¡°En Canarias hay 4.500 ni?as en riesgo de ser mutiladas¡±
Hawa Tour¨¦ es una activista mauritana de 45 a?os afincada en Fuerteventura cuyo prop¨®sito principal es erradicar la ablaci¨®n dentro y fuera del continente africano a trav¨¦s de la concienciaci¨®n de los padres: ¡°No quiero que nadie pase por lo que pas¨¦ yo y menos en nombre del Islam¡±
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Su carcajada lo impregna todo. Tiene una risa contagiosa y sonora que solo se congela al recordar la tarde en que la mutilaron, encima de una alfombra y junto a cuatro de sus siete hermanas, una despu¨¦s de la otra. Ten¨ªa diez a?os y no fue la primera en sufrirlo. Antes de que la cuchilla le cortara a ella, Hawa Tour¨¦ (Mauritania, 45 a?os) presenci¨® c¨®mo su hermana se desangraba segundos despu¨¦s de la ablaci¨®n. ¡°Mi madre tuvo que llevarla corriendo al hospital¡±, cuenta a¨²n afectada. A?os despu¨¦s le toc¨® a su prima menor. Se iba a casar con 14 a?os y a¨²n no estaba mutilada, as¨ª que su suegra la presion¨® para que lo hiciera antes de la boda. La herida se infect¨® y nunca se cur¨®. Se qued¨® embarazada y perdi¨® la vida en el parto. Ten¨ªa 15 a?os. La historia de las mujeres de la casa de Tour¨¦ est¨¢ marcada por esta dolorosa pr¨¢ctica; un tab¨² que mata. Su misi¨®n, dice, es que no marque la de nadie m¨¢s.
Ser activista no es f¨¢cil. ¡°Y en ?frica menos¡±, incide. Es por eso que la mauritana, que lleg¨® al archipi¨¦lago canario en 2004, tard¨® otros 13 a?os en decidirse. En 2017 fund¨® Dimbe, una asociaci¨®n de mujeres africanas que buscan la integraci¨®n social y la erradicaci¨®n de pr¨¢cticas como la ablaci¨®n, que no solo suceden en el continente: ¡°En Canarias hay 4.500 ni?as en riesgo de ser mutiladas¡±, dice. ¡°A estas menores de origen africano se las llevan de vacaciones a sus pa¨ªses para cumplir con el ritual o incluso lo hacen aqu¨ª mismo. Esto est¨¢ pasando en nuestras islas y ya lo hemos visto¡±.
La lucha de Tour¨¦ es por el futuro de esas 4.500 ni?as. ¡°Y por el de toda la comunidad¡±, a?ade. Al ser un tema del que no se habla abiertamente, muchas de las madres las llevan sin saber muy bien los da?os irrevocables que pueden provocar en la salud de sus hijas¡±, narra. Las complicaciones m¨¦dicas van desde dolor intenso hasta hemorragias prolongadas, infecciones, infertilidad e, incluso, la muerte. Adem¨¢s, puede aumentar el riesgo de transmisi¨®n del VIH, seg¨²n Unicef. Su objetivo es darlo a conocer.
Las complicaciones m¨¦dicas van desde dolor intenso hasta hemorragias prolongadas, infecciones, infertilidad e, incluso, la muerte. Adem¨¢s, puede aumentar el riesgo de transmisi¨®n del VIH
La mutilaci¨®n genital femenina comprende todos los procedimientos consistentes en la resecci¨®n parcial o total de los genitales externos femeninos por motivos no m¨¦dicos. Aunque muchas comunidades se amparan en el Islam, es un discurso asociado err¨®neamente con esta religi¨®n. ¡°Los imanes se han pronunciado en contra¡±, dice. Sin embargo, se sigue llevando a cabo en 30 pa¨ªses de ?frica y Oriente Medio a pesar de que en muchos de ellos est¨¦ prohibido. En Mauritania, su pa¨ªs, la ablaci¨®n es ilegal en todas sus formas, desde 2005. La justificaci¨®n religiosa no vale. Pero la prohibici¨®n no es sin¨®nimo de erradicaci¨®n. ¡°Hay zonas en mi pa¨ªs, sobre todo en la que vive la etnia sonink¨¦, [mucho m¨¢s conservadores] en la que queda mucho trabajo por hacer¡±, reconoce.
