Cuando el colegio es un recuerdo: la dram¨¢tica realidad del 97% de ni?os en Am¨¦rica Latina y el Caribe
La covid-19 deja a 137 millones de alumnos de la regi¨®n sin escuela durante m¨¢s de 170 d¨ªas, seg¨²n el informe Educaci¨®n en Pausa, de Unicef. Con una enorme brecha digital, riesgos de mayor abandono escolar y meses perdidos para los peque?os con discapacidad, la incertidumbre es una constante
Hoy Joel Young deber¨ªa estar en la escuela. Tiene 11 a?os y vive junto a sus seis hermanos y su padre en Little Bay, una peque?a comunidad de pescadores en la costa oeste de Jamaica. A mediados de marzo ¨Dcomo en gran parte del globo¨D decretaron el confinamiento en la isla, lo que para este ni?o se tradujo en el fin del colegio. Desde entonces, no ha vuelto. Llevar la educaci¨®n a la casa es una tarea casi imposible cuando el esqueleto educativo ya est¨¢ fuertemente golpeado, internet solo llega al 55% de los hogares y un 34% de las familias ni siquiera tiene un dispositivo desde el que conectarse. Esta es la realidad de Jamaica. Y de Joel.
Con distintos nombres e historias, esta carrera de obst¨¢culos para recibir formaci¨®n durante la pandemia ha sido la constante de m¨¢s de 137 millones de estudiantes en Am¨¦rica Latina y el Caribe. As¨ª lo detalla el ¨²ltimo informe de Unicef Educaci¨®n en pausa, que alerta de unas p¨¦rdidas econ¨®micas de 1,2 mil millones de d¨®lares (mil millones de euros) y unas nefastas consecuencias sociales para esta generaci¨®n de ni?os que lleva m¨¢s de 170 d¨ªas sin clases presenciales. Para ellos, los lunes ya no se parecen en nada a los de antes.
Mientras muchas escuelas en A?frica, Asia y Europa esta?n reabriendo gradualmente, en 18 de los 36 pai?ses y territorios de la regio?n estudiada en el informe, las puertas de las aulas permanecen completamente cerradas. Y, hasta finales de octubre, solo 13 pa¨ªses ¨Den su mayor¨ªa islas del Caribe con poblaciones estudiantiles muy peque?as¨D hab¨ªan vuelto a la presencialidad absoluta. El 97% de los estudiantes no ha vuelto a las aulas. Kenon King, de 35 a?os, no quiso esperar el turno de Jamaica, cuyas aulas a¨²n no han reabierto. Es el director de la Escuela Primaria de Little Bay, donde estudia Joel Young, y otros 185 alumnos, cada uno con realidades muy diferentes. Es por ello que el colegio apost¨® por un sistema mixto para llegar a todos, desde clases virtuales hasta entregas de tareas a domicilio. Para el mensajero de los deberes, ¡°el coronavirus no pod¨ªa robarles el derecho a la educaci¨®n¡±.
Por un lado, Unicef, en alianza con el Ministerio de Educaci¨®n de Jamaica y el esfuerzo de un equipo de profesores entregados, puso en marcha un proceso de transformaci¨®n digital en el que capacitaron a 1.200 docentes en t¨¦cnicas de ense?anza a distancia y lograron impartir las lecciones a trav¨¦s de Google Classroom y llamadas de WhatsApp. Y, por otro, King recoge y entrega las tareas a los 80 alumnos que no tienen internet o un dispositivo desde el que seguir la clase. Una vez por semana, King inicia la ruta subido a su moto con los deberes en una mochila. Con mascarilla, distancia de seguridad y mucha ternura va de puerta en puerta asegur¨¢ndose de que ¡°sus chicos¡± siguen estudiando: ¡°No nos pod¨ªamos olvidar de ninguno¡±, cuenta sonriente a trav¨¦s de una videollamada.
Rezo todos los d¨ªas para que esto pase r¨¢pido y Joel pueda seguir estudiando ya desde la escuela. Rezo y rezo para que tenga un futuro
A su lado, Wayne Young, el padre de uno de los beneficiarios del programa le escucha con admiraci¨®n: ¡°No s¨¦ c¨®mo agradec¨¦rselo. Nunca dej¨® de educar a mi hijo¡±. Young no esconde lo dif¨ªcil que han sido estos ¨²ltimos meses para su familia, de ocho miembros. Es pescador y hace unas semanas que su barca se rompi¨® y ya no puede buscar su sustento habitual. ¡°Rezo todos los d¨ªas para que esto pase r¨¢pido y Joel pueda seguir estudiando ya desde la escuela. Rezo y rezo para que tenga un futuro¡±, cuenta con la preocupaci¨®n anclada en los ojos. ¡°Cada vez que King toca la puerta, a mi hijo se le cambia la cara¡±, a?ade. Alrededor de 42 millones de estudiantes han recibido formaci¨®n remota en sus casas, apoyados por Unicef, a trav¨¦s de la radio, televisi¨®n e Internet, en funci¨®n de las caracter¨ªsticas y accesos de cada pa¨ªs.
¡°Dejar de ir al colegio es mucho m¨¢s que no recibir formaci¨®n acad¨¦mica¡±, asegura Ruth Custode, especialista de educaci¨®n en emergencias de la oficina regional de la organizaci¨®n. ¡°Es dejar atr¨¢s la socializaci¨®n, el contacto f¨ªsico con los profesores y sus compa?eros, es, para muchos, no tener un espacio seguro o perder la comida m¨¢s nutritiva del d¨ªa¡ La escuela es mucho m¨¢s que aprender a leer y escribir¡±.
