Los pueblos yanomamis se defienden
El autor, ind¨ªgena brasile?o, conf¨ªa en que su propia movilizaci¨®n y el apoyo internacional frenen la miner¨ªa ilegal y la entrada de la covid-19 en sus tierras ricas en oro. No es la primera batalla que ganan. Cuarta entrega de la serie de v¨ªdeo ¡®Destellos del Amazonas¡¯, documento grabado por los propios ind¨ªgenas
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Estamos entre 1975 y 1976. Una epidemia devastadora penetra en el estado de Roraima, al norte de Brasil. Los primeros garimpeiros (buscadores de oro o de piedras preciosas en el Amazonas), unos 500, empiezan a subir la Serra do Surucucus. En 1980, otros 2.000 ingresan al territorio yanomami por el r¨ªo Uraricuera. La epidemia se extiende. Las rutas de los garimpeiros marcaron el rumbo de otras enfermedades. Con ellos, vinieron males que nunca hab¨ªamos visto, como el sarampi¨®n y la malaria, que exterminaron a gran parte de la poblaci¨®n; las cifras no son precisas.
En esos a?os encontraron mucho, mucho oro en nuestras tierras. Cuando nos dimos cuenta, 150 aviones ya realizaban vuelos diarios desde el aeropuerto de Boa Vista hacia el territorio, trayendo mineros de all¨ª a la ciudad, cargados de oro. El tr¨¢fico a¨¦reo en el aeropuerto de Boa Vista se convirti¨® entonces en el m¨¢s intenso de Brasil, quiz¨¢ mayor que el de S?o Paulo y R¨ªo de Janeiro. Tan alta fue la inversi¨®n de los buscadores de oro en nuestra regi¨®n.
Unos a?os m¨¢s tarde, en 1987, Romero Juc¨¢, entonces presidente de la Fundaci¨®n Nacional del Indio (FUNAI), trajo a un ind¨ªgena de otra etnia para firmar un acuerdo de ingreso de garimpeiros a nuestro territorio. Grabado en video, el ind¨ªgena afirma que es necesario llevar avances a los pueblos ind¨ªgenas para ¡°mantener a la familia¡±. Los deseos expresados por Juc¨¢, que vino de lejos para decirnos que ¨¦l era el representante de lo que quer¨ªamos, no eran los mismos que los nuestros. No lo fueron y nunca lo ser¨¢n.
El periodo entre 1987 y 1990 fue denominado el de la ¡°fiebre del oro¡±. Muchas personas ingresaron al territorio tr¨¢s la miner¨ªa; el tr¨¢fico a¨¦reo aument¨® a¨²n m¨¢s. La famosa estatua del garimpeiro fue construida y colocada en el centro de Boa Vista, capital del estado de Roraima, simbolizando la fuerza de la miner¨ªa en la econom¨ªa del estado amaz¨®nico. Para nosotros, un garimpeiro jam¨¢s deber¨ªa simbolizar el estado cuando tenemos aqu¨ª verdaderas riquezas naturales como el Monte Roraima.
Debido a las enfermedades que trajeron los garimpeiros a las aldeas durante este per¨ªodo, m¨¢s del 20% de la poblaci¨®n yanomami muri¨®. Se estima que, por cada 10.000 a 15.000 yanomamis, hab¨ªa aproximadamente 40.000 mineros en nuestra tierra ind¨ªgena.
Fora Garimpo, Fora covid-19
Las movilizaciones de Davi Kopenawa, nuestro mayor l¨ªder hasta la fecha, comenzaron con la Asamblea Constituyente. David sali¨® de su aldea para hablar con las autoridades, denunciar que se estaban produciendo invasiones y que los yanomamis estaban muriendo. La respuesta del Gobierno fue que carec¨ªa de recursos para resolver esta situaci¨®n.
Kopenawa busc¨® el apoyo de una organizaci¨®n no gubernamental para poner en marcha protestas en las Naciones Unidas y en las embajadas de Brasil en todo el mundo. A partir de esta movilizaci¨®n, los misioneros tomaron la iniciativa de entregar una carta de los yanomamis a la ONU con m¨¢s de 150.000 firmas pidiendo la demarcaci¨®n de nuestro territorio ind¨ªgena.