En Espa?a, est¨¢ tipificada como delito de lesiones desde 2003 en el C¨®digo Penal de 1995 (art. 149) y castigada con pena de prisi¨®n de seis a doce a?os e inhabilitaci¨®n de la patria potestad en el caso de menores. ¡°Pero, ?c¨®mo se controla lo que hacen estas familias en sus pa¨ªses cuando se van de vacaciones¡±, se pregunta Tour¨¦.
El patr¨®n se repite: las menores viajan a sus pa¨ªses sin haber escuchado nada de esta tradici¨®n y una vez all¨¢ la llevan a cabo sin su consentimiento. ¡°Nos han contado varios casos en las que las encierran con la persona que va a realizar la ablaci¨®n y ya. Nadie les explica nada. Esto es un problema de salud p¨²blica¡±, critica la activista. Seg¨²n datos de Unicef, cerca de 200 millones de ni?as han sido v¨ªctimas de alg¨²n tipo de mutilaci¨®n y otras 30 millones est¨¢n en riesgo en la pr¨®xima d¨¦cada.
Su trabajo es precisamente ese: concienciar a la gran comunidad africana en las islas que no tienen pensado frenar esta tradici¨®n. ¡°Les hablamos de los da?os en las ni?as y en c¨®mo la religi¨®n no nos obliga a nada similar¡±, cuenta. Al principio, su trabajo no era del todo bien visto. ¡°Los hombres pensaban que les est¨¢bamos comiendo la cabeza a las mujeres, pero cada vez nos apoyan m¨¢s¡±, explica orgullosa. Ahora, cada vez m¨¢s, son las familias quienes piden hablar con Tour¨¦ ¨Ca quien todo el que la conoce, llama Agua¨C para pedirle consejo o informaci¨®n. Si hace balance, se le vienen a la cabeza principalmente madres: ¡°Ellas son las que nos preguntan: ?qu¨¦ le puede pasar a mi hija si no sale bien?; ?qu¨¦ fue lo que te pas¨® a ti?¡±. Tour¨¦ aspira a llevar Dimbe a las escuelas y que las ni?as tambi¨¦n tengan una forma de pedir ayuda m¨¢s accesible.
Cuando empec¨¦ a enumerar los posibles da?os colaterales, la madre se ech¨® a llorar desconsolada. No sab¨ªa que su primera hija se muri¨® por eso¡±, cuenta
Cuando apenas llevaba un a?o con su proyecto, detectaron un posible caso en una familia de Fuerteventura, as¨ª que les sugirieron charlar al respecto. ¡°Al enumerar los posibles da?os colaterales, la madre se ech¨® a llorar desconsolada. No sab¨ªa que su primera hija se muri¨® por eso¡±, cuenta. Esta joven mujer mutil¨® a su peque?a cuando apenas ten¨ªa siete meses y aunque notaba que siempre ten¨ªa la vulva infectada, ¡°pens¨® que era lo normal¡±. A?os m¨¢s tarde, falleci¨® a causa de esta infecci¨®n mal curada. ¡°Las mujeres tienen que saber de verdad de qu¨¦ se trata. Ninguna madre querr¨ªa una cosa as¨ª para su hija¡±, cuenta esta madre de dos.
El coronavirus invisibiliza
El riesgo est¨¢ en el secretismo. Despu¨¦s de tres a?os y cientos de casos analizados, Tour¨¦ sabe que la clave es la visibilizaci¨®n, ¡°que la gente sepa en qu¨¦ se traduce la ablaci¨®n¡±. Durante el confinamiento, muchas de estas ni?as que se acercaban a los 15 a?os, la edad habitual en la que se lleva a cabo esta pr¨¢ctica, estuvieron encerradas durante meses con unos padres, en ocasiones, muy conservadores. ¡°Nos consta que se llevaron a cabo algunas mutilaciones en esos meses, pero con el encierro todo ha sido m¨¢s dif¨ªcil de cuantificar¡±, dice afectada. ¡°Es terrible pensar que pasaron por eso solas, que no pudimos frenarlo¡±.
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