Giorgia Meloni y las otras
En una ¨¦poca en la que los s¨ªmbolos est¨¢n sustituyendo a las grandes narrativas y en la que la personalizaci¨®n de la pol¨ªtica es cada vez m¨¢s desenfrenada, la presencia de una mujer l¨ªder se convierte en un s¨ªmbolo importante
Criada en el culto a la virilidad y en la exhibici¨®n del cuerpo del l¨ªder, seducida por 20 a?os de machismo berlusconiano, hoy la derecha italiana debe su ¨¦xito electoral al poder medi¨¢tico del liderazgo femenino de Giorgia Meloni. As¨ª, este campo pol¨ªtico, tachado durante mucho tiempo de mis¨®gino y sexista, est¨¢ (ir¨®nicamente) a un paso de romper el techo de cristal que hasta ahora ha impedido a las mujeres conquistar la cima de las instituciones.
Sin embargo, el aumento del liderazgo femenino en la derecha no es solo un fen¨®meno italiano. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, los partidos de la derecha radical en Occidente han optado cada vez m¨¢s por hablar en t¨¦rminos femeninos.
Los ejemplos son numerosos y van mucho m¨¢s all¨¢ del m¨¢s conocido caso franc¨¦s de Marine Le Pen. En primer lugar, est¨¢ la carism¨¢tica figura de Pia Kjaersgaard, que dirigi¨® el Partido Popular Dan¨¦s (Df) de 1995 a 2012, dando un giro a las pol¨ªticas de Dinamarca, especialmente en materia de bienestar e inmigraci¨®n, hacia la derecha. Y en 2015, tambi¨¦n en el pa¨ªs escandinavo, surgi¨® con ¨¦xito el liderazgo populista de Pernille Vermund, fundadora del partido de derecha radical-populista Nuevo Burgu¨¦s (Nye). Tambi¨¦n en Noruega la derecha radical ha adoptado un rostro femenino: el de la empresaria Siv Jensen, que llev¨® a su Partido del Progreso (FrP) al Gobierno ocupando el prestigioso cargo de ministra de Finanzas entre 2013 y 2020. Y son precisamente dos l¨ªderes femeninas, Frauke Petry hasta 2017 y Alice Weidel a partir de entonces (esta ¨²ltima abiertamente homosexual), las que han contribuido al ascenso de Alternativa para Alemania (AfD).
Se trata de importantes ejemplos de mujeres en posiciones de liderazgo cuya presencia ha logrado arrojar una luz diferente sobre las pol¨ªticas y la ret¨®rica de la derecha radical. Emblem¨¢tico en este sentido es tambi¨¦n el caso de Austria, donde en 2000 J?rg Haider, presidente del partido de derecha radical Fp?, dimiti¨® en favor de Susanne Riess para facilitar el intento de la organizaci¨®n de ganar legitimidad institucional, precisamente a trav¨¦s del liderazgo femenino.
En particular, cuando se calcula, la presencia (y la duraci¨®n) de las mujeres en funciones de liderazgo en los partidos de la derecha radical en Europa es relevante. Estos partidos, considerados tradicionalmente como un fen¨®meno puramente ¡°masculino¡± (M?nnerparteien), est¨¢n cambiando r¨¢pidamente su fisonom¨ªa, con respecto a varias dimensiones: electoralmente ya no son votados predominantemente por hombres, mientras que las mujeres est¨¢n ganando cada vez m¨¢s papel en las organizaciones de los partidos y representaci¨®n en los parlamentos locales y nacionales.
En Italia, por ejemplo, la brecha de g¨¦nero en la base electoral de Hermanos de Italia (Fratelli d¡¯Italia) pr¨¢cticamente ha desaparecido, pasando del 37% de mujeres que votaban a este partido en 2013 a cerca del 50% en 2018 (y en las elecciones europeas del 19).
El nuevo rostro femenino de la derecha radical plantea, por tanto, algunas cuestiones para la investigaci¨®n y el debate: ?qu¨¦ pol¨ªticas de g¨¦nero y familia podemos esperar? ?C¨®mo politizan los l¨ªderes de la derecha su identidad de g¨¦nero?
Son cuestiones que nos obligan a despejar el campo de un malentendido: el liderazgo de las mujeres no equivale a una pol¨ªtica que sirva a los intereses de las mujeres. As¨ª se demuestra en Estados Unidos, donde fue el voto decisivo de la jueza Amy Coney Barret, candidata de Donald Trump al Tribunal Supremo, el que anul¨® el derecho al aborto; una mujer cuya elecci¨®n ech¨® por tierra a?os de conquistas y batallas feministas.
Lo demuestra sobre todo el caso italiano de Giorgia Meloni y su programa pol¨ªtico en el que la defensa de la familia ¡°natural¡± (heteronormativa) es uno de los principios fundamentales. No hay m¨¢s que ver las tesis sobre la familia del ¡®modelo de V¨ªktor Orb¨¢n¡¯ promovidas por Fratelli d¡¯Italia, o escuchar el discurso de Giorgia Meloni en el Congreso de Verona de 2019.
