Las redes sociales denuncian la crispaci¨®n de la campa?a electoral en Uganda

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¡°Estamos derrocando a un dictador¡±. Esa es la divisa clara, directa y simple que ha elegido Bobi Wine, el candidato m¨¢s heterodoxo de las elecciones presidenciales ugandesas y la amenaza m¨¢s firme para la reelecci¨®n del presidente saliente, Yoweri Museveni. A medida que se ha acercado la fecha de las elecciones, la tensi¨®n ha aumentado y con ella la violencia con la que algunos de los aspirantes al sill¨®n presidencial ten¨ªan que convivir en sus actos de campa?a. Cuando Bobi Wine, que se ha ido erigiendo como el principal opositor a un r¨¦gimen que est¨¢ a punto de cumplir los 35 a?os en el poder, decidi¨® continuar su carrera electoral pertrechado con un casco militar y un chaleco antibalas debido a los ataques que sufr¨ªa su caravana, tambi¨¦n adopt¨® en su comunicaci¨®n la etiqueta #WeAreRemovingADictator (Estamos derrocando a un dictador) que se ha convertido en la ense?a de sus partidarios.

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En una campa?a extremadamente crispada, con un elevado grado de violencia y unas considerables limitaciones, sobre todo para los aspirantes a sustituir a Museveni, las acciones digitales se han confirmado como un espacio especialmente importante, adem¨¢s del #UgandaDecides2021 que aparece como el canal m¨¢s evidente para hacer el seguimiento de las elecciones en los medios sociales. No en vano, el longevo presidente hace tiempo que le ha declarado la guerra a Internet y las redes, un entorno en el que la cr¨ªtica al Gobierno ha encontrado el lugar que las autoridades le negaban. Ya en las anteriores elecciones presidenciales, en 2016, Museveni bloque¨® Internet y no tuvo inconveniente en reconocer su medida. A partir de entonces ha intentado por todos los medios limitar el espacio c¨ªvico en el entorno digital, aumentando el precio del acceso a la red, limitando los contenidos u hostigando a los usuarios cr¨ªticos. En ese contexto, el transgresor Bobi Wine y otras corrientes heterodoxas de la oposici¨®n al actual r¨¦gimen han intentado conquistar el universo de las redes sociales.

El caso de Bobi Wine no es ¨²nico. Los ejemplos de c¨®mo el entorno digital se ha movilizado como reacci¨®n a un clima que cada vez era m¨¢s tumultuoso son m¨²ltiples. Estas acciones vienen de lejos. La vida pol¨ªtica ugandesa ha tenido una intensa actividad digital, sobre todo la que se ha mantenido en los m¨¢rgenes o, al menos, en la frontera del sistema, porque Bobi Wine, a pesar de su heterodoxia y de romper la mayor parte de los c¨¢nones (mucho m¨¢s joven que la mayor parte de los l¨ªderes pol¨ªticos, procedente del mundo de la m¨²sica y del espect¨¢culo y sin el respaldo inicial de un partido convencional), no deja de afrontar la carrera presidencial desde un esca?o en el parlamento.

A pesar de esta continuidad, la propuesta de Stella Nyanzi podr¨ªa aparecer entre las que abrieron el ¨²ltimo cap¨ªtulo de este proceso. Poco despu¨¦s de ser liberada en febrero de 2020, tras 15 meses en prisi¨®n preventiva, esta acad¨¦mica, escritora y activista feminista nada convencional lanz¨® su propia campa?a electoral. #FromPrison2Parliament (De la prisi¨®n al Parlamento). Su arresto se hab¨ªa producido en noviembre de 2018, acusada de ciberacoso contra el presidente Yoweri Museveni por publicar un poema en su p¨¢gina de Facebook en el que deseaba que el presidente no hubiese nacido. La campa?a de Nyanzi se han centrado en los espacios de la informalidad urbana de Kampala, por lo que las redes sociales est¨¢n siendo un altavoz privilegiado.

Durante la campa?a, la actividad en las redes ha sido intensa. Otros candidatos han utilizado estos canales para denunciar c¨®mo sus cortejos electorales eran acosados, como en el caso de Patrick Oboi Amuriat, compartido a trav¨¦s de sus perfiles o los de su partido, el Forum for Democratic Change (FDC). Tambi¨¦n han descrito acciones violentas como bloqueos de carretera, disparos contra su veh¨ªculo o incluso un ataque con una sustancia que le ceg¨® temporalmente.

En medio de esta espiral de represi¨®n, el arresto del abogado y defensor de derechos humanos Nicholas Opiyo ha sido uno de los episodios que ha desencadenado una mayor solidaridad. Opiyo es una destacada personalidad de la sociedad civil ugandesa que ha acumulado prestigio entre sectores muy diferentes por la coherencia en sus compromisos. Adem¨¢s es el director de Chapter Four, una organizaci¨®n social con una reconocida trayectoria. Por eso la respuesta a su detenci¨®n fue #FreeNicholasOpiyo y #IstandWithNicholasOpiyo (Liberad a Nicholas Opiyo y Yo estoy con Nicholas Opiyo) ha sido la reacci¨®n a su procesamiento por blanqueo de capitales que Chapter Four ha considerado un montaje para entorpecer sus actividades de defensa de los derechos y las libertades, precisamente, en el periodo electoral.

