Estamos perdiendo el barrio
Los lectores escriben sobre el fin de las relaciones vecinales, la endometriosis, los negocios con las mascarillas, las dificultades de los j¨®venes para emanciparse y la falta de denuncias de las injusticias
De camino a la oficina saludo a la gente de los negocios vecinos y pienso que la sensaci¨®n de barrio se est¨¢ perdiendo cada vez m¨¢s, que soy de las pocas personas que hacen eso, que alejan su mirada del m¨®vil y la levantan para observar lo que les rodea, a la gente que les rodea. Porque s¨ª, hay m¨¢s gente a nuestro alrededor que aquella a la que vemos a trav¨¦s de nuestras pantallas haciendo scroll. Y cuando levanto la vista, veo m¨¢s negocios cerrados, m¨¢s carteles de ¡°Se alquila¡± y pienso que si seguimos sin levantarla, llegar¨¢ un momento en el que al hacerlo veremos como todo lo que hab¨ªa ya no est¨¢. Que el barrio, el ¡°buenos d¨ªas, vecina¡±, se habr¨¢n perdido por completo.
Sonia Romero Moreno. C¨¢diz
El d¨ªa a d¨ªa de la endometriosis
Sonlas seis de la ma?ana. Camino del trabajo, el mareo y las n¨¢useas provocadas por los anticonceptivos me invaden. Son las sextas pastillas que pruebo. Al llegar a la oficina, tendr¨¦ que disimular el dolor. Hay que cumplir. Pasar¨¦ la jornada a base de opi¨¢ceos. Recuerdo a aquel m¨¦dico que me dijo: ¡°Procura no pensar en el dolor¡±. Han sido 16 a?os para un diagn¨®stico: endometriosis. No recuerdo mi ¨²ltimo d¨ªa sin dolor, quiz¨¢s a los 13 a?os. En casa, mi pareja me secar¨¢ las l¨¢grimas. Ma?ana ser¨¢ otro d¨ªa. Vuelven a ser las seis de la ma?ana. Camino al trabajo, el mareo y las n¨¢useas, regresan¡ Hay muchas maneras de reconocernos; el dolor no deber¨ªa ser una de ellas.
Clara Hern¨¢ndez S¨¢enz de Santamar¨ªa. Vitoria
Mascarillas
Era un d¨ªa de marzo, aquel a?o en el que las calles estaban vac¨ªas. Un paciente vino a mi consulta y me trajo unas mascarillas que ten¨ªa en su huerta para echar veneno a las plantas, ya que en el centro de salud no ten¨ªamos a¨²n ni una sola FFP2. Ten¨ªa seis: me trajo cuatro y se qued¨® con dos, una para su mujer y otra para ¨¦l. Jam¨¢s lo olvidar¨¦. Mientras tanto, los bolsillos de algunos hombres no tan buenos se llenaban a la misma velocidad que los cementerios.
Mar¨ªa Jos¨¦ Palomo. Logro?o
Imposible independizarse
Es interesante pensar en c¨®mo independizarse se ha vuelto un lujo para muchos y una acci¨®n imposible para otros. De media, los j¨®venes espa?oles no se emancipan hasta los 30 a?os. Con la subida del alquiler en Espa?a y la dificultad de obtener sueldos dignos a una edad joven, abandonar la casa de los padres se vuelve cada vez m¨¢s una tarea compleja y a la que pocos j¨®venes est¨¢n dispuestos a enfrentarse. ?Cu¨¢ndo podremos empezar a emprender nuestra vida por nosotros mismos?
Ivy Landgon-Davies. Barcelona
Clic, clac
Cadavez menos gente usa los intermitentes. Clic, clac. Una forma f¨¢cil y emp¨¢tica de comunicarse, de avanzar evitando peligros. Clic, clac. Cada vez menos gente se?ala las injusticias, los ancianos abandonados a su suerte, los genocidios... Clic, clac. La solidaridad ya no es ni intermitente y, mientras, el mundo no deja de girar a la derecha sin que lo se?alemos. Clic, clac, clic, clac...
Marcos Belmonte Palacios. Madrid
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