Drama y comedia de la financiaci¨®n auton¨®mica
La visi¨®n optimista del acuerdo entre ERC y PSC exige que los republicanos se acaben conformando con menos de lo que dice el pacto
En un reciente art¨ªculo, Joan Ridao, profesor y letrado del Parlamento de Catalu?a, manifiesta sus diferencias respecto a nuestro an¨¢lisis de las posibles consecuencias del acuerdo entre ERC y PSC. Afirma que dicho acuerdo, lejos de crear desigualdades y riesgos fiscales, contiene los mimbres para hacer efectiva una descentralizaci¨®n pol¨ªtica mayor y un grado de responsabilidad fiscal m¨¢s amplio que permitir¨¢n ¡°la adaptaci¨®n del sistema tributario a las especificidades del tejido productivo y de las necesidades sociales de cada comunidad¡± y redundar¨¢n en ¡°una mejora de la eficiencia, la disciplina presupuestaria y el control de la deuda¡±. Una visi¨®n tan optimista como poco realista de lo que, salvo que ERC se conforme con menos de lo que dice el pacto, es probable que ocurra.
Ridao afirma que es falso que, como nosotros dijimos, el pacto vaya a generar inequidades entre comunidades aut¨®nomas. Dado que est¨¢ fuera de cualquier duda que tras el pacto Catalu?a va a tener m¨¢s recursos (puede que muchos m¨¢s), la ¨²nica v¨ªa para que no haya desigualdad entre comunidades aut¨®nomas es que el gobierno central ponga el dinero para que las dem¨¢s, primero, no pierdan lo que Catalu?a deja de aportar y, segundo, reciban m¨¢s para aproximarse a Catalu?a. Pero cualquier dinero que ponga el Gobierno se obtendr¨¢ subiendo los impuestos o reduciendo otros gastos. De hecho, el Gobierno ya ha dicho que subir¨¢ los impuestos a los ricos. Pero, eso no va a ser suficiente y la clase media tambi¨¦n va a tener que pagar. Eso s¨ª, estos impuestos adicionales nos los van a pagar ni vascos, ni navarros ni, si se cumple lo pactado, catalanes. Los pagar¨¢n los residentes en las dem¨¢s autonom¨ªas que, de esta forma, tendr¨¢n m¨¢s gasto auton¨®mico, pero menos renta disponible.
Es verdad que, como se?ala Ridao, aunque el propio acuerdo denomina singular al modelo que se propone para Catalu?a, en ning¨²n momento se dice que no se pueda aplicar a nadie m¨¢s. El problema es que, salvo que desaparezca el gobierno central como agente econ¨®mico, no se puede aplicar a todas las comunidades aut¨®nomas. De hecho, ni siquiera a las m¨¢s ricas. ?O acaso debemos creer que el Gobierno est¨¢ dispuesto a firmar ya mismo un acuerdo como el de Catalu?a con, por ejemplo, Madrid?
El art¨ªculo de Ridao tambi¨¦n dice que el que Catalu?a recaude todos los impuestos y pague lo que el Estado se gasta, m¨¢s una aportaci¨®n a la solidaridad, no debe dar lugar a un drama calderoniano. Ciertamente no para los catalanes que lo deben ver m¨¢s como motivo de comedia. Pero para el resto est¨¢ menos claro. Catalu?a, al pagar solo lo que recibe del Estado, se ahorra toda la progresividad del sistema fiscal en la financiaci¨®n de los gastos del Estado. Porque, como dice el pacto, su aportaci¨®n a la solidaridad se limita a la financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas (no del gasto del Estado). Y la cuant¨ªa de esa aportaci¨®n est¨¢ por ver. Adem¨¢s, pasa a controlar todos los impuestos qued¨¢ndose con lo recaudado. Que esto vaya a aumentar la eficiencia y equidad del sistema tributario suena a broma. Si miramos lo que pasa en otros pa¨ªses o en las comunidades forales lo m¨¢s probable es que si Catalu?a puede, use su autonom¨ªa fiscal para favorecer a sus empresas (y quiz¨¢ a sus rentas altas) y busque atraer actividades econ¨®micas ubicadas en otras autonom¨ªas.
