La inmigraci¨®n circular
Las medidas que a nadie escandalizaron en febrero sirven ahora para acusar al Gobierno de ¡°alentar un efecto llamada¡± por la apuesta de la oposici¨®n de incendiar el debate
El c¨ªrculo se repite. Pasa ahora como ocurri¨® hace 20 a?os. Despu¨¦s del tr¨¢gico episodio de la valla de Melilla en junio de 2022, el Reino de Marruecos adopt¨® medidas contra la inmigraci¨®n ilegal con el apoyo de Espa?a y la Uni¨®n Europea. Pero los subsaharianos no esperaron a que el control de fronteras volviera a relajarse, sino que buscaron una alternativa. Si Senegal se convirti¨® primero en su punto de partida, desde hace unos meses el pa¨ªs de tr¨¢nsito clave es Mauritania. La crisis que sufre Canarias, olvidada como centro de acogida desbordado y sin contar con la solidaridad del conjunto del pa¨ªs, motiv¨® el viaje a Mauritania de Ursula von der Leyen y Pedro S¨¢nchez el febrero pasado. Ya entonces, como puede leerse en la nota de prensa de La Moncloa, el presidente del Gobierno se refiri¨® a la migraci¨®n circular como una de las respuestas al problema. Nadie se escandaliz¨®. Aunque la llegada de inmigrantes irregulares al archipi¨¦lago ya se estaba disparando, la inmigraci¨®n segu¨ªa sin ser un problema prioritario para los espa?oles, como ha ocurrido hist¨®ricamente. Ahora, en cambio, tras el nuevo viaje de S¨¢nchez a Mauritania y la apuesta de la oposici¨®n por incendiar este reto, la misma propuesta ha servido para acusar al Gobierno de ¡°alentar un efecto llamada¡±.
En enero de 2005, Marruecos tom¨® diversas medidas para evitar la inmigraci¨®n ilegal de ciudadanos subsaharianos a Canarias. 40 millones de euros de la UE. As¨ª pudieron adquirir veh¨ªculos, lanchas y contratar a polic¨ªas. Para evitar los asentamientos se destinaron 120 de agentes de seguridad fijos al monte Gurug¨², lugar del que partieron cuando intentaron cruzar la valla hace dos a?os. Pero lo fundamental fueron los 400 gendarmes reales destinados a El Aai¨²n, de donde part¨ªan la mayor¨ªa de pateras en direcci¨®n a Canarias. Los subsaharianos hicieron entonces lo que est¨¢n haciendo ahora: la alternativa mauritana. La ciudad de Nuadib¨², cuyo primer desarrollo se hab¨ªa producido en tiempos del colonialismo franc¨¦s a trav¨¦s de una compa?¨ªa de explotaci¨®n de la pesca (hoy este sector representa a¨²n el 12% del PIB del pa¨ªs), recibi¨® una llegada masiva de inmigrantes. Su prop¨®sito era subir a las embarcaciones tradicionales de los pescadores, los cayucos, con el material que las mafias compran en el mercado negro (desde el motor al salvavidas), para jugarse la vida en el Atl¨¢ntico. En marzo de 2006 se habl¨® ya de ¡°la crisis migratoria de las islas Canarias¡±.
El 22 de marzo de 2006, una delegaci¨®n de la Guardia Civil inici¨® tareas de patrullaje en la costa de Mauritania gracias al apoyo comunitario. Al poco, aquella v¨ªa qued¨® taponada. En 2018, se estren¨® una serie documental de tres cap¨ªtulos titulada Sahara. La primera escena del primer cap¨ªtulo, Secretos de Mauritania, mostraba la costa del pa¨ªs africano desde un helic¨®ptero de la Guardia Civil. Despu¨¦s, la imagen saltaba a una lancha en la que el presentador dialogaba con dos agentes espa?oles. Les preguntaba por qu¨¦ actuaban fuera de su pa¨ªs y cu¨¢ndo hab¨ªan detenido por ¨²ltima vez a un inmigrante irregular. ¡°Fue a finales de 2008, para ser precisos¡±. A principios de este a?o, all¨ª segu¨ªan desplazados 34 guardias civiles y 16 polic¨ªas nacionales. Y cuando la ruta del oeste del Mediterr¨¢neo estuvo estabilizada para los cruces irregulares, seg¨²n datos de Frontex, la del oeste del Atl¨¢ntico se reactiv¨®. Entre enero y julio de este a?o, 21.620 cruces. Lo seguir¨¢n intentando. En las playas de Nuadib¨² est¨¢n amarradas 4.700 embarcaciones, explic¨® en febrero Juan Jos¨¦ Fern¨¢ndez en La Provincia. Hay centenares de personas, hombres, ni?os y mujeres, que tienen los 900 euros que cobran las mafias por el viaje. Est¨¢n convencidos de que el destino de sus vidas, lo que les salvar¨¢, es la aventura de llegar a Europa.
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