El boicot a Musk y los signos de rebeli¨®n en Alemania
Los diputados democristianos que golpearon el coqueteo de su l¨ªder con la ultraderecha, las masivas manifestaciones y el colapso de las ventas de Tesla muestran caminos de resistencia
![Donald Trump y Elon Musk, en Mar-a-Lago el pasado noviembre.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JWCVUDPKAOBNQ5O5XU2HWPLASY.jpg?auth=7e8530c9eeccac87ee8bf0e67373b08b73656dac13a7d96fd3a69a9dcefcf1b6&width=414)
El d¨²o Trump-Musk avanza en su campa?a destructiva para arrasar con normas e instituciones nacionales e internacionales que se interponen en el camino que quieren recorrer hacia un mundo regido por la ley brutal del m¨¢s fuerte. Su ofensiva causa desconcierto, congoja, hasta miedo. M¨¢s a¨²n cuando, a la vez, por el otro lado del atlas toca confrontar con una Rusia abrazada a la violencia salvaje y una China anclada en el autoritarismo personalista. Pero, por supuesto, no hay que ceder, ni al desconcierto, ni a la congoja, ni al miedo, ni tampoco a la resignaci¨®n o al nihilismo. Hay que responder.
Alemania encadena una serie de episodios inspiradores de lo que puede ser la resistencia y rebeli¨®n ante el espanto que avanza. Primero, un pu?ado de valientes diputados democristianos y liberales tumbaron el bochornoso coqueteo del l¨ªder de la CDU, Friedrich Merz, con la ultraderecha de AfD a cuenta de un lamentable proyecto en materia migratoria. No votaron a favor y tal vez contribuyeron a dar la vuelta a la marea de la historia en su pa¨ªs. Un recordatorio de que, a veces, no solo es necesario oponerse a los b¨¢rbaros que quieren invadir, sino tambi¨¦n a los l¨ªderes de las filas en las que se milita y que se est¨¢n equivocando.
Despu¨¦s, cientos de miles de personas salieron a la calle en distintas ciudades alemanas para reclamar mantener el cord¨®n sanitario contra una ultraderecha t¨®xica a la que ahora Musk intenta propulsar.
A prop¨®sito de Musk, hay m¨¢s: datos conocidos esta semana apuntan que las ventas de Tesla en Alemania cayeron en enero un 59% con respecto al mismo mes del a?o anterior. En Francia tambi¨¦n hubo un declive marcado. Es dif¨ªcil establecer hasta qu¨¦ punto se trata de un boicot a Musk. Puede desempe?ar un papel el factor espera ante la pr¨®xima salida de un modelo mejorado. Pero el desplome es de tal calibre que cuesta pensar que se deba a una mera l¨®gica de mercado. No solo cuesta pensar eso: gusta pensar que hay algo m¨¢s.
Destacados empresarios tambi¨¦n quisieron que su punto de vista quedara claro. Los presidentes de Siemens, Mercedes y Deutsche Bank alertaron en contra de votos de protesta a partidos que dividen al pa¨ªs y fomentan derivas xen¨®fobas.
Por supuesto, no solo en Alemania aparecen se?ales alentadoras. El presidente de Italia, Sergio Mattarella ¡ªverdadero referente moral y pol¨ªtico de la Rep¨²blica frente a una primera ministra que prefiere los conceptos de naci¨®n y patria (desprovistos de instituciones y normas), y que se regocija de estar cerca de Musk¡ª pronunci¨® recientemente un magn¨ªfico discurso sin rodeos. En ¨¦l, alert¨® contra ¡°la aparici¨®n de los se?ores neofeudales del tercer milenio¡±. Y exhort¨®: ¡°Es hora de actuar¡±.
Es esa hora, s¨ª. Hay que actuar en m¨²ltiples planos. Hay que tejer coaliciones de resistencia entre pa¨ªses que no quieren el mundo de las tinieblas, y en ese sentido la UE es el actor fundamental, aquel con la masa cr¨ªtica para ser el centro de una reconfiguraci¨®n de relaciones. Hay que urdir nuevas tramas de cooperaci¨®n entre fuerzas pol¨ªticas diversas para asegurar los elementos fundamentales del juego democr¨¢tico mientras la normal dial¨¦ctica prosigue vibrante en el resto de asuntos. Hay que componer nuevos marcos regulatorios ¡ªsiendo, de nuevo, la UE el actor crucial¡ª y nuevos proyectos de cohesi¨®n y educaci¨®n. Hay que hallar dentro de cada uno la voluntad de quedarse pegados de forma inquebrantable a ciertos valores y al esp¨ªritu cr¨ªtico. Frente a las invasiones b¨¢rbaras, pero tambi¨¦n frente a los l¨ªderes del foro, que es el lugar de convivencia que queremos proteger cuando se equivocan, y por esa v¨ªa lo debilitan. Como hicieron aquellos diputados alemanes estamp¨¢ndole un no en la cara a su propio l¨ªder. Si la inteligencia conduce al pesimismo ¡ªtambi¨¦n en el marco comunitario, con crecientes s¨ªntomas de divisi¨®n, l¨ªderes que se arriman al proyecto trumpista, auge de fuerzas nacionalpopulistas¡ª, qued¨¦monos agarrados al optimismo de la voluntad. ?nimo.
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