En cuanto a las cuestiones de g¨¦nero, un an¨¢lisis de las posiciones oficiales de Fratelli d¡¯Italia en las ¨²ltimas contiendas electorales (pol¨ªticas europeas de 2013, 2018 y 2019) revela un programa centrado en el nativismo con elementos conservadores especialmente en los derechos reproductivos. Igualmente reveladoras son las alianzas estrat¨¦gicas nacionales e internacionales que Meloni ha tejido con actores y asociaciones del conservadurismo cat¨®lico. En el manifiesto de 2018 de Fratelli, la lista de amenazas a la familia natural se ampli¨® para incluir la ¡°ideolog¨ªa de g¨¦nero¡±, a la que, seg¨²n el partido, hay que oponerse para preservar la identidad italiana (ib¨ªd.).
En la mayor¨ªa de los casos europeos, la presencia de una l¨ªder femenina no se traduce en una modernizaci¨®n de la visi¨®n social de los partidos de derecha radical, cuyos programas siguen centrados en gran medida en pol¨ªticas hiperconservadoras: antiabortistas, antifeministas y anti-LGTBI+.
En cuanto a la politizaci¨®n de la identidad de g¨¦nero, cuatro representaciones parecen jugar un papel clave en la comunicaci¨®n pol¨ªtica de Meloni y de las dem¨¢s l¨ªderes femeninas de la derecha radical en Europa, tanto en las instituciones como en la esfera medi¨¢tica p¨²blica de los medios sociales, que es la que tiene m¨¢s poder para interesar e influir en los ciudadanos, m¨¢s all¨¢ de los programas electorales.
1. Las mujeres como outsiders (intrusas): el hecho de que el liderazgo lo ostente una mujer contribuye a reforzar la imagen de la derecha radical como movimiento pol¨ªtico de ruptura con el establishment. Como hist¨®ricamente excluidas del poder, las l¨ªderes de la derecha radical se presentan como agentes del cambio frente a una ¨¦lite pol¨ªtica predominantemente masculina. De hecho, como se?ala la fil¨®sofa pol¨ªtica Giorgia Serughetti, una de las razones fundamentales del ¨¦xito de Meloni es precisamente que puede presumir de las caracter¨ªsticas del outsider por definici¨®n como mujer en un mundo dominado por los hombres.
2. La mujer como madre. La presencia de una frontwoman (solista) permite a los partidos de la derecha radical aprovechar una analog¨ªa que tiene ra¨ªces lejanas: la de la mujer y la patria. Esta asociaci¨®n, argumenta la soci¨®loga Sara Farris, les permite evocar la met¨¢fora del mito de los or¨ªgenes comunes que caracteriza al nacionalismo. Una imagen que, sin embargo, los l¨ªderes de la derecha radical interpretan hoy de forma moderna, cultivando cada vez m¨¢s su imagen de madres trabajadoras, expresi¨®n del aut¨¦ntico pueblo al que los partidos de la derecha radical prometen dar voz.
3. La mujer como cara amable. El liderazgo femenino se define tradicionalmente, y a veces superficialmente, como ant¨ªtesis del liderazgo masculino. Seg¨²n la percepci¨®n com¨²n, las caracter¨ªsticas predominantes de las mujeres son la consideraci¨®n, la compasi¨®n, la diligencia y la empat¨ªa. Cualidades todas ellas que se remontan al papel de cuidadora que hist¨®ricamente se ha atribuido a las mujeres en el ¨¢mbito familiar y que los l¨ªderes deber¨ªan trasladar a la esfera pol¨ªtica. El auge de una figura femenina favorece as¨ª la normalizaci¨®n de la derecha radical, que puede aparecer m¨¢s tranquilizadora, alej¨¢ndose de un modelo de masculinidad violenta y beligerante que se asocia t¨ªpicamente a las franjas m¨¢s extremas de este ¨¢mbito pol¨ªtico.
4. Las mujeres como s¨ªmbolos de las libertades a defender: a trav¨¦s de una estrategia pol¨ªtica que se define como femi-nacionalista, los partidos de la derecha populista se apropian formalmente de los temas y reivindicaciones feministas, dobleg¨¢ndolos al uso y consumo de sus propias campa?as nativistas. En particular, el liderazgo de las mujeres les permite jugar en el terreno del conflicto entre las mujeres occidentales representadas como emancipadas y las musulmanas descritas como sumisas y relegadas dentro del hogar. Al mismo tiempo, cabe se?alar que las mujeres que participan en proyectos de derecha como sujetos pol¨ªticos activos abrazan selectivamente las versiones radicales de derecha del feminismo y los derechos LGBTI+ desafiando abiertamente a los partidos de izquierda.
Para concluir, el actual periodo hist¨®rico est¨¢ potencialmente marcando el comienzo de una nueva fase de polarizaci¨®n en la que los partidos de la derecha radical no solo se est¨¢n normalizando y se est¨¢n integrando cada vez m¨¢s en el sistema de partidos, sino que est¨¢n a punto de convertirse en los actores m¨¢s relevantes e influyentes, en Europa y fuera de ella. En este contexto, la presencia de una mujer l¨ªder se convierte en un s¨ªmbolo importante, especialmente en una ¨¦poca en la que los s¨ªmbolos est¨¢n sustituyendo a las grandes narrativas y en la que la personalizaci¨®n de la pol¨ªtica es cada vez m¨¢s desenfrenada. Un s¨ªmbolo que la derecha ha conseguido arrebatar a los progresistas en Italia y fuera de ella.
El fen¨®meno Meloni se inscribe, pues, en una transformaci¨®n m¨¢s amplia de la derecha conservadora en Occidente, e Italia podr¨ªa convertirse en un laboratorio pol¨ªtico que hay que observar con mucha atenci¨®n para entender c¨®mo est¨¢ cambiando la derecha radical.
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