La UE debe actuar en el mar Rojo
Una misi¨®n independiente de patrullaje y defensa de buques comerciales va en l¨ªnea con los valores, los intereses y la necesidad de autonom¨ªa estrat¨¦gica europeos
El mar Rojo arde en llamas en medio de una peligrosa escalada, con los ataques de los hut¨ªes a los buques mercantiles y los bombardeos de respuesta de Estados Unidos y sus socios en territorio yemen¨ª. Las aguas agitadas de ese mar son, adem¨¢s, un espejo fundamental para la Uni¨®n Europea. Veremos aqu¨ª un retrato importante de la voluntad y la capacidad del grupo de convertirse en un actor geoestrat¨¦gico que act¨²a seg¨²n sus valores para defender sus intereses. Esto es un objetivo imprescindible, en tiempos turbulentos, y que lo pueden ser a¨²n m¨¢s. Dentro de un a?o, es m¨¢s que posible que est¨¦ de vuelta en la Casa Blanca un Donald Trump desatado, y entonces los europeos deberemos aprender por las bravas lo que es ser aut¨®nomos en el mundo del siglo XXI.
La UE debe estar en el mar Rojo. Por varios motivos. Porque la causa de la defensa del comercio mar¨ªtimo no tiene sombra ninguna. El rotundo rechazo de la brutal respuesta de Israel al ataque de Israel no justifica los cohetes de los hut¨ªes contra buques comerciales. Porque el bien amenazado, la pac¨ªfica circulaci¨®n de mercanc¨ªas, no solo es acorde a nuestros valores, sino que afecta a nuestros intereses. Esos buques tiene en gran medida como referencia puertos de Europa, no es una cuesti¨®n de inter¨¦s prioritario estadounidense. Y adem¨¢s porque la UE ya no puede lavarse las manos de esta dimensi¨®n de las relaciones internacionales. Lavarse las manos, y que se ocupen otros, a su manera, de proteger los barcos que navegan, en gran n¨²mero, hacia nuestros puertos.
Por supuesto, es una misi¨®n complicada, de dif¨ªcil dise?o, llena de riesgos. Por supuesto, EE UU hace y har¨¢ lo que considere. Nos podr¨¢ parecer bien, mal o regular. Pero opinar desde el sof¨¢ no es la mejor opci¨®n. La mejor es dise?ar una misi¨®n aut¨®noma de la UE, que no reciba ordenes de EE UU, que simplemente se coordine con Washington, pero que sea independiente, que declare desde el principio que su objetivo no es bombardear tierra yemen¨ª, que se ocupe de patrullar, escoltar barcos mercantes en tr¨¢nsito, repeler eventuales ataques, asaltos. ?Es esa la soluci¨®n a la crisis? No. Disuadir e interceptar no ser¨¢ suficiente. ?Est¨¢ exenta de riesgos? No. Navegar ah¨ª expone, y mucho ?Es un paso justo, que contribuye a limitar da?os, que asume una responsabilidad internacional correcta y adem¨¢s ayuda a que la UE forje un nuevo y necesario papel de futuro? S¨ª.
Bruselas est¨¢ en ello. Justo antes de los bombardeos de EE UU hab¨ªa circulado un documento con opciones de misi¨®n com¨²n. De emprenderse, puede tener graves consecuencias. Alg¨²n buque o medio militar europeo podr¨ªa ser objeto de un ataque. Pero hay situaciones en las que merece la pena asumir riesgos. Esta es una. Entre bombardear en Yemen y quedarse mirando, esperando a que la tormenta escampe o a que otros arreglen el problema, mientras barcos mercantes son bombardeados y el comercio internacional sufre una enorme disrupci¨®n, debe buscarse una posici¨®n intermedia. Aunque no sea perfecta, aunque tenga riesgos, tiene sentido intentarlo. No hacer nada tambi¨¦n tiene riesgos, como siempre cuando se deja actuar a matones sin respuesta.
La realidad es que varios Estados de la UE ya est¨¢n cumpliendo esas funciones de patrullaje, Francia e Italia entre ellos. Uno, Pa¨ªses Bajos, incluso ha participado en las operaciones de bombardeo de Yemen lideradas por EE UU. Ese ya es otro nivel. Est¨¢ en el inter¨¦s de la UE que sus pa¨ªses miembros act¨²en de forma conjunta en un com¨²n denominador de contenci¨®n. No todos tienen capacidades navales relevantes, y por ello es importante que quienes las tienen, participen.
Espa?a vet¨® en diciembre que la Operaci¨®n Atalanta, creada para luchar contra la pirater¨ªa somal¨ª, se usara en este nuevo contexto. Ahora que se impulsa una misi¨®n ad hoc, ha anunciado que no participar¨¢. El Gobierno espa?ol fue acertado y valiente en manifestar de forma clara el rechazo a la brutal respuesta de Israel en Gaza. Ahora, alega la escasez de medios disponibles y el compromiso con la paz como argumentos para no participar en la misi¨®n. Parece probable que, al margen de argumentos expresados, pesen muchos factores de pol¨ªtica interna. En cualquier caso, no habr¨ªa ninguna contradicci¨®n entre reprobar la respuesta excesiva de Israel, estar comprometido con la paz y actuar en leg¨ªtima defensa de buques mercantiles en el marco de la UE, sin recibir ordenes de EE UU.
Ojal¨¢, a pesar de la temprana decisi¨®n espa?ola, la UE sea capaz de articular en tiempos r¨¢pidos una misi¨®n consistente, perfilada para minimizar riesgos, que act¨²e como defensa, hoy, del valor de comerciar sin ser bombardeados ¡ªtambi¨¦n en beneficio de la Espa?a que no participa¡ª y como camino, ma?ana, para una UE m¨¢s independiente, capaz y cohesionada en un escenario mundial turbulento.
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