Espa?a ante el riesgo de guerra
La Comisi¨®n Europea ha marcado los pasos para poner fin a la tutela militar de Estados Unidos de forma que la Uni¨®n asuma su defensa
¡°Estamos en una ¨¦poca de preguerra. No exagero. Cada d¨ªa es m¨¢s evidente¡±. Las palabras del primer ministro polaco, Donald Tusk, hace unos d¨ªas en EL PA?S pueden parecer alarmistas. Como tambi¨¦n las de la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien en unas recientes declaraciones a La Vanguardia advert¨ªa: ¡°Europa tiene que ser consciente de que el peligro [de guerra] est¨¢ muy cerca; no es una pura hip¨®tesis, es real¡±.
El temor que ambos pol¨ªticos expresan se basa en el riesgo de que Vlad¨ªmir Putin acabe ganando la guerra en Ucrania ¡ªcualquiera que sea el significado del verbo ganar en este caso¡ª y eso lo anime a nuevas aventuras b¨¦licas a medio plazo. Y en la posibilidad, no menos cierta, de que Donald Trump gane las elecciones de noviembre y regrese a la Casa Blanca, haciendo realidad su ¨®rdago de desentenderse de la suerte de Europa y dejarla expuesta al expansionismo de Mosc¨².
Esta situaci¨®n ha llevado a los pa¨ªses europeos a incrementar sustancialmente su presupuesto de defensa, especialmente todos aquellos que sienten m¨¢s pr¨®xima la amenaza rusa, como Polonia, que ha elevado su gasto militar hasta el 3,9% del PIB, siendo el pa¨ªs de la OTAN que proporcionalmente hace un esfuerzo mayor. El Gobierno espa?ol tambi¨¦n ha realizado un fuerte aumento del gasto militar, que creci¨® el 26% el a?o pasado, pero sigue estando a la cola de la OTAN en este punto, con el 1,24% del PIB, solo por delante de Luxemburgo y B¨¦lgica. Y la renuncia a aprobar los Presupuestos de 2024, ante la sucesi¨®n de citas electorales que tendr¨¢n lugar este a?o, hace casi imposible que se pueda mantener esa senda de crecimiento.
Con estos datos en la mano, es probable que los aliados saquen los colores a Espa?a cuando en julio pr¨®ximo se celebre en Washington la cumbre del 75? aniversario de la fundaci¨®n de la OTAN. Y eso a pesar de que Espa?a es el cuarto contribuyente a las operaciones de la Alianza Atl¨¢ntica y de que 1.700 soldados espa?oles refuerzan este a?o la seguridad de las rep¨²blicas b¨¢lticas, Eslovaquia o Rumania frente a la frontera rusa. Pese a su menor gasto militar, Espa?a es un contribuyente neto a la seguridad de la OTAN y no un mero consumidor como otros aliados.
En todo caso, si el aumento del presupuesto de Defensa resulta ineludible ante el incierto panorama internacional, este deber¨ªa servir al menos para reforzar la autonom¨ªa estrat¨¦gica de Europa, lo que requiere contar con una base industrial y tecnol¨®gica s¨®lida que no dependa de terceros. Esa es la apuesta que ha lanzado la Comisi¨®n Europea: hacer de la necesidad virtud y asumir la mayor¨ªa de edad de la Uni¨®n, marcando la ruta para poner fin a la tutela militar de Estados Unidos.
Espa?a debe seguir el mismo camino, aprovechando las oportunidades que brindan los nuevos fondos europeos para programas de defensa o la posibilidad de que el Banco Europeo de Inversiones (BIE) se abra finalmente a financiar programas militares y no solo de doble uso. El objetivo de que en 2030 al menos el 50% de las compras de defensa de los Veintisiete sean de productos europeos y el 40% de sistemas conjuntos abre una oportunidad para las empresas espa?olas que no pueden desaprovechar.
Pero no basta con gastar m¨¢s, sino que hay que gastar mejor. Los Veintisiete ya invierten 2,5 veces m¨¢s que Rusia en defensa y, sin embargo, y por su manera de hacerlo, siguen mirando a Washington cuando ven en peligro su seguridad.
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