Ni?os en Gaza
Nuestros lectores escriben sobre la infancia bajo las bombas, la sanidad p¨²blica andaluza, el 50? aniversario de la muerte de Franco y la formaci¨®n emocional en los colegios
En un d¨ªa como hoy, con todas las miradas puestas en la infancia, trato de imaginar c¨®mo puede ser la vida diaria de los ni?os en Gaza. Sin vivienda, sin escuela, sin comida, en muchas ocasiones sin familia. No hablo de juguetes o libros. Una vida diaria huyendo hacia ninguna parte, buscando algo de comer para sobrevivir, durmiendo o intentando dormir bajo un pl¨¢stico o al raso, sin nada que los proteja del fr¨ªo, y todo ello bajo el ruido aterrador de las bombas, d¨ªa y noche. Ni?os hambrientos, desnutridos, algunos enfermos, heridos o mutilados, muchos hu¨¦rfanos. Pienso, a veces, si es peor morir bombardeado o sobrevivir en estas condiciones. Cuando todo acabe, si es que alg¨²n d¨ªa acaba, todos esos ni?os quedar¨¢n sin esperanza y sin futuro, en medio de un lugar devastado e inhabitable. Lo ¨²nico que les quedar¨¢ permanentemente ser¨¢ el dolor y el odio. ?Hablamos ahora de salud mental?
Sebasti¨¢n Fern¨¢ndez Izquierdo. Petrer (Alicante)
Abandonada
Hace un a?o me lux¨¦ la r¨®tula. En aquel momento no supe lo que era. Fui a urgencias y me mandaron a casa con un supuesto esguince y un tratamiento de antiinflamatorios. Pasaron los d¨ªas y no pod¨ªa andar ni doblar la rodilla. El dolor era insoportable, pero m¨¢s lo era la incertidumbre. Acud¨ª dos veces a mi m¨¦dica de cabecera, o, mejor dicho, a sus sustitutos. El primero me recomend¨® directamente ir a la privada. Al segundo le llev¨¦ el informe de la resonancia magn¨¦tica que pagu¨¦ de mi bolsillo y me despreci¨® por haber acudido a la privada. Sal¨ª llorando de la consulta. Me acab¨® viendo una traumat¨®loga de la Seguridad Social que me mand¨® a rehabilitaci¨®n. Tuve la cita en cuesti¨®n ocho meses despu¨¦s. Para entonces, yo ya hab¨ªa ido a 20 doloros¨ªsimas sesiones con un fisioterapeuta privado y llevaba meses curada. Entre m¨¦dicos y rehabilitaci¨®n me gast¨¦ casi 1.000 euros. Sin ese dinero, me habr¨ªa quedado coja. La sanidad p¨²blica me neg¨® una atenci¨®n digna, me abandon¨®.
Beatriz Gonz¨¢lez Gonz¨¢lez. Sevilla
No olvidar
Este mi¨¦rcoles han empezado los actos por el 50? aniversario de la muerte de Franco con el fin de dar a conocer a los m¨¢s j¨®venes qui¨¦n fue este se?or. Aprovecho para recordar las palabras de la historiadora Fermina Ca?averas en su libro El barrac¨®n de las mujeres que explican, seg¨²n mi criterio, bien claro el personaje: ¡°Franco no solo mat¨® con las armas, la tortura o la venganza, tambi¨¦n lo hizo con el silencio. Un silencio que dej¨® durante d¨¦cadas a miles de mujeres marcadas, como mi abuela, sin que pudieran llorar su tragedia por el maldito miedo¡±. No olvidemos.
Jes¨²s Dom¨ªnguez Dom¨ªnguez. Coria (C¨¢ceres)
Cultivar la empat¨ªa
Se puede ser un gran ingeniero y al mismo tiempo tener la madurez de un ni?o peque?o. No est¨¢ re?ido. Dejemos de ver las calificaciones como ¨²nica forma de excelencia en nuestras escuelas, y fij¨¦monos tambi¨¦n en la inteligencia afectiva o la empat¨ªa con la que salen nuestros hijos del colegio. Si algo nos ha ense?ado Elon Musk es que no hay nada m¨¢s peligroso en este mundo que formar genios en lo acad¨¦mico pero analfabetos en lo emocional.
Alejandro Cencerrado Rubio. Madrid
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.