S¨¢nchez y el par¨¦ntesis Gutenberg
La imprenta abri¨® un periodo en el que la palabra escrita domin¨® la cultura, pero ese tiempo est¨¢ terminando con internet. De aqu¨ª vienen algunos grandes problemas del Gobierno
La era Gutenberg ha estado muy bien, pero deber¨ªamos ir despidi¨¦ndonos de ella, porque los ¨²ltimos 550 a?os han sido una excepci¨®n dentro de la historia de la humanidad. La imprenta abri¨® un par¨¦ntesis durante el cual la palabra escrita y sus valores dominaron la cultura, pero ese tiempo est¨¢ terminando ahora, con internet. Esta teor¨ªa fascinante se llama el Par¨¦ntesis Gutenberg, y fue elaborada por los investigadores de la Universidad del Sur de Dinamarca Tom Pettitt, Lars Ole Sauerberg y Marianne B?rch. En un libro de 2023, a¨²n sin traducir al espa?ol, el profesor de periodismo estadounidense Jeff Jarvis explica c¨®mo Pettitt deslumbr¨® a los tecn¨®logos del MIT cuando, en 2010, les expuso su idea en una charla, convirti¨¦ndose pronto en una peque?a celebridad entre los acad¨¦micos de internet, blogueros y periodistas digitales. El autor de la teor¨ªa no es un nerd, cuenta Jarvis, o al menos no de la subespecie digital, sino un medievalista. Y ¡°un medievalista puede ser un futurista, porque el Par¨¦ntesis Gutenberg nos dice que el futuro es medieval¡±, explic¨® Pettitt en una entrevista.
Si los a?os de la cultura escrita ¡ªmuy pocos, si los comparamos con toda la trayectoria de nuestra especie¡ª se caracterizaron por la composici¨®n original, can¨®nica, confiable y contenida en los l¨ªmites f¨ªsicos del papel, la cultura digital es todo lo contrario: remezcla, apropiaci¨®n, recontextualizaci¨®n y un descontrol inabarcable. Internet es, en resumen, una vuelta a la cultura oral previa al libro. A esta hoguera hemos venido a reunirnos, a pasar las noches de invierno y a conspirar contra el jefe de la tribu, no a verificar la exactitud o la autor¨ªa de los chistes. Cuanta m¨¢s literatura lleve, m¨¢s entretenido ser¨¢ el relato. Como escribi¨® Irene Vallejo en El infinito en un junco, ¡°nunca olvidar¨¢s a quien te cont¨® un buen cuento en la penumbra de una noche¡±. Esa penumbra, ahora, la iluminan los rostros de las personas que nos hablan desde nuestras pantallas.
La vida en el cierre del par¨¦ntesis es apasionante, especialmente para aquellos a quienes nos fascina el maltrecho mundo de la comunicaci¨®n. Los medios son una creaci¨®n de la ¨¦poca Gutenberg, pero la Red es otra cosa, mucho m¨¢s interesante, escribe Jarvis. Como la Red ha permitido conectar a cada ser humano, los medios han perdido el monopolio del control social de la conversaci¨®n, una funci¨®n que ejercieron en exclusiva durante los ¨²ltimos cinco siglos. Tardaremos much¨ªsimo tiempo en experimentar y entender plenamente las consecuencias de todo ello, dice.
Y de aqu¨ª vienen algunos de los grandes problemas del Gobierno de Pedro S¨¢nchez, a quien han tocado unos a?os especialmente duros en la desintegraci¨®n del ecosistema informativo. Los individuos hablan, y esa conversaci¨®n es incontrolable. Su palabra digital pertenece a la cultura oral, informal y poco fiable, aunque suceda por escrito, perdure para siempre y pueda llegar a m¨¢s personas, m¨¢s r¨¢pido y con m¨¢s consecuencias que nunca antes. Como bien dijo el ministro de Justicia F¨¦lix Bola?os en la presentaci¨®n del anteproyecto de ley que pretende extender a influyentes con m¨¢s de 100.000 seguidores el derecho ciudadano a exigir rectificaci¨®n a los medios cuando mienten o cometen inexactitudes, en esta ¨¦poca algunas personas ¡°tienen una difusi¨®n mayor que muchos medios de comunicaci¨®n tradicionales¡±. No s¨¦ si este anteproyecto llegar¨¢ a ejecutarse en la realidad. S¨¢nchez est¨¢ empujando un par¨¦ntesis que parece haberse cerrado ya.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.