Fue la ONU la que lider¨® una campa?a que garantiz¨® recursos para la demarcaci¨®n de la Tierra Ind¨ªgena Yanomami. Y hoy, con m¨¢s de 400.000 firmas en la campa?a Fora Garimpo, Fora Covid (fuera miner¨ªa Ilegal, fuera covid), queremos garantizar la misma repercusi¨®n internacional porque, otra vez, es urgente que la sociedad no ind¨ªgena reconozca la importancia de nuestra lucha por la supervivencia y por la vida.
El 25 de mayo de 1992 marca un cap¨ªtulo importante en la historia de nuestra lucha por la tierra. La Tierra Ind¨ªgena Yanomami fue aprobada durante el mandato del presidente Fernando Collor. ?Qui¨¦n lo dir¨ªa! En un principio, el territorio se dividi¨® en 19 islas, precisamente para dejar fuera de la Tierra Ind¨ªgena las riquezas minerales que atraen a los garimpeiros.
El a?o 1993 estuvo marcado por la Masacre de Haximu, que consideramos el inicio del genocidio de nuestro pueblo. Los mineros contrataron a 17 yanomamis para hacer el trabajo de carga pesada durante unos d¨ªas. Al final de la jornada laboral, los buscadores ofrec¨ªan comida a los trabajadores. Uno de ellos se alej¨® del grupo y escuch¨® los disparos que mataron a todos sus compa?eros. Fue perseguido e incluso baleado en la pierna, pero consigui¨® escapar, y gracias a ¨¦l hoy conocemos esta historia.
El a?o 1993 estuvo marcado por la Masacre de Haximu, que consideramos el inicio del genocidio de nuestro pueblo
En busca de justicia, los yanomamis fueron hasta el local, pero solo encontraron los cuerpos de sus familiares y el campamento de los mineros abandonado. Fue el apoyo internacional que recibimos entonces, y la movilizaci¨®n generada por la masacre, lo que presion¨® a la polic¨ªa federal para monitorear el operativo e iniciar una investigaci¨®n sobre la miner¨ªa en la Tierra Ind¨ªgena Yanomami.
Estamos en 2020. El primer caso de covid-19 en la Tierra Ind¨ªgena Yanomami ocurri¨® por culpa de los mineros. Gracias a la facilidad de acceso en barco a la regi¨®n de Waikas, sobre el r¨ªo Uraricuera, los mineros no han dejado de explotar los yacimientos, incluso durante la pandemia.
Un joven ye¡¯kwana ¨Cetnia vecina a los yanomamis¨C sali¨® de su comunidad y se dirigi¨® a la regi¨®n de la miner¨ªa. A su regreso, sin saber que ten¨ªa s¨ªntomas, particip¨® en un ritual con todos los miembros de su comunidad, que fue golpeada casi en su totalidad por el virus. Fue a partir de este contacto que la covid-19 comenz¨® a extenderse dentro de nuestro territorio.
Beb¨¦s san?ma
Adem¨¢s, tambi¨¦n nos enfrentamos a un problema que nunca podr¨ªamos haber imaginado: hubo beb¨¦s que nacieron, murieron y desaparecieron. En mayo, madres san?ma, subgrupo de la etnia yanomami de la regi¨®n llamada Auaris, fueron llevadas a Boa Vista con s¨ªntomas de neumon¨ªa. Sus beb¨¦s se habr¨ªan infectado con el coronavirus en el hospital, donde murieron y sus cuerpos desaparecieron.
El caso de los beb¨¦s san?ma expresa un nuevo cap¨ªtulo de violencia estatal contra los pueblos ind¨ªgenas. La falta de respeto y la indignidad con que la muerte de nuestra gente es tratada por los poderes p¨²blicos es la misma con la que nos tratan en vida. ?No basta con matarnos con el contagio del coronavirus; sino que tambi¨¦n las mujeres y los hombres deben ser torturados...!
Este cap¨ªtulo es reciente, pero las v¨ªctimas le han dado un viejo t¨ªtulo: genocidio. Uno de los reci¨¦n nacidos habr¨ªa muerto por complicaciones no relacionadas con la covid-19, pero el informe m¨¦dico apunta a una neumon¨ªa aguda, uno de los principales s¨ªntomas de la enfermedad.
Otra v¨ªctima de la infecci¨®n por coronavirus que pocas personas conocen fue el propio Davi Kopenawa. Cuando ni?o, Davi ya vio diezmada la poblaci¨®n de su tierra natal por dos epidemias infecciosas, ambas provocadas por el contacto con personas no ind¨ªgenas y mineros ilegales: una de gripe, en 1959; y otra de sarampi¨®n, en 1967.
