Bueno para la justicia, bueno para la pol¨ªtica
Hay que celebrar el acuerdo entre PSOE y PP tras cinco a?os y medio de bloqueo del CGPJ por parte de los populares
Al fin, con cinco a?os y medio de retraso, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) saldr¨¢ del pozo en el que lo meti¨® el Partido Popular al negarse a facilitar desde 2018 la renovaci¨®n que la Constituci¨®n impone. Es una buena noticia para la justicia, para la reputaci¨®n de la democracia espa?ola y tambi¨¦n para el Gobierno de S¨¢nchez y el PP de Feij¨®o, que logran su primer gran pacto de Estado en un asunto central. Es de agradecer que los mu?idores del acuerdo, el ministro F¨¦lix Bola?os y el eurodiputado popular Esteban Gonz¨¢lez Pons, evitaran ayer cualquier reproche p¨²blico.
El Gobierno de los jueces, con mayor¨ªa absoluta conservadora y el mandato caducado, ha funcionado este lustro largo como un activista pol¨ªtico contra el Ejecutivo. Aunque maniatado en los ¨²ltimos tres a?os, sin poder ejercer una de sus principales funciones ¡ªel nombramiento de cargos judiciales¡ª, prohibida por una reforma legal que ha tenido dolorosas consecuencias. Decenas de cargos en Tribunales Superiores de Justicia y Audiencias Provinciales no han podido ser renovados, y un tercio de los magistrados del Supremo se jubilaron sin ser sustituidos.
La administraci¨®n de Justicia se resiente por una situaci¨®n en la que el PP ha mantenido secuestrado al gobierno de los jueces todo este tiempo, utilizando para ello sucesivas excusas. La ¨²ltima consist¨ªa en exigir una reforma legislativa del sistema de elecci¨®n de los vocales del CGPJ antes de renovar el ¨®rgano. Los populares pretend¨ªan cambiar las reglas del juego que ellos hab¨ªan aprobado en 2013, cuando gobernaban con mayor¨ªa absoluta. Al final aceptan la renovaci¨®n con la ley vigente.
Hay que felicitar a Alberto N¨²?ez Feij¨®o por no ceder en esta ocasi¨®n a las presiones de la derecha medi¨¢tica y de su presidenta auton¨®mica madrile?a, Isabel D¨ªaz Ayuso, a la que no han servido de nada los avisos para evitar este pacto. Aunque muchos se lo reprochen, su liderazgo no puede salir da?ado por cumplir la Constituci¨®n. El ultim¨¢tum de S¨¢nchez para que hubiera acuerdo antes de terminar junio o proceder¨ªa a la reforma en solitario, la presi¨®n de la Uni¨®n Europea y de los propios jueces ante una situaci¨®n insostenible han operado el cambio.
El documento firmado ayer abre espacios de entendimiento para promover reformas legales que permitan avanzar en el blindaje de la independencia judicial, poniendo l¨ªmites a excesos del poder pol¨ªtico como el nombramiento por parte del Gobierno de Pedro S¨¢nchez de una fiscal general, Dolores Delgado, que antes hab¨ªa sido ministra de Justicia y diputada del PSOE. Para que algo parecido pudiera volver a ocurrir tendr¨ªa que pasar un plazo de al menos cinco a?os entre un cargo y el otro, l¨ªmite que ya estaba en el pacto que el PP no quiso firmar en el ¨²ltimo momento hace dos a?os.
El texto tambi¨¦n prev¨¦ que el nuevo Consejo General del Poder Judicial deber¨¢ debatir y proponer una reforma legal, apoyada por tres quintos de sus miembros, para modificar el sistema de elecci¨®n de los vocales en el futuro. Por sus trayectorias previas, no parece que haya unanimidad entre los nombres elegidos ayer por ambos partidos para proceder a ese cambio. Con ¨¦l los populares pretenden que los jueces elijan directamente a los jueces, de manera que un poder del Estado ser¨ªa elegido por un mecanismo ajeno a las Cortes, donde est¨¢n los representantes de la soberan¨ªa nacional, que reside en el pueblo. El tiempo dir¨¢ en qu¨¦ consiste finalmente esa reforma que propondr¨¢ el Consejo, y que en cualquier caso deber¨¢ ser aprobada por mayor¨ªa en el Congreso de los Diputados.
Por ¨²ltimo, el pacto incluye el nombramiento por el Senado de un magistrado del Tribunal Constitucional que ocupar¨ªa la vacante dejada por otro elegido a propuesta del PP y que abandon¨® el puesto hace m¨¢s de un a?o por enfermedad. Feij¨®o ha decidido que el sustituto sea Jos¨¦ Mar¨ªa Mac¨ªas, un abogado en ejercicio y, a la vez, vocal conservador del CGPJ, en el que en estos a?os de Consejo caducado ha actuado como un radical y p¨²blico ariete contra el Gobierno de coalici¨®n, al que lleg¨® a comparar con la dictadura de Franco. Tambi¨¦n llam¨® mentiroso al ministro Bola?os y descalific¨® con palabras muy gruesas la ley de amnist¨ªa que ¨¦l mismo tendr¨¢ ahora que analizar como magistrado del Constitucional.
El PP vuelve a elegir para el Tribunal de Garant¨ªas a un miembro de la derecha judicial m¨¢s dura, desechando la posibilidad de proponer a qui¨¦n fue presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, de imagen moderada e impecable. El PSOE, experto en hacer de la necesidad virtud, ha preferido aceptar a Mac¨ªas para desbloquear una situaci¨®n que parec¨ªa de arreglo imposible.
Los pactos implican cesiones y este no es una excepci¨®n. Lo han hecho ambas partes. Hoy solo toca celebrar que se haya alcanzado, aunque para lograrlo se haya hecho una ins¨®lita cesi¨®n de soberan¨ªa al recurrir a Bruselas para conseguir que se cumpla la Constituci¨®n espa?ola.
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