Chagas, la enfermedad olvidada que sufre 1,5 mill¨®n de argentinos, el 20% de los infectados en el mundo
Cada a?o nacen 1.500 ni?as y ni?os con esta dolencia en el pa¨ªs latinoamericano m¨¢s afectado del continente. Desde 2020 la covid-19 es la principal prioridad para los centros de salud y se han dejado de lado otras afecciones
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Durante su primer embarazo, a los 22 a?os, Stella Maris Cabral se enter¨® de que ten¨ªa Chagas. En aquel entonces le hicieron un an¨¢lisis, de rutina, y al obtener el resultado positivo se desesper¨® sobre todo por su beb¨¦ y por la falta de informaci¨®n. Cabral recuerda que cuando ten¨ªa cuatro a?os tuvo una gastritis hemorr¨¢gica por una medicaci¨®n y necesit¨® una transfusi¨®n urgente. Asume que desde entonces vive con la patolog¨ªa, que afecta principalmente el coraz¨®n, el tracto digestivo y el sistema nervioso.
¡°En 2015 empec¨¦ con el tratamiento que me ayuda a contrarrestar las secuelas que podr¨ªa tener m¨¢s adelante. Ninguno de mis dos hijos contrajo la enfermedad¡±, dice Cabral, que ahora tiene 39 a?os y vive en Ezeiza, Provincia de Buenos Aires. Esta dolencia, para la que no existe vacuna, produce crecimientos anormales en varios ¨®rganos, ocasionando diferentes s¨ªntomas como dolor, reducci¨®n de la movilidad y limitaciones funcionales. Cuando avanza la patolog¨ªa, suelen ser necesarias cirug¨ªas y trasplantes e incluso puede causar la muerte por insuficiencia card¨ªaca.
En Argentina m¨¢s de un mill¨®n y medio de personas vive con esta enfermedad potencialmente mort¨ªfera, seg¨²n un informe publicado por la Asociaci¨®n Civil por la Igualdad y Justicia y otras organizaciones. Es el pa¨ªs de todo el continente con mayor n¨²mero de casos. Le sigue Brasil, con 1.156.821, y M¨¦xico, con 876.458. Mientras que en Espa?a no superan los 30.000 pacientes. Argentina agrupa el 20% de la estimaci¨®n global de la OMS, que calcula que m¨¢s de 7,3 millones de personas viven en zonas con presencia de vinchucas ¨Cel insecto transmisor¨C. Dos de cada tres contagiados, viven en ciudad. En el pa¨ªs latinoamericano nacen cada a?o 1.500 ni?as y ni?os con Chagas. De los cuales, tan solo el 30% accede al diagn¨®stico y, por consiguiente, a la posibilidad de recibir el tratamiento correspondiente, que en esas edades tiene hasta un 95% de efectividad.
Mucha gente piensa que esta enfermedad ya no es un problema de salud p¨²blica. Si bien hubo avances importantes en el control de las poblaciones de insectos en las viviendas rurales, existen otras v¨ªas de transmisi¨®n. La segunda m¨¢s relevante es la transmisi¨®n de madre a hijo, por v¨ªa transplacentaria. ¡°De este modo, hay chicos que nacen con una hipoteca sobre su salud¡±, enfatiza el director de la Fundaci¨®n Mundo Sano, Marcelo Abril.
Cabral forma parte del grupo Viviendo con Chagas, un espacio que fue creado para informar, concientizar y derribar mitos sobre la enfermedad. All¨ª se busca promover su abordaje desde una perspectiva integral. ¡°Nos reunimos los martes, cada quince d¨ªas, por Zoom por la pandemia. Me gusta la idea de poder ayudar a otros. Ah¨ª, intercambiamos experiencias y miedos. Tambi¨¦n damos charlas¡±, cuenta la mujer.
Si se considera a la vinchuca como la ¨²nica forma de tener Chagas, no se estar¨ªan tomando todas las medidas necesarias para prevenir los contagios. Hay que poner especial atenci¨®n en la transmisi¨®n vertical o transfusional¡±, agrega Mariana Sanmartino
Wilfredo Pozo Cabrera, de 60 a?os, tambi¨¦n forma parte del grupo. ?l se enter¨® que ten¨ªa la enfermedad a los 16 a?os cuando migr¨® de Bolivia a Argentina. ¡°En ese entonces, se ped¨ªa un an¨¢lisis de sangre para sacar el documento de identidad y ah¨ª me enter¨¦ que era positivo y mi mam¨¢, negativo¡±, cuenta el hombre de 60 a?os, que es trabajador informal en Gonz¨¢lez Cat¨¢n, Provincia de Buenos Aires.
Entre los seis y ocho a?os, Pozo Cabrera vivi¨® en el campo y trabajaba en una carpinter¨ªa para ayudar a su mam¨¢. ¡°Tengo el recuerdo que algo fuerte un d¨ªa me pic¨®, pero en ese momento ni me imagin¨¦ que pod¨ªa ser la vinchuca. Tampoco sab¨ªa lo que era el Chagas¡±, cuenta. Despu¨¦s del an¨¢lisis que le dio positivo, comenz¨® un tratamiento. Pozo Cabrera asegura que sufri¨® discriminaci¨®n a causa de la enfermedad. Dice que lo perjudic¨® a la hora de buscar trabajo y por eso no le qued¨® otra opci¨®n que ganarse la vida en la calle. ¡°Esto est¨¢ invisibilizado¡±, expresa.
