinacionales brindar¨¢ 220.000 millones de d¨®lares (unos 203.000 millones de euros), un 46% m¨¢s de lo previsto en 2021, cuando se alcanz¨® un consenso entre m¨¢s de 130 pa¨ªses para frenar la elusi¨®n fiscal de las grandes empresas. El nuevo esquema para reasignar los beneficios empresariales entre pa¨ªses ¡ªla otra pata del pacto global¡ª afectar¨¢ por su parte a una porci¨®n mayor de ganancias corporativas: 200.000 millones de d¨®lares (184.000 millones de euros), un 60% m¨¢s de lo calculado inicialmente. Adem¨¢s del alza de los beneficios empresariales, en esta revisi¨®n influyen cambios en el dise?o del nuevo sistema.
Coordinado por la OCDE y el G20 entre constantes tira y afloja, diatribas t¨¦cnicas y choques pol¨ªticos, el acuerdo ha tardado casi ocho a?os en ver la luz. Su objetivo principal es deshacer las anteriores reglas del juego, que vinculaban el pago del impuesto de sociedades a la presencia f¨ªsica en el territorio. Con el auge de la globalizaci¨®n y de los negocios digitales, este supuesto ha perdido su sentido, ya que las empresas pueden conseguir clientes, ingresos y beneficios en cualquier territorio, incluso sin tener ah¨ª establecimientos o trabajadores. En funci¨®n de esta misma l¨®gica, las compa?¨ªas tambi¨¦n consiguen desviar ganancias a pa¨ªses con bajos impuestos y reducir su carga fiscal. Una pr¨¢ctica que se ha extendido a partir de la d¨¦cada de los noventa y que ha desencadenado efectos perversos: ha impulsado una carrera tributaria a la baja entre Estados y supone cada a?o una merma de entre el 4% y el 10% de la recaudaci¨®n mundial en el impuesto de sociedades.
Las dos medidas consensuadas en seno internacional ¡ªconocidas como pilar uno y pilar dos, en jerga t¨¦cnica, y cuyos detalles m¨¢s t¨¦cnicos se siguen debatiendo¡ª prev¨¦n, por un lado, un sistema que asigne de manera m¨¢s equitativa los beneficios de las mayores multinacionales del planeta, para que tambi¨¦n aquellos pa¨ªses donde estas no tengan presencia f¨ªsica, pero s¨ª negocio, tengan derechos impositivos sobre ellas. Es decir, obligar¨¢ a estos grupos ¡ªunos 100, calcula la OCDE¡ª a pagar una parte de impuestos en todos los territorios donde operan. Por otro lado, se fija un suelo del 15% en el impuesto de sociedades: si una empresa paga un porcentaje inferior en una de las jurisdicciones donde opera, abonar¨¢ la diferencia en el territorio donde tenga sede su matriz.
¡°No se quiere eliminar del todo la competencia fiscal internacional, pero s¨ª fijar un suelo¡±, ha subrayado este mi¨¦rcoles David Bradbury, director adjunto del Centro de Pol¨ªtica y Administraci¨®n Fiscal de la OCDE, en una videoconferencia en la que ha recordado que estas ¨²ltimas previsiones son preliminares porque todav¨ªa hay flecos por cerrar. De hecho, la implementaci¨®n pr¨¢ctica del acuerdo se ha atrasado y no se espera antes de 2024. El economista ha explicado que la mejora en la previsi¨®n de recaudaci¨®n por el tipo m¨ªnimo ¡ªun 9% de los ingresos globales por el impuesto de sociedades¡ª se debe al acceso a datos de m¨¢s calidad, que han evidenciado un incremento de las ganancias gravadas a tipos bajos, as¨ª como a cambios en el dise?o de la medida. En el caso de los derechos impositivos, en el ajuste del pron¨®stico ¡ªel alcance pasa de 125.000 a 200.000 millones de d¨®lares de beneficios¡ª influyen tanto modificaciones t¨¦cnicas como unas ganancias corporativas superiores a lo esperado, sobre todo en 2021.
