Fundido en azul

Una actualizaci¨®n de un antivirus provoc¨® este viernes un apag¨®n en millones de ordenadores de todo el mundo y desat¨® el caos en negocios y servicios p¨²blicos por todo el planeta. Se trata de una de las mayores ca¨ªdas inform¨¢ticas de la historia, y su alcance deja en evidencia la vulnerabilidad de la infraestructura tecnol¨®gica global, tanto por la elevada concentraci¨®n de servicios en torno a unas pocas multinacionales como por la externalizaci¨®n generalizada de los sistemas operativos y de almacenamiento en la nube que utilizan las compa?¨ªas en su d¨ªa a d¨ªa.

A ¨²ltima hora del jueves, el programa Falcon de la estadounidense CrowdStrike ¡ªl¨ªder del mercado de ciberseguridad¡ª pon¨ªa en marcha una actualizaci¨®n que afectaba a los ordenadores con sistema operativo Windows, de la tambi¨¦n estadounidense Microsoft. La actualizaci¨®n se instal¨® autom¨¢ticamente, provoc¨® que las computadoras no pudieran siquiera ponerse en marcha y que las pantallas se quedaran en azul, lo que oblig¨® a muchas compa?¨ªas a suspender temporalmente su actividad o a procesar manualmente sus servicios. Fue el caso de los billetes de avi¨®n. En plena temporada veraniega, m¨¢s de 30.000 vuelos se vieron retrasados y en torno a 4.000 cancelados en todo el mundo. Compa?¨ªas ferroviarias, bancos y hospitales tambi¨¦n se vieron afectados por el bloqueo. CrowdStrike envi¨® el mismo viernes una gu¨ªa a sus clientes para resolver el incidente, pero el procedimiento es manual y debe resolverse caso por caso, lo cual puede retrasar considerablemente su vuelta al pleno funcionamiento.

Causado por un involuntario fallo humano, el incidente ha dejado en evidencia los peligros de la elevada concentraci¨®n que existe en la industria de la ciberseguridad. Las 15 mayores compa?¨ªas del sector controlan el 62% de las tecnolog¨ªas, los productos y los servicios relacionados con la protecci¨®n inform¨¢tica. CrowdStrike, una firma fundada en 2012, ten¨ªa en 2022 m¨¢s de un 17% de la cuota de mercado mundial. El apag¨®n de este viernes cobra su verdadera dimensi¨®n si se tiene en cuenta que m¨¢s del 70% de los ordenadores del planeta utiliza Windows.

Si la pandemia puso a prueba las cadenas globales de producci¨®n y distribuci¨®n y provoc¨® la decisi¨®n de Gobiernos y empresas de reducir los riesgos de suministro de bienes esenciales, este episodio deber¨ªa dar pie a una reflexi¨®n similar en torno a los servicios inform¨¢ticos. Pese a su enorme transversalidad, la infraestructura tecnol¨®gica global carece de un organismo que analice los fallos del sistema, se responsabilice de ellos y garantice la resiliencia de un soporte decisivo en el siglo XXI. Resulta dif¨ªcil de entender que la actualizaci¨®n de un programa de una sola empresa pueda llevar a medio mundo a una especie de edad media digital. Se trata de un aspecto que conviene abordar ahora que, adem¨¢s, estamos en puertas del despliegue masivo de la inteligencia artificial.