Generaci¨®n Covid: nuestra responsabilidad con el futuro de Am¨¦rica Latina y el Caribe
Es imprescindible combinar el conocimiento relevante y las habilidades pr¨¢cticas con las necesidades del mercado laboral para no perder una generaci¨®n de j¨®venes
Son aproximadamente 300 millones los j¨®venes repartidos por toda la regi¨®n de Am¨¦rica Latina y el Caribe. La mayor¨ªa forma parte de la Generaci¨®n Z o posmilenials, pero, de ahora en adelante, tambi¨¦n podr¨ªan ser conocidos como la Generaci¨®n Covid: ni?as, ni?os y j¨®venes a los que la pandemia ha pillado empezando, terminando o en medio de sus estudios. M¨¢s de un tercio de ellos viven en situaci¨®n de pobreza y el coronavirus ha agravado a¨²n m¨¢s las dificultades de sus hogares, en una regi¨®n en la que el 1% m¨¢s rico acumula el 21% de los ingresos, seg¨²n el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En un contexto de baja movilidad social, la inversi¨®n en capital humano a trav¨¦s de la educaci¨®n es la principal alternativa con la que cuentan los chicos de bajos ingresos para progresar socialmente. Tradicionalmente, se les ha ofrecido servicios b¨¢sicos segmentados: los ni?os de ingresos medios y altos no estudian en los mismos centros educativos que los ni?os de bajos ingresos, ni tienen los mismos maestros, y no ven a los mismos m¨¦dicos cuando est¨¢n enfermos. Con puntos de partida tan desiguales, la covid-19 ha agudizado la desigualdad ya existente. ?C¨®mo puede la regi¨®n sacar partido del talento desaprovechado de esta generaci¨®n y evitar as¨ª otra d¨¦cada perdida?
Desde marzo, muchos pa¨ªses han cerrado sus escuelas a causa del coronavirus, y millones de ni?os y j¨®venes se quedaron adem¨¢s sin acceso al aprendizaje remoto. Acad¨¦micamente hablando, esto ha supuesto que muchos estudiantes hayan perdido ya medio a?o de escuela (y, desafortunadamente, muchos contin¨²an haci¨¦ndolo). Tambi¨¦n significa que muchos estudiantes no volver¨¢n al colegio porque han perdido la motivaci¨®n o se han visto forzados a dejarlo para ayudar econ¨®micamente a sus familias.
La pandemia se traducir¨¢ en el abandono de las escuelas de un mill¨®n de j¨®venes y en una mayor brecha de aprendizaje de dos a?os de diferencia entre entre ricos y pobres.
Sobre cifras que indicaban que solo un 60% de los estudiantes de bajos ingresos acceden a la secundaria, el BID estima que, adicionalmente, un mill¨®n de j¨®venes abandonar¨¢ sus estudios debido a la pandemia. En t¨¦rminos acad¨¦micos, nos enfrentamos a importantes p¨¦rdidas de aprendizaje que podr¨ªan traducirse en un incremento de las desigualdades socioecon¨®micas, dado que los estudiantes de altos ingresos s¨ª han continuado aprendiendo. Esto podr¨ªa suponer una diferencia de dos a?os en aprendizajes entre ni?os ricos y pobres. La p¨¦rdida de aprendizaje acumulada durante este periodo podr¨ªa asociarse tambi¨¦n con una p¨¦rdida de ingresos individual de alrededor del 6%, lo que algunos estudios cuantifican en 10 billones de d¨®lares ¨Cm¨¢s de 8,4 mil millones de euros¨C de ganancias perdidas durante toda la vida para esta generaci¨®n.
?C¨®mo cambiamos el destino de la Generaci¨®n Covid?
Am¨¦rica Latina y el Caribe tiene hoy un imperativo hist¨®rico para revertir este legado y no puede postergarlo m¨¢s. La soluci¨®n pasa por ofrecer oportunidades educativas y econ¨®micas reales a esta generaci¨®n que de otra manera vivir¨¢ peor que la de sus padres.
