Por qu¨¦ las poblaciones ind¨ªgenas manejan mejor la covid-19 en Canad¨¢ que en Am¨¦rica Latina
La segunda ola del nuevo coronavirus preocupa, pero las comunidades aut¨®ctonas han demostrado gran capacidad para contenerlo mediante la prevenci¨®n, el cierre de fronteras y una ideolog¨ªa comunitaria. Sin embargo, una regi¨®n cont¨® con el apoyo del Gobierno; la otra, no
A Lisa Richardson le asusta mucho la segunda ola de la covid-19. La experta en salud ind¨ªgena de la Universidad de Toronto (Canad¨¢) recalca que hace falta mejorar las infraestructuras, el acceso al agua y endurecer los controles en las comunidades locales. Pese a estas necesidades, el manejo de las poblaciones ind¨ªgenas de la regi¨®n (primeras naciones, inuit y m¨¦tis) frente a la covid fue ejemplar en la primera ola, cuando no acechaba el fr¨ªo todav¨ªa. Han tenido cuatro veces menos contagios que la poblaci¨®n general, tres veces menos mortalidad y una recuperaci¨®n un 30% mayor, seg¨²n recoge Richardson en un art¨ªculo publicado en la revista cient¨ªfica Canadian Medical Association Journal.
?C¨®mo han hecho para manejar tan bien el principio de la pandemia del SARS-CoV-2 que se ha cobrado ya la vida de m¨¢s de un mill¨®n de personas?
Experiencia pasada
Aprender del pasado fue la primera estrategia. La regi¨®n ha sufrido muchas y diferentes olas de enfermedades infecciosas desde la llegada de los europeos hace m¨¢s de 500 a?os. La experiencia con la gripe A (H1N1) fue la m¨¢s reciente y traum¨¢tica, y por eso la comunidad cient¨ªfica tem¨ªa que se repitiera el esquema. Pero, para su sorpresa, no fue el caso. La epidemia de 2009-2010 dej¨® huella en la memoria de estas poblaciones y, en cierto modo, ya sab¨ªan qu¨¦ hacer. ¡°Todo est¨¢ fresco en sus cabezas¡±, comenta Richardson. ¡°La salud p¨²blica en estas zonas es muy escasa y es heredera de un pasado colonial, lo que ha complicado todo. Hay que tener en cuenta la cuesti¨®n hist¨®rica y entender su influencia en el manejo de estas crisis¡±, a?ade su compa?era Allison Crawford por videollamada. Cuando miran hacia atr¨¢s y a la situaci¨®n global actual, las dos expertas piensan lo mismo: ¡°Han ido 10 pasos por delante que todos nosotros¡±.
Prevenci¨®n y reacci¨®n
Las comunidades locales reaccionaron r¨¢pido y con eficacia. En un abrir y cerrar de ojos, las fronteras de las reservas fueron selladas. Nadie pod¨ªa entrar ni salir y tampoco dejaban volver a los miembros que hab¨ªan ido a estudiar o trabajar fuera. La decisi¨®n se tom¨® por una raz¨®n evidente: si el virus entraba en la comunidad, pod¨ªa provocar consecuencias devastadoras. Richardson apunta que fue un m¨¦todo agresivo, pero necesario: ¡°Las condiciones socioecon¨®micas son tan vulnerables, el acceso al agua potable tan escasa y la distancia con los centros de salud tan amplia, que de no haber tomado medidas, podr¨ªa haber sido un drama¡±. A esta restricci¨®n se sumaron tambi¨¦n cuarentenas en el interior de sus tierras y aislamiento de los enfermos en infraestructuras temporales que iban creando para evitar la expansi¨®n de la enfermedad.
Di¨¢logo con el Gobierno y acceso a la informaci¨®n
Aunque recurrieron a protocolos propios sin esperar las decisiones de m¨¢s arriba, el Gobierno proporcion¨® ayudas econ¨®micas al igual que dispositivos para evacuaciones necesarias, medicinas o materiales de rastreo, tests y protecci¨®n. Otro punto importante, clave del ¨¦xito en la gesti¨®n de la primera ola entre los ind¨ªgenas canadienses, fue la comunicaci¨®n y el di¨¢logo entre el Estado y las poblaciones locales, incluso las m¨¢s remotas. Cuentan las dos especialistas que las comunidades saben mejor que nadie lo que necesitan y sus iniciativas fueron reconocidas, respetadas y, sobre todo, escuchadas. ¡°Tener a una persona en un respirador es complicado, por eso apostaron m¨¢s por la evacuaci¨®n. Fueron conscientes de que necesitaban a expertos, m¨¦dicos y mayor conocimiento para cuidar a su gente, y el Gobierno les ayud¨® con eso¡±, explica Richardson.
La envergadura que tomaron las campa?as contra la covid-19 en el pa¨ªs de Am¨¦rica del Norte tambi¨¦n fueron esenciales. Las instituciones tradujeron en los idiomas ind¨ªgenas el conocimiento necesario para manejar la pandemia, respetar los protocolos y facilitaron el acceso a dicha informaci¨®n.
