La pesadilla de trabajar en ciencia
Los lectores escriben sobre las trabas laborales que afrontan los cient¨ªficos, la falta de oferta de vivienda, la inmigraci¨®n y el valor del respeto
Ram¨®n y Cajal, Juan de la Cierva, Viera y Clavijo, Margarita Salas, sexenios, acreditaci¨®n de la ANECA para profesor ayudante doctor, profesor contratado doctor, titular y catedr¨¢tico¡ Los cient¨ªficos en Espa?a pasamos nuestra vida saltando de contrato en contrato, en una rueda en la que como pierdas un a?o te quedas fuera. Casi no podemos hacer ciencia, porque somos la ¨²nica profesi¨®n que tiene que justificar cada paso para conseguir la siguiente acreditaci¨®n. Me pregunto qu¨¦ cient¨ªfico corrupto ha provocado este castigo colectivo. ?Alguien se imagina a un polic¨ªa haciendo malabares cada dos a?os para poder seguir en su trabajo dos a?os m¨¢s? Mientras no entendamos que la ciencia es un trabajo colectivo hecho por personas con vidas que merecen cumplir un horario laboral, la mayor¨ªa de los j¨®venes y medio viejos m¨¢s prometedores de este pa¨ªs nos quedaremos por el camino yendo a otros sectores que nos traten como personas.
Nuria ?lvarez Crespo. Galapagar (Madrid)
Un lugar para vivir
Hace unos d¨ªas, este peri¨®dico se hizo eco del auge de las viviendas tur¨ªsticas en Gij¨®n y Oviedo. El debate sobre el turismo sacude Asturias. Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil encontrar un alquiler para todo el a?o, los precios se disparan, la costa multiplica su poblaci¨®n en verano (a veces, en urbanizaciones mastod¨®nticas que rompen con el entorno) y todo el Oriente es, a estas alturas, un parque de atracciones. Sin embargo, el Gobierno asturiano niega que haya masificaci¨®n y recela de una tasa, algo que defienden los socialistas vascos y c¨¢ntabros en sus comunidades. No comprendo por qu¨¦. Es complejo situarnos en una escala de masificaci¨®n, pero existen precedentes que conviene evitar. Es verdad que de algo hay que vivir, pero el objetivo es, precisamente, vivir.
Alberto Busto Garc¨ªa. Avil¨¦s (Asturias)
Tratar el problema en su origen
?Se acuerdan de cuando se ped¨ªa dinero del Domund? O, m¨¢s recientemente, las campa?as contra la desnutrici¨®n en ?frica. Los problemas con la llegada de inmigraci¨®n desde ese continente parten de que se puso todo el esfuerzo en salvar vidas, pero no en proporcionarles un medio de vida para cuando crecieran. Todav¨ªa estamos a tiempo de actuar sobre el terreno y darles una oportunidad.
Isidro Carmona. Madrid
Educaci¨®n y respeto
El domingo fui al cine. Estar¨ªamos 30 o 40 personas. Tras los tr¨¢ileres, la pantalla qued¨® en negro. Pasados un par de minutos, un espectador sali¨® para avisar de la incidencia. Unos minutos m¨¢s tarde, un empleado nos dijo que el proyector no funcionaba y que intentar¨ªan arreglarlo. La gente permaneci¨® tranquila, en silencio. Al rato, volvi¨® para decirnos que lamentablemente no hab¨ªan conseguido arreglarlo y que pas¨¢ramos por taquilla para que nos devolvieran el dinero. Nadie protest¨®. Salimos de la sala y nos dirigimos a la taquilla, guardamos civilizadamente la cola, en C¨®rdoba, a m¨¢s de 40 grados. Ni un mal gesto, ni una mala palabra. Me parec¨ªa vivir en una burbuja de tolerancia, empat¨ªa y cortes¨ªa. Situaciones como esta revelan el alma de un pueblo.
Balbino Povedano Ca?izares. C¨®rdoba
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