Bobi Wine

Sin embargo, el caso de Bobi Wine es el que mejor ejemplifica esta conquista de las redes. Este sorprendente artista que se ha introducido en la pol¨ªtica institucional con ¨¦xito y marcando una agenda propia, ha acabado erigi¨¦ndose en la principal amenaza para el poder de Yoweri Museveni a medida que ha ido ganando mayor popularidad. Durante la campa?a, el autoproclamado ¡°presidente del gueto¡± ha manejado con especial destreza, desde las redes sociales, los incidentes a los que se ha visto confrontado. Ha denunciado haber sido bloqueado por la polic¨ªa en las carreteras, obligado a dormir en su coche cuando se le negaba la entrada en los hoteles de su camino, ha sido detenido, tiroteado, incluso, han arrestado y sometido a un juicio militar a su equipo de campa?a, ha tenido que salir atropelladamente en su caravana de veh¨ªculos todoterreno entre los gases lacrim¨®genos y uno de los periodistas que se encargaba de cubrir su campa?a recibi¨® un disparo en la cabeza, supuestamente, realizado por las fuerzas de seguridad.

Todos esos incidentes han sido debidamente documentados en las redes sociales y han ayudado a construir la ¨¦pica del David que se enfrenta a Goliat. Estas plataformas le han ayudado a elevar su imagen a la categor¨ªa de icono. Su fotograf¨ªa, tocado con una boina de campa?a roja, se hab¨ªa convertido en el s¨ªmbolo de su movimiento acompa?ando a su lema Power People, Our Power (Poder popular, nuestro poder). Sin embargo, durante la campa?a la construcci¨®n ha ido m¨¢s all¨¢: las redes han reforzado su ret¨®rica de estar dispuesto a dar la vida por el cambio de gobierno, apuntalada por sus fotograf¨ªas con casco militar y chaleco antibalas asom¨¢ndose por la ventanilla superior de un veh¨ªculo 4x4 en medio de la multitud, desafiando el riesgo que han llegado a constituir las autoridades y aderezada por su ense?a ¨¦pica #WeAreRemovingADictator (Estamos derrocando a un dictador).

Sin embargo, a pesar del desprecio que Museveni muestra hacia el entorno digital, es evidente que conoce lo que se juega en ese espacio. Por eso, las publicaciones de Bobi Wine y los suyos son inmediatamente respondidas por seguidores del longevo presidente, a menudo, con mucho m¨¢s ¨ªmpetu que destreza. Un ejemplo sencillo e ilustrativo: el 9 de enero, Bobi Wine comparte la portada de la edici¨®n del s¨¢bado del diario ugand¨¦s Daily Monitor, en la que se se?ala que se encuentra ¡°aislado¡± porque la mayor parte de sus colaboradores han sido detenidos. En el mensaje, el candidato denuncia que, adem¨¢s de su equipo de campa?a, dos mil simpatizantes de su movimiento han sido arrestados en secreto. Tres cuartos de hora despu¨¦s un usuario que se identifica como @BarbieBright3 responde a ese tuit con unas im¨¢genes en las que un grupo de personas golpea violentamente a un hombre vestido con una camiseta amarilla (el color del partido en el poder) y le recrimina que esa es la gente que ¨¦l llama ¡°su equipo¡±. La imagen de perfil de @BarbieBright3 es un simb¨®lico punto de color amarillo. Pero a partir de ah¨ª un enorme n¨²mero de mensajes desmienten las insinuaciones y comparten informaciones de medios de comunicaci¨®n ugandeses que se?alan que la v¨ªctima del linchamiento no era un partidario de Museveni, sino el presunto autor del robo de un tel¨¦fono.

Durante todo este proceso, m¨¢s all¨¢ de los tira y afloja virtuales de los partidarios de uno y otro candidato, las redes han sido sin duda un espacio de intoxicaci¨®n y de desinformaci¨®n. Los medios sociales han sido el veh¨ªculo de un sinf¨ªn de rumores, bulos y noticias falsas que algunas organizaciones, como PesaCheck se han preocupado de contrastar y desmentir.

Sin ir m¨¢s lejos, Facebook confirm¨® ayer a diversos medios internacionales que hab¨ªa cerrado ¡°una red de cuentas y p¨¢ginas en Uganda que participaban en CIB (Comportamiento no aut¨¦ntico coordinado) para manipular el debate p¨²blico antes de las elecciones¡±. La mayor parte de esas cuentas pertenec¨ªan a cargos de la administraci¨®n que a su vez han denunciado una voluntad de los intereses extranjeros por influir en las elecciones y han animado acciones como #StopTechcolonisation y #FreeNRMAccounts.

Teniendo en cuenta el historial previo, organizaciones de defensa de la libertad de expresi¨®n y de los derechos digitales han alertado de la posibilidad de que se produzcan interrupciones en la red en el marco de la elecci¨®n prevista para el 14 de enero y han comenzado a compartir consejos destinados a periodistas y activistas para poder hacer frente a estas incidencias. Sin ir m¨¢s lejos, CIPESA ha advertido bloqueos puntuales y reducciones de la capacidad de la red.

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