Pensar en comunidad
Si tan bien lo han hecho, ?qu¨¦ se puede aprender de estos pueblos para afrontar la segunda ola? ¡°Lo que destaca es la concepci¨®n que tienen de la comunidad¡±, contesta Crawford. Hay que tener claro que la salud va mucho m¨¢s all¨¢ de lo estrictamente cl¨ªnico y medicinal. Para ellos, la salud incluye tanto las relaciones entre ellos y con la naturaleza, como encontrarse en medio del campo y tener acceso a su cultura. ¡°Eso tendr¨ªamos que aprender. Y m¨¢s ahora¡±, subraya Richardson. Ellos piensan en conjunto y no en solitario, y tienen una forma distinta de estar en el mundo que les ayud¨® a sobrepasar los primeros meses de la pandemia.
La llegada del invierno inquieta. Ya hay un repunte alarmante de casos en las ¨²ltimas semanas, seg¨²n advierte el Gobierno canadiense y las comunidades ind¨ªgenas van a necesitar, ahora m¨¢s que nunca, ayuda por parte de las autoridades.. ¡°La prioridad ser¨¢ la construcci¨®n de infraestructuras de manera urgente y un estricto control a la entrada y la salida de las tierras. Tendr¨¢n que hacer tests mucho m¨¢s r¨¢pidos y eficaces para controlar la propagaci¨®n. Hay que seguir teniendo mucho cuidado¡±, sugiere Richardson.
A fecha del 3 de noviembre, el pa¨ªs cuenta unos 1.655 casos cumulativos de covid-19 en las Primeras Naciones, con 535 de ellos activos y 15 muertes. En Am¨¦rica Latina los datos corroboran que la situaci¨®n es peor, pues ya suman al menos 100.000 ind¨ªgenas contagiados. Es una de las cifras que refleja el tercer y ¨²ltimo informe de la Plataforma Ind¨ªgena Regional. En las comunidades rurales se calculaba alrededor de 63.000 personas contagiadas a inicios del mes de agosto, un n¨²mero ocho veces mayor que el registrado en junio. El an¨¢lisis indica tambi¨¦n que al menos 276 pueblos Ind¨ªgenas presentan brotes de covid-19. El Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Ind¨ªgenas de Am¨¦rica Latina y El Caribe (FILAC) sit¨²a la tasa de mortalidad en un 23% y precisa que es dos veces m¨¢s elevada que en el resto de la poblaci¨®n; un panorama contrario al de Canad¨¢, donde las comunidades tienen tres veces menos fallecimientos.
Am¨¦rica Latina: mismas iniciativas sin apoyo ni escucha
En Am¨¦rica Latina crear comunidad, cerrar fronteras y tomar las riendas no fue suficiente, pues tambi¨¦n necesitan apoyo de sus Gobiernos debido a su carencia de recursos. ¡°Es cierto que las tasas de infecci¨®n y mortalidad son muy altas¡±, comienza Alejandro Parellada, asesor argentino del Grupo de Trabajo Internacional para Asuntos Ind¨ªgenas (IWGIA, por sus siglas en ingl¨¦s) que lleva m¨¢s de 30 a?os trabajando con estas comunidades. Antes de que estallase la crisis sanitaria, las Naciones Unidas ya avisaban de que se trata de la regi¨®n del mundo con la mayor proporci¨®n de ind¨ªgenas en situaci¨®n de pobreza extrema. Adem¨¢s, ¡°el sistema de salud de los pa¨ªses en la regi¨®n ya es deficiente y es cierto que no han proporcionado la ayuda necesaria a las comunidades. Es la gran diferencia con Canad¨¢¡±, advierte el antrop¨®logo.
Am¨¦rica Latina es la regi¨®n del mundo con la mayor proporci¨®n de ind¨ªgenas en situaci¨®n de pobreza, seg¨²n la ONU
Parellada destaca los puntos positivos que coinciden con los de Canad¨¢. En Am¨¦rica Latina, las poblaciones locales tambi¨¦n reaccionaron con rapidez e implementaron protocolos propios, as¨ª como el rastreo y seguimiento de los casos, y un control del tr¨¢fico riguroso. ¡°No esperaron tampoco a las decisiones del Gobierno y fue lo que m¨¢s me sorprendi¨®. Para ellos el aislamiento no es nada nuevo¡±, a?ade. El asesor de IWGIA tambi¨¦n cree que se puede aprender algo de su modo de vida: la toma de decisiones. ¡°Las poblaciones han acordado internamente estrategias comunes, cuando en Occidente se ve que no nos ponemos de acuerdo con lo que hay que hacer¡±, opina antes de referirse a lo ocurrido en Madrid hace pocas semanas. En definitiva, los ind¨ªgenas han creado un frente de lucha com¨²n, cuando en otros lugares se hablaba m¨¢s de la pol¨ªtica que de la pandemia.