Hay que comenzar a invertir seriamente en capital humano, replante¨¢ndonos c¨®mo generar oportunidades reales de formaci¨®n y aprendizaje que acaben con la segmentaci¨®n existente. Los sistemas educativos actuales no son igualadores. Y deber¨ªan serlo. Existen nuevas propuestas que vienen de fuera del sistema formal y que, a pesar de operar desde el sector privado, est¨¢n proporcionando oportunidades reales a los j¨®venes que se matriculan en sus programas. ?Por qu¨¦? Porque ofrecen una combinaci¨®n de conocimiento relevante y habilidades pr¨¢cticas alineadas con las necesidades del mercado laboral. Tambi¨¦n ofrecen facilidades de financiaci¨®n que democratizan el acceso en las que, por ejemplo, los estudiantes no pagan hasta que han encontrado su primer empleo.
Debemos ofrecer a los estudiantes las competencias que necesitan para los trabajos y emprendimientos del futuro. Habilidades que son ahora m¨¢s importantes que nunca para los estudiantes porque la transformaci¨®n digital tiene mucho m¨¢s que ver con las personas y el talento que con la tecnolog¨ªa. Se estima que la covid-19 ha aumentado en m¨¢s del 12% el desempleo en la regi¨®n. Las verdaderas oportunidades educativas tienen que venir de la mano de oportunidades econ¨®micas. Sin embargo, sigue existiendo una gran brecha de habilidades entre lo que producen los sistemas de formaci¨®n y lo que el mercado laboral demanda. Sabemos que la innovaci¨®n es un motor fundamental del crecimiento y la prosperidad, pero no es f¨¢cil competir e innovar en un mundo digitalizado si no existe capital humano que lo respalde.
No es f¨¢cil competir e innovar en un mundo digitalizado si no existe capital humano que lo respalde.
Es preciso incorporar la tecnolog¨ªa de forma seria y responsable en los procesos de educaci¨®n y aprendizaje, comenzando por la conectividad. Miguel Brechner, uno de los art¨ªfices del Plan CEIBAL en Uruguay, fue una de las primeras personas de la regi¨®n en referirse a la conectividad como un derecho. Hoy sabemos que el hogar ¡°desconectado¡± no ha podido estudiar, trabajar, hacer gestiones o ni siquiera informarse sobre lo que estaba pasando. Pero el acceso a las oportunidades econ¨®micas y educativas va m¨¢s all¨¢ de la conectividad: implica brindar a los j¨®venes las herramientas adecuadas para gestionar las oportunidades que les ofrece la tecnolog¨ªa tanto a nivel personal como social.
Preparar a ni?os y j¨®venes para triunfar en un futuro incierto
Hay que fortalecer el ecosistema a trav¨¦s de alianzas con el sector privado. Hoy tenemos una responsabilidad hist¨®rica con la Generaci¨®n Covid: preparar a ni?os y j¨®venes para triunfar en un futuro incierto. La pandemia ha dejado al descubierto el drama de la desigualdad. Am¨¦rica Latina y el Caribe ya tuvo una d¨¦cada perdida: no puede asumir ahora una generaci¨®n a la deriva. Lo que cada vez va a ser m¨¢s dif¨ªcil de gestionar desde el punto de vista del gobierno, es que emprendimientos privados est¨¦n muchas veces contribuyendo m¨¢s a la generaci¨®n de oportunidades de los m¨¢s vulnerables que los servicios que se financian con recursos p¨²blicos.
Precisamente para contribuir a ese ecosistema, surgi¨® la Coalici¨®n por las Habilidades del Siglo XXI. Se trata de una alianza formada por 35 actores p¨²blicos y privados l¨ªderes en el sector con el firme compromiso de que cada uno contribuya, desde sus respectivos ¨¢mbitos de acci¨®n, a generar oportunidades de capacitaci¨®n y empleo, y a brindar a los j¨®venes de la regi¨®n las habilidades necesarias para una verdadera inclusi¨®n econ¨®mica.
Mercedes Mateo D¨ªaz es especialista l¨ªder de educaci¨®n del BID.
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