¡°Tuvimos que comprarle a una chica su orina para poder beberla y sobrevivir¡±
El documental ¡®El Camino¡¯ habla de los migrantes que llegan a Espa?a a trav¨¦s de pateras y de quienes los reciben; de los que se quedan en la cuneta y de quienes les recuerdan. Y de que ha llegado el momento de la empat¨ªa
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La declaraci¨®n del titular, tan impactante, est¨¢ inclu¨ªda en uno de los relatos que forman el documental El Camino. En concreto, la experiencia de vida de Kennet Iolabuchi, que despu¨¦s de abandonar su Nigeria natal con la esperanza de llegar a Europa para estudiar, fue enga?ado y abandonado en el desierto del S¨¢hara y sobrevivi¨® al naufragio de su patera cruzando el Mediterr¨¢neo hacia Espa?a, donde acab¨® estudiando y convirti¨¦ndose en sacerdote.
El Camino es el tercer trabajo del periodista y cineasta Jos¨¦ Manuel Col¨®n, que cierra as¨ª su trilog¨ªa dedicada al continente africano, despu¨¦s de Hombre negro, piel blanca (2015) donde se centraba en la realidad de las personas albinas en varios pa¨ªses africanos, y La manzana de Eva (2017), sobre la mutilaci¨®n genital femenina. ¡°Cuando vemos un documental de inmigraci¨®n, siempre nos quedamos con la imagen de la patera, pero no buscamos lo que hay detr¨¢s, el motivo por el que han salido, el camino que han recorrido, los lugares del salto¡ Y eso es lo que he intentado contar, pero no narrado por m¨ª, sino por sus protagonistas¡±, explica Col¨®n.
Estos narradores de la obra, estrenada a finales de septiembre, son Kenneth Iolabuchi, Rashid Iddrisu, Nicole Ndongala y la tripulaci¨®n del Open Arms en el Mediterr¨¢neo. Pero tambi¨¦n la cooperante Giovanna Fakes, el exparlamentario europeo Claude Moraes, el padre Mussei Zerai, Carlota Sammi (portavoz Europea de ACNUR), Chasmeddine Marzoug (el pescador de cad¨¢veres) y Leoluca Orlando, alcalde de la ciudad de Palermo.
A trav¨¦s de sus experiencias e historias personales, el espectador se va aproximando a las distintas razones que incitan a cada uno de ellos a dejar su vida atr¨¢s y lanzarse al mar (literal o simb¨®licamente). La historia de Kenneth es una m¨¢s de la de tantos hombres y mujeres que arriesgan a diario sus vidas huyendo de la guerra, el hambre o la pobreza, y que piensan que en Europa su situaci¨®n mejorar¨¢. Sin embargo, y como bien recuerda Col¨®n sobre la percepci¨®n que la sociedad tiene sobre ¨¦l, ¡°Kenneth posee una ventaja: es un sacerdote, ya no es un inmigrante¡±.
Desde 2014 hasta 2019, seg¨²n datos de la Organizaci¨®n Internacional para Migraciones (OIM), se contabilizaron m¨¢s de 19.000 muertes en el Mediterr¨¢neo, la mayor¨ªa de ellas por ahogamientos. El proyecto Missing Migrants recoge, solo en lo que llevamos de 2020, 770 personas fallecidas en este mar. No existe un recuento oficial y los datos bailan seg¨²n las fuentes porque resulta pr¨¢cticamente imposible llevar la cuenta exacta de las personas que se traga, pero la cifra es escandalosamente alta.
No existe un recuento oficial y los datos bailan seg¨²n las fuentes porque resulta pr¨¢cticamente imposible llevar la cuenta exacta de las personas que se traga el mar Mediterr¨¢neo
Caminando Fronteras es una de las entidades que m¨¢s tiempo lleva trabajando y registrando los naufragios en la frontera Sur. Seg¨²n su informe Vida en la Necrofrontera ¨Cque sirvi¨® a Col¨®n para preparar el documental¨C durante 2018 y principios de 2019 registraron 70 naufragios, 12 embarcaciones desaparecidas y 1.020 v¨ªctimas mortales. De 816 de las cuales nunca se llegaron a encontrar los cuerpos.
Cuando se vive un rescate en alta mar, tus prioridades cambian y te replanteas muchas de las leyes y normas existentes. As¨ª lo explica en la cinta Carolina Ju¨¢rez, socorrista de Open Arms: ¡°Las personas que est¨¢n sentadas detr¨¢s de un escritorio, tendr¨ªan que venir un d¨ªa, subirse al barco y ver qu¨¦ es lo que se vive all¨ª dentro¡±. Esa sensaci¨®n de indiferencia por parte de quienes toman las decisiones tambi¨¦n la recuerda Col¨®n durante las semanas que comparti¨® con la tripulaci¨®n en aguas internacionales del Mediterr¨¢neo. Una noche avistaron una patera procedente de Libia con 44 personas a bordo, entre los cuales hab¨ªa dos ni?os peque?os, uno de cuatro a?os y otro de 10 meses.
Durante 2018 y principios de 2019 registraron 70 naufragios, 12 embarcaciones desaparecidas y 1020 v¨ªctimas mortales. De 816 de las cuales nunca se llegaron a encontrar los cuerpos
El documental recoge, casi como si de un reality se tratase, la espera de cuatro horas forzada por las autoridades de Malta e Italia antes de proceder al rescate y la impotencia de descubrir al d¨ªa siguiente, que muy cerca de donde se encontraban, esa misma noche hab¨ªan fallecido los 30 ocupantes de otra embarcaci¨®n. ¡°Italia d¨ªas despu¨¦s mand¨® un equipo de submarinistas a rescatar los cad¨¢veres que estaban a 24 metros de profundidad, y t¨² te dices, ?c¨®mo mandas a rescatar cad¨¢veres del fondo marino y no acudiste horas antes cuando estaban vivos?¡±, se pregunta Col¨®n.