Los Ram¨ªrez lo saben. Crispin Evenilda, 11 a?os, e Iker Rufu, de siete, son los ¨²nicos hijos de ?scar Ovidio Ram¨ªrez que iban al colegio. Hasta hace siete meses, Ram¨ªrez ten¨ªa asegurada la alimentaci¨®n de ambos en la Escuela de Tishmutique Olopa, al sur de Guatemala. Desde que la pandemia estall¨®, este agricultor tuvo que renunciar a la venta ambulante y la bolsa de alimentaci¨®n que comenz¨® a recibir por Crispin e Iker se convirti¨® en el sustento de los diez miembros de la familia. El menor tiene 14 meses. Como ellos, 80 millones de estudiantes de Am¨¦rica Latina y el Caribe est¨¢n perdiendo la comida m¨¢s saludable del d¨ªa, seg¨²n el informe.
Para muchas familias, que la escuela tenga comedor es un aliciente para mandar a sus hijos. Tememos que muchos se desvinculen despu¨¦s de la pandemia
Ram¨ªrez lamenta no poder darle a sus hijos una vida m¨¢s f¨¢cil. ¡°Este a?o se junt¨® todo. La cosecha fue muy mala a causa del cambio clim¨¢tico y encima no pude vender ni en la calle ni en los negocios. Todo cerr¨® y ahorita estoy muy falto de recursos econ¨®micos¡±, explica inc¨®modo este padre de 42 a?os a trav¨¦s de una videollamada que realiza con el m¨®vil de su vecino. Los ¨²ltimos tres meses ha recibido varias entregas de comida con la que espera ¡°ir escapando¡±. Custode insiste: ¡°La alimentaci¨®n es otra de las patas principales de la educaci¨®n: si no est¨¢s bien alimentado, no est¨¢s sano y no puedes estudiar en tu m¨¢ximo rendimiento. Adem¨¢s, para muchas familias, que la escuela tenga comedor es un aliciente para mandar a sus hijos. Tememos que muchos se desvinculen despu¨¦s de la pandemia¡±.
Tres millones de escolares no volver¨¢n a las aulas tras la pandemia
La Unesco estima que cerca de 3,1 millones de ni?os y adolescentes en Am¨¦rica Latina y el Caribe no regresar¨¢ nunca a la escuela tras la pandemia del coronavirus. Los indicadores apuntan, adem¨¢s, que esta regi¨®n sufrir¨¢ uno de los mayores descensos en la matr¨ªcula escolar, 1,83%, entre el resto de zonas del globo, ya que el porcentaje de menores que no recibe ning¨²n tipo de formaci¨®n (ni remota ni presencial) se ha disparado del 4% al 18% en los ¨²ltimos meses. Seg¨²n los hallazgos de Unicef, esta cifra escala hasta el 21% en los hogares m¨¢s pobres de la regi¨®n.
El cierre de las escuelas afecta a todos los estudiantes, pero no todos se ven afectados por igual. Los peque?os con discapacidad han sido doblemente impactados por este par¨®n. Mari?a Delia Espinoza, especialista en Supervivencia y Desarrollo Infantil de Unicef en Nicaragua, advierte en el estudio de las terribles consecuencias: ¡°Un nin?o que no continu?a con su terapia regular puede retroceder hasta seis meses por cada mes perdido¡±. Rouss Alem¨¢n-T¨¦llez, de dos an?os, nacio? con mielomeningocele, una forma de espina bi?fida que podri?a impedirle caminar. A principios de a?o, la peque?a comenz¨® a moverse e, incluso a caminar, gracias al trabajo de los terapeutas y el empe?o de sus padres. El par¨¦ntesis por el coronavirus habr¨ªa sido nefasto. Pero su centro educativo, Los Pipitos, organizaci¨®n socia de Unicef, adapt¨® los formatos para que pudieran continuar virtualmente 164 terapias de los 787 ni?os y adolescentes que atienden normalmente. La meta, inciden todos, es llegar a todos.
Uruguay, el primero en reabrir los centros educativos
Las clases en Uruguay, aunque cerraron m¨¢s de un mes, nunca se detuvieron. Y el secreto no est¨¢ en una mejor contenci¨®n del virus ni en una mayor inversi¨®n pos-covid. La enorme diferencia con los pa¨ªses vecinos se debe a que el sistema educativo se lleva preparando para la digitalizaci¨®n desde 2007, gracias al Plan Ceibal. Este proyecto permiti¨® el acceso a dispositivos tecnol¨®gicos de los 360.000 estudiantes, cre¨® plataformas de contenidos y sistemas de gesti¨®n de aprendizajes virtuales y capacit¨® con ¨¦xito a los docentes. As¨ª, ante la emergencia, el m¨²sculo educativo respondi¨® ¨¢gilmente. Durante el encierro, el acceso a las plataformas virtuales se cuadruplic¨®. ¡°M¨¢s del 75% de los estudiantes y del 84% de los docentes se conectaron¡±, asegura Marcelo P¨¦rez, especialista l¨ªder en educaci¨®n del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
A mediados de abril, las escuelas rurales ¨Cen las que era m¨¢s f¨¢cil garantizar la distancia f¨ªsica y las aulas al aire libre¨C volvieron a funcionar con normalidad y, para finales de junio, ya se hab¨ªan sumado el resto, tanto p¨²blicas como privadas, sin apenas incidencias sanitarias. P¨¦rez celebra los a?os de preparaci¨®n: ¡°El Plan Ceibal fue un intento de cambiar el modelo pedag¨®gico y adaptarlo al siglo XXI. En momentos como estos, nos hemos dado cuenta de que andaba en la direcci¨®n acertada¡±.
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