Catalu?a y las palabras
Quiz¨¢ sea el momento de abandonar esas met¨¢foras y esos t¨¦rminos que tienen m¨¢s que ver con liturgias y ceremoniales que con el buen gobierno
Los socialistas han ganado en votos y esca?os las elecciones de Catalu?a del 12 de mayo y por primera vez las fuerzas nacionalistas no han obtenido en las urnas la mayor¨ªa. Esquerra se ha dado un golpe tan grande que est¨¢ digiriendo los resultados con una sucesi¨®n de gestos que apuntan a transformaciones profundas en el partido. Aragon¨¨s ha dejado la pol¨ªtica, Marta Rovira anunci¨® que abandona la secretar¨ªa general, Junqueras dejar¨¢ la presidencia, por lo menos de manera temporal. Son decisiones que suponen cambios dr¨¢sticos en el escenario y es f¨¢cil abandonarse a la tentaci¨®n de ceder a los grandes y solemnes diagn¨®sticos: muri¨® el proc¨¦s, lleg¨® el momento de enterrarlo, el cad¨¢ver ha empezado a apestar. Carles Puigdemont, sin embargo, se mostraba lozano este lunes y suger¨ªa que es a ¨¦l a quien le toca gobernar. ¡°Nosotros podemos agrupar una mayor¨ªa coherente, no absoluta, pero s¨ª coherente, m¨¢s amplia de la que no puede sumar el candidato del PSC y a eso nos dedicaremos a partir de ya¡±, dijo. Y a?adi¨® enseguida que en Catalu?a hace falta un Ejecutivo que ¡°quiera continuar plantando cara a Madrid¡±.
Tengan o no desarrollo las palabras del l¨ªder de Junts, lo que s¨ª anuncian es turbulencias. En el inicio de la campa?a electoral, desde sus cuarteles generales en Francia y con la voluntad de empaparse en el aura legendaria de la v¨ªctima que se propone regresar victoriosa al territorio del que fue apartado por una conjura de sus enemigos, Puigdemont habl¨® de ¡°exprimir al m¨¢ximo la situaci¨®n que tenemos de poder condicionar la pol¨ªtica espa?ola¡±. Las cosas no le fueron tan bien en las urnas como para que pueda cuajar f¨¢cilmente ese regreso triunfal, pero no parece haberse dado por rendido. Y en los pr¨®ximos d¨ªas habr¨¢ que ver c¨®mo traduce esa idea de ¡°exprimir¡± y de sacarle el mayor partido a los apoyos que Pedro S¨¢nchez necesita de Junts para seguir gobernando.
Illa gan¨® las elecciones, pero todav¨ªa le queda un trecho para poder gobernar, y desterrar de esa manera el fantasma de otra convocatoria a las urnas. Lo que por lo general se ha dicho tras los resultados del domingo es que los catalanes est¨¢n cansados de los grandes discursos que han alimentado el relato independentista y que han conducido a Catalu?a a una suerte de par¨¢lisis que se ha traducido en p¨¦rdida de riqueza e influencia, en falta de vigor econ¨®mico y cultural. As¨ª que muchos se quedaron en casa y no fueron a votar, y otros prefirieron inclinarse por los partidos que buscan otra salida al encaje territorial de Catalu?a en Espa?a. A finales de marzo, Salvador Illa estuvo en Londres en la London School of Economics. Defendi¨® all¨ª el federalismo. Explic¨® que es una alternativa a la ¡°pol¨ªtica de la polarizaci¨®n¡± y que es un modelo que permite que coexistan diferentes identidades. ¡°El futuro es federal¡±, dijo. ¡°Para Catalu?a, para Espa?a, para Europa¡±.
Quiz¨¢ convenga salir ya de esas din¨¢micas grandilocuentes que poco contribuyen al debate sensato y a la b¨²squeda de acuerdos para dar respuesta a los problemas de las gentes. Palabras como ¡°exprimir¡± y diagn¨®sticos tan rotundos como ese de que ¡°el proc¨¦s est¨¢ muerto¡± en tiempos de tantas mudanzas e incertidumbres: ya se ver¨¢ en qu¨¦ acaba todo. Un buen comienzo para un tiempo distinto ser¨ªa el de quitarse de esos t¨¦rminos que tienen m¨¢s que ver con liturgias y ceremoniales que con el buen gobierno. Abandonar el abuso de las met¨¢foras y buscar las palabras que tengan una historia detr¨¢s y que apunten hacia adelante. Como esa de federalismo.
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