La verdad de Israel
El nuevo rev¨¦s jur¨ªdico del tribunal de la ONU al Gobierno de Netanyahu es notable, pero tambi¨¦n lo es para Estados Unidos
No es una sentencia, sino un dictamen consultivo sobre las consecuencias de la ocupaci¨®n por Israel de los territorios palestinos desde 1967. Se trata de la opini¨®n del Tribunal Internacional de Justicia, la m¨¢xima autoridad judicial de Naciones Unidas, dictada a requerimiento de la Asamblea General. No es su primera resoluci¨®n sobre el conflicto entre Israel y Palestina, puesto que hace 20 a?os declar¨® contraria a derecho la construcci¨®n del muro de separaci¨®n que rodea los territorios de poblaci¨®n palestina y este a?o ha impuesto medidas cautelares para evitar que pueda cometerse un delito de genocidio durante la actual invasi¨®n de Gaza. Aunque eran de obligado cumplimiento, Netanyahu hizo caso omiso y no reconoci¨® su competencia para dirimir las diferencias con Sud¨¢frica, el pa¨ªs denunciante por incumplimiento de la Convenci¨®n sobre el Genocidio, al igual que ahora no ha reconocido su competencia para dictaminar sobre el estatus de los territorios ocupados.
Este severo dictamen se suma a la alarma por las ¨®rdenes de detenci¨®n por cr¨ªmenes de guerra contra el primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu y el ministro de Defensa, Yoav Galant, demandadas por el fiscal del Tribunal Penal de Justicia, Karim Khan. Estrictamente no hay novedad. Es una realidad jur¨ªdica conocida: los asentamientos jud¨ªos en Cisjordania y Jerusal¨¦n Este ¡°violan el derecho internacional¡±. M¨¢s graves son las consecuencias: Israel debe poner fin a la ocupaci¨®n ¡°tan pronto como sea posible¡±. El tribunal rechaza que sea un conflicto bilateral entre israel¨ªes y palestinos sobre unos territorios disputados, como pretende Israel. Es una tentativa de anexi¨®n mediante el uso de la fuerza y una denegaci¨®n de derechos a los palestinos, que no puede prolongarse indefinidamente, exige reparaciones y compromete a Naciones Unidas y sus pa¨ªses miembros. El rev¨¦s jur¨ªdico para Israel es notable, pero tambi¨¦n para Estados Unidos, que ha reconocido la anexi¨®n de Jerusal¨¦n y del Gol¨¢n. Indirectamente afecta a la salida de la guerra de Gaza, una cuesti¨®n en la que no ha entrado el tribunal, pues advierte de la ilegalidad de una ocupaci¨®n permanente y de cualquier anexi¨®n que intente el Gobierno de Netanyahu.
Frente a la verdad jur¨ªdica, Netanyahu tiene su propia verdad: ¡°El pueblo jud¨ªo no es el ocupante de su propio pa¨ªs, incluyendo nuestra eterna capital Jerusal¨¦n y nuestra patria hist¨®rica en Judea y Samaria. Ninguna opini¨®n absurda en La Haya puede negar esta verdad hist¨®rica o el derecho de los israel¨ªes a vivir en sus propias comunidades en nuestra patria ancestral¡±. Putin comparte ideas similares sobre Ucrania, al igual que muchos grupos islamistas las comparten respecto a la Espa?a musulmana. No hay transacci¨®n entre el esencialismo de las naciones eternas como Israel y las naciones pol¨ªticas sustentadas en el derecho. Palestina e Israel podr¨¢n existir y convivir en paz en el mundo del derecho, pero seguir¨¢n en una guerra eterna en la selva de las naciones ancestrales.
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