Intereses pol¨ªticos y solidaridad se entremezclan en historias brutales que, de tan cotidianas pasan desapercibidas entre el oleaje diario. Realidades como que una de cada 20 personas que alcanzan las islas Canarias en patera se queda en el mar, el peor dato de todas las rutas migratorias a Europa.
El director sumerge al espectador en las vivencias personales de los migrantes, consciente de las controversias y la desinformaci¨®n: ¡°La mayor¨ªa de los africanos que emigran se quedan en ?frica. Nosotros no vemos m¨¢s que la punta del iceberg y nos creemos que estamos sosteniendo todo¡ y es mentira¡±. Nacido y crecido en C¨¢diz, Col¨®n cuenta c¨®mo la idea de tratar el tema de la inmigraci¨®n en un documental es algo que siempre tuvo presente, por venir del punto m¨¢s al sur del continente y convivir con esa realidad desde peque?o: ¡°El ser humano da dos pasos adelante y uno para atr¨¢s. Y creo que, en el tema de los derechos humanos, estamos yendo ahora hacia atr¨¢s¡±, concluye.
Empe?ado en contar historias desde una mirada humana, sus trabajos no ahorran im¨¢genes duras e impactantes, pero siempre intenta aportar un mensaje esperanzador. ¡°Creo que, si uno no tiene esperanza en cambiar algunas cosas, ya has renunciado a todo¡±, dice casi justific¨¢ndose. En esto coincide con el padre Kenneth, que aparte de su labor al frente de una peque?a parroquia en la regi¨®n de Murcia, dedica su tiempo a impartir conferencias compartiendo su historia con los dem¨¢s y a educar y formar a los j¨®venes en Nigeria a trav¨¦s de la fundaci¨®n Kencilo Touch a Life para que no se arriesguen a emigrar y repitan el camino que ¨¦l recorri¨®. ¡°En las charlas que he tenido la oportunidad de compartir con la gente, he animado siempre a los j¨®venes a no salir, a que no emprendan este viaje de muerte como el que yo hice, porque es peligroso y casi la mitad no llega a destino. Adem¨¢s, es un gran sufrimiento para sus familias que siguen esperando el regreso de los suyos sin darse cuenta de que han perdido la vida en el desierto o el oc¨¦ano¡±, explica con voz pausada.
¡°Es el momento de la empat¨ªa¡± repite a lo largo de la pel¨ªcula Nicole Ndongala, hoy presidenta de la ONG Karibu de Madrid, quien tambi¨¦n tuvo que abandonar su pa¨ªs huyendo de la violencia. Jugando con el s¨ªmil de los mensajes lanzados al mar en una botella, diferentes rostros conocidos ponen voz a los reales, aquellos de mujeres que tuvieron que dejar todo atr¨¢s y emprender ese camino que muchas veces no termina cuando llegan a Europa, como denuncia la pel¨ªcula.
Kenneth quer¨ªa estudiar derecho en Inglaterra, Rashid buscaba llegar a Europa para ganar mucho dinero y poder pagar las medicinas que necesitaba su padre enfermo, Nicole hu¨ªa de la guerra y la violencia en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo¡ Las razones de cada persona para dejar atr¨¢s su hogar en busca de una vida mejor son diferentes. Pero todas tienen un com¨²n denominador: albergan las esperanzas no solo de sus protagonistas, sino de toda la familia y amigos que dejan atr¨¢s, que muchas veces dependen de ellos para sobrevivir. ¡°No estamos viendo un documental ajeno que ocurre en ?frica, hay muchos v¨ªnculos que nos acercan y esa realidad est¨¢ m¨¢s cerca de lo que pensamos¡±, aclara el director. ¡°Si t¨² denuncias una cosa pero no eres capaz de transmitirla, se va a quedar en un caj¨®n. Si no cuentas una realidad, esta se va a diluir en el tiempo¡±.
Contador de historias nato, Col¨®n ostenta el privilegio de ser el ¨²nico director espa?ol que ofrece sus dos documentales en todos los pa¨ªses donde opera la plataforma Netflix. M¨¢s all¨¢ de los reconocimientos y premios que ha recibido, esa visibilidad le supone la oportunidad de poder dedicarse a lo que realmente le gusta: ¡°Creo que hago una labor que no va a cambiar el mundo, pero te deja con otra idea de c¨®mo deber¨ªan ser las cosas. T¨² ves mis documentales y por lo menos durante 10 minutos despu¨¦s, te hacen pensar. Si conseguimos que mucha gente piense, a lo mejor cambiamos un poquito la sociedad¡±, explicaba mientras cerraba la presentaci¨®n del documental en Madrid el pasado noviembre.
Despu¨¦s de que terminara el rodaje a comienzos del mes de marzo, tuvo que encerrarse durante varias semanas en casa porque se contagi¨® de la covid-19, y solo pudo terminar la edici¨®n de la pel¨ªcula a finales de agosto. Durante estos meses, a pesar de las limitaciones por la pandemia, la ha presentado y proyectado en festivales y salas de cine en diferentes partes del mundo. Espera una alta repercusi¨®n y qui¨¦n sabe, tal vez poder triunfar en los Goya. Todo un camino que recorrer.
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