Seg¨²n el pacto, el primer tributo en que deber¨ªa implementarse el nuevo modelo ser¨ªa el impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas, y la pol¨ªtica prevista aqu¨ª es ¡°no implementar propuestas de deflactaci¨®n del IRPF¡±. Todos los libros de texto dicen que un buen impuesto sobre la renta debe gravar la renta real y no la monetaria. Nos cuesta entender que un acad¨¦mico como Ridao espere mayor eficiencia de un sistema fiscal que enga?a a los contribuyentes no deflactando el IRPF (ajustar el impuesto sobre la renta a la inflaci¨®n es mantenerlo igual, y no ajustarlo es subirlo de forma encubierta).
No es cierto, contra lo que sugiere el art¨ªculo de Ridao, que el modelo fiscal propuesto para Catalu?a sea habitual en los pa¨ªses federales. A diferencia de lo que pasar¨¢ en Catalu?a, en todos los pa¨ªses federales el Gobierno central sigue estableciendo, recaudando y gestionando sus impuestos en todas sus regiones. La excepci¨®n en cuanto a la gesti¨®n es Alemania, donde son las regiones las que recaudan todo. Pero hay un control federal de la administraci¨®n tributaria, las regiones no tienen ninguna capacidad normativa y lo que se queda cada regi¨®n del IVA es independiente de lo pagado por sus residentes.
Nada que ver con lo pactado con Catalu?a. En Suiza, los cantones tienen un nivel elevado de autonom¨ªa fiscal, pero el art¨ªculo 128 de su Constituci¨®n obliga a revisiones peri¨®dicas para corregir en el IRPF el aumento de carga tributaria debido a la inflaci¨®n y el 135 a equiparar los recursos financieros entre cantones, siendo la Confederaci¨®n la que tiene la potestad de fijar las normas sobre la materia. ?Tomamos solo la autonom¨ªa tributaria y nos hacemos ¡°suizos a la carta¡± o queremos ser suizos del todo?
Hay que se?alar que las cifras que utiliza el profesor Ridao para afirmar que Catalu?a est¨¢ infrafinanciada y aporta demasiado son cuestionables. Afirma, por ejemplo, que Catalu?a recibe un 21,1% menos de financiaci¨®n per capita que la media, pero los datos de la financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas dicen que desde hace m¨¢s de 20 a?os lo que recibe est¨¢ entre el 96% y el 103% de la media.
Retomando el s¨ªmil de Ridao de que el acuerdo contiene los mimbres para mejorar el sistema de financiaci¨®n, en nuestra opini¨®n, salvo que los partidos independentistas renuncien a una parte importante de sus objetivos declarados (e incluidos en el pacto), cuando el cesto est¨¦ acabado es dudoso que pueda contener dosis apreciables de eficiencia, disciplina presupuestaria y control de deuda. En su estado actual, el acuerdo solamente contiene algunas l¨ªneas maestras y son dichas l¨ªneas las que sostienen nuestra visi¨®n cr¨ªtica. En esas l¨ªneas se afirma que ¡°la gesti¨®n, recaudaci¨®n, liquidaci¨®n e inspecci¨®n de todos los impuestos soportados en Catalu?a corresponden a la Agencia Tributaria de Catalu?a, salvo los de naturaleza local. La aportaci¨®n catalana a las finanzas del Estado integra la aportaci¨®n por el coste de los servicios que el Estado presta a Catalu?a y la aportaci¨®n a la solidaridad¡±. Esto es casi id¨¦ntico a lo que se dice en el Concierto entre el Pa¨ªs Vasco y el Estado.
Si los mimbres de partida son esencialmente id¨¦nticos al Concierto, existen fundados motivos para pensar que el cesto final ser¨¢ igual a un ¡°cesto foral¡±. Si va a ser otra cosa, es hora de que los firmantes concreten algo y nos digan qu¨¦ va a ser, para poder continuar la discusi¨®n sobre bases m¨¢s firmes.
Finalmente, el profesor Ridao opina que el sistema actual es injusto, cr¨ªptico y opaco. Para aprender de los errores pasados, quiz¨¢ merezca la pena recordar que ese sistema fue dise?ado entre la Generalitat y el Gobierno central y luego aprobado en el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera con el voto favorable de Catalu?a. Entonemos todos un mea culpa (incluso los que no tuvimos nada que ver), para evitar errores pasados y de cara al futuro, si quienes han preparado los mimbres nos muestran el cesto acabado, quiz¨¢ podamos entonces analizar sus posibles efectos, antes de emprender una reforma de tanto calado.
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