Desde el grupo en el que participan Pozo Cabrera y Cabral y junto a otras 15 organizaciones de la sociedad civil, reclaman que tras 13 a?os de vigencia de la ley de prevenci¨®n y control de todas las formas de transmisi¨®n de la enfermedad se dicte una reglamentaci¨®n que haga efectiva su aplicaci¨®n de forma igualitaria. ¡°Es la dolencia end¨¦mica m¨¢s extendida en el pa¨ªs, pero desatendida por las pol¨ªticas p¨²blicas¡±, expresan las organizaciones en conjunto.
La v¨ªa de transmisi¨®n cl¨¢sica es la?vectorial: las vinchucas pueden portar un par¨¢sito y cuando pica defeca en la piel de su v¨ªctima que, al rascarse, lo mete en su organismo. As¨ª, una persona puede infectarse. Pero tambi¨¦n, existen otras v¨ªas de transmisi¨®n no vectoriales, como la transmisi¨®n de?madre a hijo?durante el embarazo, las?transfusiones?de sangre, el?trasplante de ¨®rganos?y la ingesta de?alimentos contaminados. No se transmite por contacto directo con personas infectadas.
¡°Es la dolencia end¨¦mica m¨¢s extendida en el pa¨ªs, pero desatendida por las pol¨ªticas p¨²blicas¡±, expresan las organizaciones en conjunto
¡°Si bien el Congreso argentino a trav¨¦s de la ley estableci¨® el car¨¢cter prioritario de las pol¨ªticas de Chagas para el Ministerio de Salud, su implementaci¨®n a nivel federal todav¨ªa dista de ser una realidad. Y el acceso a la salud y la prevenci¨®n son muy diferentes en las diversas provincias¡±, comenta Francisco Rodr¨ªguez Abinal, integrante del ¨¢rea de Derechos Econ¨®micos Sociales y Culturales en ACIJ, una de las organizaciones que participa del reclamo.
La docente e investigadora de la Universidad Nacional de la Plata, Cecilia Mordeglia, es integrante del grupo ?De qu¨¦ hablamos cuando hablamos de Chagas?. Ella considera que es m¨¢s que una enfermedad, porque es una problem¨¢tica socioambiental de salud, que requiere un abordaje integral y para eso es necesario convocar y articular a distintos actores para que se involucren.
¡°Si se considera a la vinchuca como la ¨²nica forma de tener Chagas, no se estar¨ªan tomando todas las medidas necesarias para prevenir los contagios. Hay que poner especial atenci¨®n en la transmisi¨®n vertical o transfusional¡±, agrega Mariana Sanmartino, Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Cient¨ªficas y T¨¦cnicas de Argentina (CONICET) e integrante del mismo grupo.
La covid-19 tambi¨¦n eclipsa el Chagas
Lucia Kronhaus es directora de un Centro de la organizaci¨®n Haciendo Camino. Ella trabaja en Herrera, localidad de la provincia de Santiago del Estero. ¡°Nuestro objetivo es la prevenci¨®n de la desnutrici¨®n infantil y para eso acompa?amos a las familias en distintos aspectos. En la zona, trabajamos con alrededor de 100 familias rurales. Si bien el Chagas no est¨¢ dentro de nuestro foco de trabajo, no podemos hacer la vista gorda porque es un problema que existe entre las familias de nuestra comunidad. Para resolverlo, buscamos articular con el municipio y con organizaciones especializadas¡±, cuenta Kronhaus.
Durante un control nutricional, Kronhaus observ¨® que una de las nenas ten¨ªa muchas picaduras. En un principio, no se alarm¨®, porque pod¨ªan ser de cualquier insecto. Al mes, realiz¨® una visita domiciliaria a esa familia, que est¨¢ compuesta de una pareja de unos 20 a?os, la nena de tres a?os y un t¨ªo de unos 70 a?os. ¡°En esa visita, me mencionaron de la presencia de vinchucas en la casa, hecha en parte a base de barro. Me comuniqu¨¦ con autoridades del municipio para gestionar la fumigaci¨®n del hogar y no dieron respuesta. Dijeron que no pod¨ªan realizar las tareas de fumigaci¨®n por el contexto sanitario¡±, relata la referente de Haciendo Camino. Durante 2020, y a¨²n en 2021 la covid-19 es la principal prioridad para los centros de salud. De este modo, se dejaron de lado otras afecciones y se postergaron tareas de prevenci¨®n.
¡°Existe una deuda de un sistema de salud que no lo detect¨® a tiempo ya sea porque la vinchuca estaba en el lugar y podr¨ªa haber sido controlada, o porque a la madre embarazada que se tendr¨ªa que haber hecho una prueba para detectar el Chagas, no se la hicieron. Cuanto m¨¢s cerca del momento de la infecci¨®n, m¨¢s altas son las probabilidades de curaci¨®n¡±, a?ade Favio Crudo, el coordinador del ¨¢rea m¨¦dica en zona end¨¦mica de Mundo Sano. Abril, referente de Mundo Sano es contundente al respecto: ¡°No hay que esperar que una persona llegue a consultar, hay que ir a buscarlo antes. Hay que llegar a tiempo¡±.
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