Davi fue uno de los responsables de que se lograra la demarcaci¨®n de la Tierra Ind¨ªgena Yanomami en 1992 y recibi¨® el premio ambiental Global 500 de Naciones Unidas. En 2010 vio c¨®mo su obra La ca¨ªda del cielo (A Queda do C¨¦u), escrita con el antrop¨®logo franc¨¦s Bruce Albert, se estrenaba en Francia. Publicado en Brasil en 2015, el libro es un manifiesto cham¨¢nico para denunciar la destrucci¨®n del bosque y de su gente, y el testimonio autobiogr¨¢fico de Davi.
Contra la liberalizaci¨®n de la miner¨ªa
Hoy, casi el 60% del territorio yanomami est¨¢ afectado por requerimientos legales de mineros, tanto en el estado de Roraima como en el estado de Amazonas. El presidente Jair Bolsonaro envi¨® al Congreso una solicitud de autorizaci¨®n para liberalizar la miner¨ªa en tierras ind¨ªgenas el 6 de febrero de 2020, conocida como Proyecto de Ley (PL) 191. El gobernador de Roraima lo apoya. La Articulaci¨®n de Pueblos Ind¨ªgenas de Brasil (APIB), que representa leg¨ªtimamente a todos los pueblos ind¨ªgenas del pa¨ªs, ya se ha pronunciado en contra.
Al ser comprados por los garimpeiros, algunos l¨ªderes ind¨ªgenas de diferentes etnias se declaran favorables a la miner¨ªa, incluyendo l¨ªderes yanomamis que apenas hablan portugu¨¦s. Uno de ellos, que fue a Brasilia para reunirse con la Presidencia de la Rep¨²blica, me dijo que ni siquiera sab¨ªa lo que iba a decir all¨ª, y que los otros ind¨ªgenas lo obligaron a decir que estaba a favor de la miner¨ªa y que representaba la voz de todos los yanomamis. Se arrepinti¨® y se disculp¨® frente a los miembros de su comunidad y dentro del territorio.
Contamos con la movilizaci¨®n internacional y la participaci¨®n de ind¨ªgenas y no ind¨ªgenas para conseguir la misma victoria que alcanzamos hace casi tres d¨¦cadas
As¨ª, las amenazas presentes y futuras provienen de los empresarios y pol¨ªticos locales y del debilitamiento de la FUNAI que, con Bolsonaro, ha visto recortadas sus competencias. Esas amenazas llegan a nosotros a trav¨¦s de la cooptaci¨®n de los propios yanomamis y se reflejan en el Congreso con el programa de liberalizaci¨®n de la miner¨ªa en las tierras ind¨ªgenas.
Contamos con la movilizaci¨®n internacional y la participaci¨®n de ind¨ªgenas y no ind¨ªgenas para conseguir la misma victoria que alcanzamos hace casi tres d¨¦cadas, incluso con un presidente como Fernando Collor, en el momento de la demarcaci¨®n de nuestra tierra ind¨ªgena. El ¨¦xito entonces de la campa?a de movilizaci¨®n internacional por la demarcaci¨®n me da esperanza y confianza de que la campa?a Fora Garimpo, Fora Covid esta vez tambi¨¦n funcionar¨¢.
Que nuestra lucha por la vida sea reconocida por la sociedad internacional y los gobiernos de todo el mundo. Que los no ind¨ªgenas conozcan y reconozcan a los pueblos ind¨ªgenas por lo que somos. Nuestra intenci¨®n es defender nuestra casa, que es nuestro territorio; nuestra madre, que es la tierra. Y nadie vende a su propia madre. La madre no se vende.
Esta historia forma parte de la serie ¡®Destellos del Amazonas¡¯, producida en la Amazon¨ªa por democraciaAbierta. La serie est¨¢ apoyada por el Rainforest Jounalism Fund del Pulitzer Center. Agradecemos los testimonios y material gr¨¢fico aportados por miembros de las comunidades retratadas en esta historia, quienes permanecen aislados por causa de la covid-19.
Maur¨ªcio Ye¡¯kwana es l¨ªder ind¨ªgena y director de la Asociaci¨®n Hutukara Yanomami, en Brasil. Ha participado en varios foros nacionales e internacionales en representaci¨®n de los Yanomami y Ye¡¯kwana y es uno de los organizadores de la campa?a foragarimpoforacovid.org
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