Pero tenemos F¨®rmula 1

Es oficial: en Madrid tendremos un Gran Premio de F¨®rmula 1, con un circuito urbano en Ifema. Este anuncio se ha recibido en X (la red social que seguimos llamando Twitter) con el recuerdo del desastre econ¨®mico del Gran Premio de Valencia, que acab¨® con un saldo negativo de 300 millones de euros.

Tanto la presidenta de la Comunidad, Isabel D¨ªaz Ayuso, como el alcalde, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, prometen que la inversi¨®n no se pagar¨¢ con dinero p¨²blico, algo que se ha recibido con escepticismo, por decirlo suavemente. Adem¨¢s, eso mismo dijo Francisco Camps, entonces presidente de la Comunidad Valenciana, y acab¨® investigado por malversaci¨®n y prevaricaci¨®n, aunque todas las causas se archivaron. El ejemplo de Barcelona, no tan ruinoso, tampoco anima mucho: los responsables pol¨ªticos aseguran que su Gran Premio acaba saliendo a cuenta, pero el circuito de Montmel¨® es deficitario y necesita apoyo p¨²blico.

Una de las reacciones m¨¢s habituales a este Gran Premio es el sarcasmo de ¡°pero tenemos F¨®rmula 1¡å, que amenaza con convertirse en la coletilla de todas las deficiencias de la gesti¨®n p¨²blica que suframos entre 2026 y 2035, que son los a?os firmados para el evento deportivo. La hemos visto en una foto de un cartel en un centro m¨¦dico, compartida por la periodista de EL PA?S Raquel Pascual: ¡°En este centro de salud no tenemos pediatra, pero tenemos F¨®rmula 1¡å. La misma idea, aunque no con estas palabras, aparec¨ªa en un tuit de la presentadora In¨¦s Hernand: ¡°Cuando no te den cita con tu m¨¦dico, no puedas pagar el alquiler o te talen un ¨¢rbol en Madrid, piensa que vas a tener un circuito de F1 y se te pasa¡±.

Otros tuiteros ironizaban sobre esta man¨ªa de gobernar a golpe de efecto: destinar esos recursos a la sanidad o a la vivienda p¨²blica es m¨¢s lento, m¨¢s dif¨ªcil y, sobre todo, menos vistoso. De hecho, el anuncio de Pedro S¨¢nchez de ampliar el Aeropuerto de Barajas se ha visto como un intento de contrarrestar el de la F¨®rmula 1 y de continuar con la tradici¨®n espa?ola del pelotazo. Y eso a pesar de que esa tradici¨®n nos ha funcionado regular, si exceptuamos a los cuatro que siempre caen de pie, imagino que por lo mucho que les pesan los bolsillos.

Por supuesto, deber¨ªamos ser capaces de aprender de nuestros errores y de organizar algo que no sea el Gran Premio de Valencia 2: La Venganza. El problema es que recordar el pasado no se nos da muy bien y a veces ni siquiera nos apetece, como demuestra, por ejemplo, que despu¨¦s de la crisis de 2008 hayamos sustituido la burbuja de las hipotecas por la burbuja del alquiler. Es como si cada invierno intent¨¢ramos invadir Rusia: ¡°Esta vez lo conseguir¨¦, he cogido calcetines m¨¢s gordos¡±.

Al menos hay que reconocerles a los gobernantes madrile?os que el Gran Premio est¨¢ en marcha. No como los 187 intentos de celebrar los Juegos Ol¨ªmpicos o el anuncio de Bego?a Villac¨ªs, cuando era vicealcaldesa, de traernos la noria m¨¢s grande de Europa. A?ado que a m¨ª me habr¨ªa encantado disfrutar de las delirantes naumaquias que prometi¨® Antonio Miguel Carmona, candidato socialista a las municipales de 2015, pero por desgracia perdi¨® las elecciones y nos quedamos sin espect¨¢culos acu¨¢ticos en el Retiro.

Adem¨¢s de los pelotazos y de las promesas extravagantes, otra tradici¨®n espa?ola es la de colocar todas las rotondas que quepan, hagan falta o no. Como han destacado algunos tuiteros, el trazado previsto para este Gran Premio pasa por al menos una de ellas. Era inevitable: Espa?a es el segundo pa¨ªs de Europa con m¨¢s glorietas, despu¨¦s de Francia y seg¨²n datos de Statista. Imagino algo har¨¢n para que los b¨®lidos no tengan que instalarse intermitentes y se?alizar las salidas, pero yo dejar¨ªa al menos una. Que se note que es el Gran Premio de Espa?a.