Una segunda oportunidad para la educaci¨®n en Marruecos
A pesar de los avances de las ¨²ltimas d¨¦cadas, inclusi¨®n y calidad son las asignaturas pendientes del derecho a la educaci¨®n. Y la pandemia ha supuesto el congelamiento, e incluso el retroceso, del camino recorrido hasta ahora
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Reci¨¦n sopladas las velas del 72 aniversario de la Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos, primer instrumento en reconocer la educaci¨®n como un derecho, deber¨ªamos celebrar todo lo avanzado a nivel mundial. Pr¨¢cticamente todos los pa¨ªses se han integrado en el movimiento en pro de la educaci¨®n para todos y han hecho los esfuerzos necesarios para inscribirlo en el m¨¢s alto nivel de sus ¨®rdenes jur¨ªdicos.
La educaci¨®n no es solo acceso al conocimiento, sino el derecho a convertirse en ciudadano o ciudadana, el aprender a encajar las diferentes piezas del puzle que nos hace motores de desarrollo, el hilo conductor para el ejercicio de otros derechos humanos. En definitiva, la educaci¨®n es un bien p¨²blico, esencial para la paz, la tolerancia, la realizaci¨®n humana y el desarrollo sostenible.
En las ¨²ltimas d¨¦cadas, la comunidad internacional ha ido adoptando una agenda com¨²n en pro de la educaci¨®n para todos que est¨¢ dando sus frutos: decenas de millones de ni?os han podido acceder a la escuela y se ha reducido a la mitad el n¨²mero de ellos no escolarizados desde el a?o 2000. La paridad progresa igualmente, en especial, en la ense?anza primaria.
La educaci¨®n es un bien p¨²blico, esencial para la paz, la tolerancia, la realizaci¨®n humana y el desarrollo sostenible.
No obstante, los esfuerzos se han concentrado en el acceso a la educaci¨®n, descuidando cuestiones tan importantes como la calidad y la inclusi¨®n. Seg¨²n el ¨²ltimo informe de seguimiento de la educaci¨®n en el mundo de la UNESCO, unos 260 millones de ni?os, adolescentes y j¨®venes (el 17% del total mundial), no asiste a la escuela, lo que muestra la magnitud de la exclusi¨®n. En todo el mundo, la discriminaci¨®n se basa en motivos de g¨¦nero, lejan¨ªa, niveles de ingresos, discapacidad, origen ¨¦tnico, lengua, migraci¨®n... La pandemia de la covid-19 ha a?adido nuevos niveles de exclusi¨®n.
La ambiciosa Agenda 2030 que, en materia de educaci¨®n, se traduce en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4 para ¡°garantizar una educaci¨®n inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos¡±, reafirma la importancia del derecho a la educaci¨®n y el compromiso continuo para finalizar una agenda inconclusa, reforz¨¢ndola en equidad e inclusi¨®n.
La responsabilidad principal para hacer efectivo este derecho recae principalmente en los gobiernos y es aqu¨ª donde entra en juego el papel de la cooperaci¨®n internacional y el compromiso de los Estados para ayudarse mutuamente.
Esta prioridad de hacer efectivo el derecho a la educaci¨®n tiene su ejemplo concreto en el trabajo en el terreno. Evoluciona y se adapta, transform¨¢ndose a la vez que nuestros pa¨ªses socios avanzan en la consecuci¨®n de los objetivos de desarrollo. Ese es el caso de la Cooperaci¨®n Espa?ola en Marruecos, donde la educaci¨®n forma parte de las prioridades de trabajo desde sus inicios.
Marruecos ha realizado esfuerzos importantes. Como recoge en su segundo examen nacional voluntario sobre la realizaci¨®n de los ODS, ha ampliado el presupuesto dedicado a educaci¨®n en un 10% entre los a?os 2016 y 2020, ha puesto en marcha el programa nacional para el desarrollo de la educaci¨®n preescolar y ha conseguido alcanzar una tasa del 99% de escolarizaci¨®n en ense?anza primaria de ni?os de 6 a 11 a?os.
Aun as¨ª, el sistema educativo sufre de un conjunto de debilidades, que persisten y aumentan a pesar de las reformas que ha conocido el sector a lo largo de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. En torno a 200.000 alumnos abandonan la escuela cada curso. Esta situaci¨®n, que afecta principalmente a las clases sociales m¨¢s desfavorecidas, reproduce y ampl¨ªa la desigualdad en las oportunidades de los m¨¢s j¨®venes. Detr¨¢s de estas cifras se esconden las caras de adolescentes de zonas rurales, migrantes y con discapacidad.
El pasado 13 de marzo se cerraron las puertas de los centros educativos de todo el pa¨ªs. M¨¢s de nueve millones de marroqu¨ªes estaban escolarizados en ese momento. Durante tres meses de confinamiento, Marruecos, como el resto de los pa¨ªses, tuvo que adaptarse improvisada y forzosamente a una formaci¨®n a distancia que no han podido seguir m¨¢s de un cuarto de los alumnos de primaria, seg¨²n recoge una encuesta del Haut Commissariat au Plan y UNICEF.
En torno a 200.000 alumnos abandonan la escuela cada curso en Marruecos, sobre todo, de las clases m¨¢s desfavorecidas
En este contexto, cobran a¨²n m¨¢s importancia las l¨ªneas de trabajo de la Cooperaci¨®n Espa?ola en el pa¨ªs, que desde hace unos a?os se concentran en lo que sin duda es el mayor obst¨¢culo a la realizaci¨®n del derecho a la educaci¨®n: el abandono escolar y sus consecuencias.
Desde la creaci¨®n del departamento de educaci¨®n no formal, el Ministerio de Educaci¨®n marroqu¨ª ha contado con el apoyo de la Cooperaci¨®n Espa?ola a trav¨¦s de todos sus instrumentos disponibles: financia a la UNESCO para contribuir con apoyo t¨¦cnico especializado, realiza convenios con ONG para el Desarrollo espa?olas especializadas en educaci¨®n y formaci¨®n profesional y, sobre todo, contribuye de forma directa a los dos programas existentes: la escuela de la segunda oportunidad y el programa de apoyo.
Mientras la escuela de la segunda oportunidad est¨¢ destinada a adolescentes de 13 a 18 a?os, no escolarizados o desescolarizados, y refuerza las capacidades de los adolescentes para su reintegraci¨®n en el sistema escolar o con una formaci¨®n profesional para la incorporaci¨®n a la vida activa; el programa de apoyo escolar, acompa?a con un enfoque preventivo a alumnado, profesores y familias para poner freno al abandono escolar.
Desde un enfoque social y educativo, ambos se llevan a cabo con el apoyo de organizaciones de la sociedad civil a trav¨¦s de modalidades de aprendizaje flexibles e individualizadas que se adaptan a cada adolescente.
En este dif¨ªcil a?o escolar estos programas han podido reabrir sus puertas con 300 plazas adicionales, que ir¨¢n aumentando hasta alcanzar las 1.000 en los pr¨®ximos tres a?os con apoyo espa?ol. Ampliarlos y adaptarlos a las necesidades especiales de las adolescentes de zonas rurales, con mayor riesgo de abandono; a las de origen migrante y a las de aquellas personas en situaci¨®n de discapacidad, es nuestra actual contribuci¨®n hacia la inclusi¨®n; haciendo posible que la escuela no quede atr¨¢s para nadie.
T¨ªscar Ortega Nogales es responsable de proyectos de educaci¨®n y formaci¨®n profesional de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo (AECID) en Marruecos.
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