Horror en Hait¨ª

La violencia y la miseria marcan la vida cotidiana en Hait¨ª desde hace a?os, pero la semana pasada el horror alcanz¨® cotas nuevas incluso en la dram¨¢tica rutina del pa¨ªs caribe?o. La matanza perpetrada por un escuadr¨®n de hombres armados en una localidad a unos 100 kil¨®metros de Puerto Pr¨ªncipe es la en¨¦sima prueba de la descomposici¨®n de las instituciones en un territorio sumido en el caos desde el asesinato del presidente Jovenel Mo?se en julio de 2021. Un grupo de sicarios de una banda conocida como Grand Grif irrumpi¨® en Pont Sond¨¦ y acribill¨® a 70 personas, quem¨® viviendas y veh¨ªculos, y arras¨® todo a su paso.

El ataque no tiene precedentes. Se produjo ante la negativa de los conductores de la regi¨®n a pagar extorsiones al crimen organizado y despu¨¦s de que Estados Unidos y la ONU anunciaran sanciones contra el l¨ªder de esa banda, Luckson ?lan. Esta es la din¨¢mica perversa de Hait¨ª: las autoridades han sucumbido ante las amenazas de la delincuencia, que de facto ha tomado el control de partes del pa¨ªs. Las consecuencias son una corrupci¨®n galopante y una violencia sin freno que ha forzado un ¨¦xodo masivo y desplazamientos internos. Seg¨²n Naciones Unidas, cerca de 4.000 personas fueron v¨ªctimas directas de las pandillas, entre muertos y heridos, en el primer semestre del a?o.

La crisis permanente de Hait¨ª se agudiz¨® tras el terremoto de 2010. El magnicidio de Mo?se aceler¨® el colapso. Desde entonces, las ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas han sido incapaces de fijar un camino hacia unas elecciones con est¨¢ndares democr¨¢ticos. En febrero, en una situaci¨®n de descontrol insostenible, renunci¨® el primer ministro, Ariel Henry, en el poder desde 2021. El principal capo criminal del pa¨ªs, el expolic¨ªa Jimmy Ch¨¦rizier, alias Barbecue, le hab¨ªa amenazado con una ¡°guerra civil¡± si no dimit¨ªa. Semanas despu¨¦s se conform¨® un Consejo Presidencial de Transici¨®n encargado de elaborar un calendario electoral.

Ahora la principal autoridad del pa¨ªs es el ex primer ministro Garry Conille. Tras la matanza, viaj¨® a Kenia y a Emiratos ?rabes Unidos a pedir recursos para la Misi¨®n Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Hait¨ª, un mecanismo autorizado por la ONU. Los 400 agentes de la misi¨®n son muy insuficientes para hacer frente a unas pandillas convertidas en el principal poder f¨¢ctico de Puerto Pr¨ªncipe.

Cualquier f¨®rmula de ayuda desde el exterior se ha estrellado. Es evidente que el respaldo de los organismos multilaterales no ha bastado, y tampoco el inter¨¦s de Estados Unidos, que la semana pasada elimin¨® la protecci¨®n humanitaria para medio mill¨®n de haitianos, venezolanos, cubanos y nicarag¨¹enses. Es necesario incrementar la inversi¨®n y los recursos internacionales para poder vislumbrar una salida. Sus l¨ªderes pol¨ªticos han sido expulsados por el crimen organizado. Hait¨ª ya es un reto de la regi¨®n y la prioridad de todos debe ser erradicar la violencia y su principal aliada, la corrupci¨®n estructural.