Contaminaci¨®n lum¨ªnica
Me enfrento a la secci¨®n de Econom¨ªa de los peri¨®dicos, en general, con igual devoci¨®n que a los folletos religiosos. No s¨¦ si salt¨¢rmela o acometerla
Me enfrento a la secci¨®n de Econom¨ªa de los peri¨®dicos, en general, con la misma devoci¨®n que a los folletos de car¨¢cter religioso. No s¨¦ si salt¨¢rmela o acometerla para fingir que entiendo lo que ocurre con el euro y con Dios y con el d¨®lar y con los obispos y arzobispos del capitalismo: para hacerme creer, en suma, que estoy al d¨ªa y para que no cese el espect¨¢culo seg¨²n el cual t¨² posees la capacidad de informarme y yo la de permanecer informado sobre misterios tan impenetrables como el de la Trinidad, de los que, sin embargo, depende la salvaci¨®n del alma y la evoluci¨®n del salario m¨ªnimo. Aqu¨ª, excepto los cuatro magnates que mueven los hilos por detr¨¢s del tenderete, nadie est¨¢ al d¨ªa, pero hay en el mercado de la comunicaci¨®n varios discursos que proporcionan sensaciones sustitutas. Dime los beneficios del ¨²ltimo trimestre del sector tur¨ªstico y escribir¨¦ un editorial sobre las ventajas de que los j¨®venes no se independicen.
?Debo, pues, internarme en una informaci¨®n referida al futuro de las telecomunicaciones como me interno a veces, en mis paseos nocturnos, por callejones deficientemente iluminados? ?Correr¨¦ alg¨²n peligro, saldr¨¦ m¨¢s reforzado desde el punto de vista intelectual? Ayer me met¨ª en un callej¨®n y no me pas¨® nada. Estaba formado por dos filas de chal¨¦s que formaban un cul de sac con forma de intestino en el que era preciso dar la vuelta al alcanzar el yeyuno. Hab¨ªa farolas cada equis metros, pero alumbraban poco para evitar la contaminaci¨®n lum¨ªnica que est¨¢ echando a las aves nocturnas del barrio. El mayor peligro era el de los perros que ladraban o gru?¨ªan al otro lado de las verjas y cuyos cuerpos ¡ªno as¨ª sus dientes¡ª se dilu¨ªan en la oscuridad reinante.
Fue una experiencia curiosa, pues abandon¨¦ el callej¨®n con la idea de haber sido digerido por ¨¦l, un poco del mismo modo que me digieren la informaci¨®n econ¨®mica o la religiosa cuando decido atacarlas para ponerme al d¨ªa.
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