Seg¨²n el an¨¢lisis, hasta la mitad de los beneficios sujetos al llamado pilar uno provendr¨ªa de los gigantes tecnol¨®gicos, en los que engloba a empresas de telecomunicaciones, plataformas digitales o fabricantes de bienes electr¨®nicos como m¨®viles o semiconductores. El otro 50% llegar¨ªa de compa?¨ªas de otros ¨¢mbitos, en el que destacan las farmac¨¦uticas, que con la pandemia han elevado sus m¨¢rgenes, o la alimentaci¨®n. Este sistema se traducir¨¢ en una recaudaci¨®n adicional de entre 13.000 y 36.000 millones de d¨®lares a nivel global con datos de 2021. Si se considerara el promedio 2017-2021, la horquilla ser¨ªa de entre 12.000 y 25.000 millones.
Se tome el dato que sea, la OCDE insiste en que estos ¡°incrementos significativos en la recaudaci¨®n tributaria subrayan la importancia de implementar r¨¢pidamente ambos pilares para todos los pa¨ªses¡±. Mientras tanto, en Davos (Suiza) se celebra el Foro Econ¨®mico Mundial. El evento, que re¨²ne a la cr¨¨me de la cr¨¨me del mundo pol¨ªtico y econ¨®mico, no ha podido pasar por alto el da?o que el actual v¨®rtice inflacionista est¨¢ causando a los m¨¢s desfavorecidos a la vez que enriquece a los pudientes, la guinda en el pastel de una econom¨ªa global que ha crecido con fuerza gracias a la globalizaci¨®n y a costa de enquistar profundas desigualdades. En numerosas mesas de debate se ha abordado el aumento de la brecha entre ricos y pobres tras la crisis de la pandemia y la guerra y la necesidad de que las ¨¦lites econ¨®micas y las grandes multinacionales contribuyan m¨¢s para atajarla, un llamamiento al que se ha sumado el Gobierno de Espa?a. Oxfam Interm¨®n ha puesto recientemente n¨²meros a este fen¨®meno: calcula que el 1% m¨¢s acaudalado se hizo con el 63% de la nueva riqueza generada en todo el mundo entre finales de 2019 y de 2021, mientras que unos 1.700 millones de trabajadores perd¨ªan poder adquisitivo por el repunte de precios.
De momento, varios pa¨ªses han dado pasos tangibles para poner en marcha el nuevo marco fiscal internacional. Los mayores progresos se registran en la aplicaci¨®n del tipo m¨ªnimo del 15%, cuyos detalles t¨¦cnicos est¨¢n en un nivel m¨¢s avanzado. La UE, despu¨¦s de meses de choques y reticencias, alcanz¨® un consenso en diciembre sobre un suelo comunitario del 15% que sustituya los esquemas nacionales que ya funcionan en varios Estados miembros, entre ellos Espa?a. En la misma direcci¨®n se han movido el Reino Unido o EE UU. Tambi¨¦n Singapur, Sud¨¢frica, Hong Kong o Suiza han anunciado que implementar¨¢n la norma, y otros como Australia o Malasia han abierto las consultas p¨²blicas para su puesta en marcha.
Pa¨ªses en desarrollo
Los ingresos adicionales aportados por el nuevo marco fiscal se repartir¨¢n entre pa¨ªses de bajos, medios y altos ingresos, mientras que los denominados centros de inversiones ¡ªpara¨ªsos fiscales o Estados con tributaci¨®n agresiva, como los Pa¨ªses Bajos¡ª ser¨¢n los m¨¢s perjudicados. La OCDE, que a¨²n no ha desglosado el impacto de su revisi¨®n por pa¨ªs, se?ala que algunas de las ¨²ltimas modificaciones t¨¦cnicas beneficiar¨¢n sobre todo a los pa¨ªses en desarrollo, entre ellas medidas que protegen las jurisdicciones m¨¢s peque?as de la p¨¦rdida de derechos impositivos o la prioridad asignada a las naciones en desarrollo cuando no se pueda determinar con claridad la ubicaci¨®n de los clientes de las empresas.
¡°La implementaci¨®n generalizada ayudar¨¢ a estabilizar el sistema fiscal internacional, mejorar¨¢ la seguridad fiscal y evitar¨¢ la proliferaci¨®n de impuestos unilaterales sobre los servicios digitales y las disputas fiscales y comerciales asociadas, que seg¨²n el an¨¢lisis de la OCDE podr¨ªan reducir el PIB mundial hasta en un 1% anual¡±, a?ade la instituci¨®n.
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