Ahora bien, aunque las comunidades supieron qu¨¦ hacer y consiguieron mitigar el da?o, algo les fren¨®: la inacci¨®n gubernamental. ¡°El material y las medicinas son completamente inexistentes. Esas comunidades son las m¨¢s desatendidas en esta pandemia. Se ve una clara inacci¨®n, falta de comprensi¨®n e incapacidad general de algunos Estados para manejar esto¡±, afirma el antrop¨®logo. Y no parece que la cosa vaya a cambiar de un d¨ªa para otro en lugares como Brasil, por ejemplo. ¡°Ni siquiera se toma en serio la covid, pues imag¨ªnate a las poblaciones locales¡±, ratifica.
La incidencia de contagios se acent¨²a por la presencia de otras enfermedades como el dengue, la malaria y las dolencias respiratorias que se agravan con la llegada de la covid
Hay m¨¢s complicaciones. La incidencia de contagios se acent¨²a en la regi¨®n por la presencia de otras enfermedades como el dengue, la malaria y las dolencias respiratorias que se agravan con la llegada de la covid-19. Luego, la atenci¨®n sanitaria y el acceso a un centro de salud dejan mucho que desear. ¡°En Brasil exist¨ªa un programa de salud especifico para ello, pero Bolsonaro est¨¢ reduciendo su financiaci¨®n. Son cuestiones estructurales que van en contra de cualquier tipo de atenci¨®n a estas comunidades¡±, concluye Parellada.
Desde Toronto, Crawford asegura que en Canad¨¢ el Gobierno tiene la obligaci¨®n de proporcionar la misma calidad a todos sus ciudadanos y tendr¨ªa que ser igual en todo el mundo. Para ella, si no hay un plan de respuesta a escala nacional, es imposible permitir las estrategias locales. ¡°En un pa¨ªs d¨®nde est¨¢ incluso en cuesti¨®n la incidencia del virus y el respecto de los derechos humanos, es una f¨®rmula perfecta para el caos¡±, remata.
Una religiosa y un m¨¦dico en zonas remotas
De estrategias locales a pie de tierra entiende Amaya Gonz¨¢lez quien lleg¨® a Santa Mar¨ªa de W¨®nken (Venezuela), que hace casi frontera con Brasil, en 1983 como religiosa y se qued¨® con los pemones durante 34 a?os. Cuando lleg¨®, la enfermedad que m¨¢s afectaba a la poblaci¨®n era la tuberculosis. Poco a poco, con un aumento de servicios y una mejora de la alimentaci¨®n, consiguieron erradicarla en algunos caser¨ªos. En esa ¨¦poca siempre hab¨ªa un m¨¦dico, el Gobierno ayudaba y facilitaba evacuaciones en caso de emergencia. ¡°Pod¨ªamos hablar con ellos por radio y alg¨²n organismo te atend¨ªa. Ahora es un desastre¡±, comenta por tel¨¦fono. ¡°Est¨¢n pasando hambre y el Gobierno no les apoya nada. Ya no hay ning¨²n doctor en la zona¡±, a?ade. Aunque la tasa de contagio no es elevada, la mujer asegura que los pemones han sufrido muertes y han tenido que recurrir a medicinas hechas con las plantas de la selva para tratar la enfermedad. ¡°No tienen acceso a nada. No se les da medicina ni se les facilita la comunicaci¨®n o el desplazamiento. Ahora si uno se pone enfermo, se muere ah¨ª dentro¡±, denuncia Gonz¨¢lez.
Carlos Chaccour, investigador y m¨¦dico en el Instituto de Salud Global de Barcelona y en el Instituto de Salud Tropical de la Universidad de Navarra, trabaj¨® en esa regi¨®n y confirma que el acceso a la atenci¨®n sanitaria se tiene que hacer por avi¨®n e incluso por helic¨®ptero en funci¨®n del contexto. Chaccour fue el ¨²nico doctor en la zona, con entre 3.000 y 5.000 personas a su cargo, durante tres a?os. ¡°Suele haber un sanitario que pone el Ministerio, pero es verdad que la gente est¨¢ poco dispuesta a pasarse unos a?os aislado¡±, argumenta. Aunque no le ha tocado vivir la crisis actual, s¨ª ha atendido enfermedades como la malaria, muchos problemas en la piel y desnutrici¨®n; y no se le quita de la cabeza la alta vulnerabilidad de estas poblaciones. ¡°Se pueden tomar pocas acciones concretas. No hay recursos ni tampoco conocimiento. Hay una barrera cultural y no tienen acceso a la informaci¨®n¡±, detalla. ¡°Es un sistema pensando al extremo y cuando llega una pandemia ah¨ª dentro, es un caos¡±, concluye. ?Qu¨¦ pasar¨¢ con la segunda ola? Nadie tiene una respuesta clara, pero a todos les preocupa.
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