Las guapas del cerebro podrido
Las caras que aplauden las redes son alien¨ªgenas, con ojos grandes, labios gruesos y piel lisa, sin imperfecciones
En diciembre, la Universidad de Oxford escogi¨® su palabra del a?o: ¡°brain rot¡±, una expresi¨®n que en castellano ser¨ªa algo as¨ª como ¡°cerebro podrido¡± y que se define por un ¡°supuesto deterioro de las facultades mentales o intelectuales, especialmente relacionado con el abuso de contenido digital trivial o poco estimulante¡±. Sentir que la masa gris se est¨¢ echando a perder va mucho m¨¢s all¨¢ de la ¡°niebla mental¡± que empez¨® a invadirnos en la pospandemia, cuando se popularizaron verbos como languidecer para poner nombre a la falta de concentraci¨®n de una poblaci¨®n exhausta. El brain rot de ahora es como aquella bruma, pero en su versi¨®n de esteroides: la del scroll compulsivo de quien come tanta pantalla que se ve incapaz de leer algo de una tirada y solo puede comunicarse a trav¨¦s de la sem¨¢ntica de los stickers y memes. Para definir a los aquejados de esta nueva deriva mental se ha destacado mucho c¨®mo se ha alterado el est¨¢ndar en el sentido del humor y del absurdo ¡ªah¨ª est¨¢ el fen¨®meno de los v¨ªdeos skibidi, incomprensible para quien tenga un consumo de redes por debajo de la hora diaria¡ª, pero poco se resalta c¨®mo el brain rot ha retorcido los c¨¢nones de belleza hasta marcar metas tan artificiales como crueles.
En 2025, una mujer con el cerebro podrido ha entendido que para ser atractiva debe ocupar poco y estar muy delgada. Nada nuevo bajo el sol, salvo que debe estar esculpida en piedra sin permitirse un gramo de grasa y disimular su fuerza porque se llevan de apariencia fr¨¢gil, como de cervatilla lista para ser apresada.
Claro, porque es IRREAL. https://t.co/z1Hi1LAF0V
— Meredith Gay ??? (@MerGarza) December 29, 2024
Las caras que aplaude el cerebro podrido deben tener los ojos grandes, los labios gruesos, las cejas tupidas y la piel lisa, sin imperfecciones. Los rostros son alien¨ªgenas, nunca redondos, con forma de tri¨¢ngulo invertido y mand¨ªbula marcada. La nariz, casi inexistente, solo se definir¨¢ por su punta, que parecer¨¢ un bot¨®n min¨²sculo y los mofletes, cancelados, son pura aberraci¨®n. Por algo se han disparado las bichectom¨ªas, con gente desprendi¨¦ndose de grasa bucal para marcar p¨®mulo y conseguir de por vida esa expresi¨®n impostada que delataba morderse los carrillos. Las guapas del cerebro podrido han aprendido que en 2025 ya nadie quiere una ¡°pillow face¡± o rostro acolchado, que es como se insult¨® a Madonna porque se notaba que se trabajaba la cara. Ahora todas quieren una como la de la nueva Lindsay Lohan, que es ponerse las mismas inyecciones de antes, pero sin que se noten. Lo dijo mucho mejor Catherine Shannon en uno de mis textos favoritos de 2024: ¡°El scroll en nuestros tel¨¦fonos nos est¨¢ matando¡±. Y no solo por destruir nuestra atenci¨®n, las reservas de dopamina o las relaciones con el resto: ¡°Tu tel¨¦fono es la raz¨®n por la que nunca volver¨¢s a sentirte sexy con tu cuerpo¡±.
Lindsey Lohan has the best facial plastic surgery in Hollywood and it¡¯s not even close pic.twitter.com/BWEzhknvwQ
— 4KT WHO YOU HATE (@royal_bobby24) December 3, 2024
Como no me gusta la persona en la que me convierto cuando paso demasiado tiempo ah¨ª dentro, procuro no atraparme en Instagram, pasaje del terror adulto, territorio f¨¦rtil para alimentar mis complejos. No llevamos ni una semana de 2025, pero se nota que el limbo de a?o nuevo es el de los prop¨®sitos del cuerpo por la cantidad de cuentas sugeridas a las que no sigo, pero que me han hecho replantearme mi dieta, mi cara, mi vida. Llevo siete d¨ªas de reels angustiantes sobre c¨®mo el cortisol me va a llevar a la ruina mental y f¨ªsica, viendo a un ej¨¦rcito de sargentas de las dominadas que se pintan los abdominales con rotulador (!) y soportando el bombardeo de un tratamiento para reducir papada que, de tanto verlo, hasta busqu¨¦ el precio: una sesi¨®n, 800 euros (se recomendaban tres para notar efecto). No se dice lo suficiente, pero toda esta hipervigilancia corporal con la que nos disciplinan tiene culpables directos. No es solo ese rect¨¢ngulo negro. Son los francotiradores capitalistas que, a trav¨¦s de ¨¦l, engordan sus arcas aliment¨¢ndose de nuestros miedos.
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