Renovables, s¨ª, con reglas claras

Hasta cinco comunidades aut¨®nomas han aprobado o anunciado en lo que va de a?o regulaciones restrictivas contra la implantaci¨®n de plantas fotovoltaicas en sus territorios. La Rioja ha decretado una moratoria para nuevas instalaciones; Pa¨ªs Vasco y Arag¨®n han creado sendos impuestos medioambientales a los parques e¨®licos y fotovoltaicos; Asturias tiene previsto publicar a finales de a?o el decreto que regular¨¢ la implantaci¨®n de parques de bater¨ªas que almacenan electricidad, y Canarias quiere hacer obligatoria la participaci¨®n local en las empresas que instalen los proyectos. Estas regulaciones se justifican en la protecci¨®n del medio ambiente y el paisaje. Seg¨²n el sector, se trata de trabas crecientes contra la energ¨ªa fotovoltaica que amenazan con eliminar la ventaja competitiva de que goza Espa?a en este ¨¢mbito.

La emergencia clim¨¢tica obliga a un giro dr¨¢stico para dejar atr¨¢s un sistema energ¨¦tico todav¨ªa muy dependiente de los combustibles f¨®siles a nivel global. Afortunadamente, el sector el¨¦ctrico est¨¢ dando se?ales de cambio de era. La suma de la generaci¨®n fotovoltaica y la e¨®lica superar¨¢ por primera vez al carb¨®n el a?o que viene, seg¨²n las previsiones de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa. En esa transici¨®n hacia la descarbonizaci¨®n de la econom¨ªa y la apuesta por las energ¨ªas sostenibles la pen¨ªnsula Ib¨¦rica se sit¨²a en una posici¨®n privilegiada.

Espa?a constituye por su latitud y condiciones clim¨¢ticas un lugar id¨®neo para la captaci¨®n de energ¨ªa solar en sus diferentes formatos. La fotovoltaica ha aumentado su producci¨®n un 30% en un a?o y supone el 15% del mix (hasta el 50% en un d¨ªa promedio entre las 9.00 y las 15.00), cuando hace cinco a?os aportaba un 10%. La potencia de esta tecnolog¨ªa se ha multiplicado por tres desde entonces. Sin embargo, frente a otras fuentes es la que requiere m¨¢s superficie necesaria para su instalaci¨®n, excepci¨®n hecha de la hidroel¨¦ctrica. Esto est¨¢ acarreando problemas por el uso del suelo sobre el que se asientan los huertos solares, con la consiguiente p¨¦rdida de biodiversidad y de producci¨®n agraria, que en algunas poblaciones ha generado protestas con lemas como ¡°renovables, s¨ª, pero no as¨ª¡±.

La electricidad es un factor crucial para la transici¨®n a la energ¨ªa neta cero: la producci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica contribuye a cerca del 40% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y se espera un fuerte aumento de la demanda debido tanto a la mejora de las perspectivas econ¨®micas como al desarrollo de nuevas tecnolog¨ªas. El progresivo uso de la inteligencia artificial y el desarrollo de centros para el almacenamiento de datos en la nube han generado una demanda energ¨¦tica sin precedentes en la Uni¨®n Europea, que podr¨ªa llegar a absorber el 3,2% del suministro el¨¦ctrico de la regi¨®n para 2030. Espa?a parte con ventaja en este cambio de paradigma, a diferencia de lo sucedido en anteriores revoluciones industriales. Los centros de datos han sido los primeros en llegar, con anuncios como los de Amazon o Microsoft, al calor de los bajos precios de la luz y la buena conectividad, y es probable que el resto de actividades electrointensivas acudan m¨¢s adelante.

El equilibrio no resulta f¨¢cil. Hay que acelerar la transici¨®n energ¨¦tica al tiempo que no se puede pasar por encima, precisamente, de la protecci¨®n del medio ambiente. Tampoco dejar de lado a las comunidades que deben alojar las instalaciones. Debe haber un marco regulatorio claro y mayor coordinaci¨®n entre administraciones. Pero sin perder de vista que la apuesta es clara, la oportunidad como pa¨ªs es ¨²nica y no hay marcha atr¨¢s.